
La mañana del 20 de diciembre de 2025 marcó la confirmación de ataques significativos en la provincia camboyana de Pursat, donde, según el Ministerio de Defensa de Camboya citado por Khmer Times, proyectiles tailandeses impactaron en instalaciones de un hotel-casino. El contexto de estas hostilidades sirve de escenario al proceso de mediación internacional que encabeza Estados Unidos, en la antesala de una posible firma de alto el fuego entre Tailandia y Camboya. El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, declaró a la prensa que existe esperanza de alcanzar un acuerdo entre el lunes y el martes de la próxima semana, apuntando a que la reunión ministerial de la ASEAN en Kuala Lumpur será clave para las negociaciones.
Según reportó el Bangkok Post, la cita en la capital malasia reunirá a ministras de Asuntos Exteriores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, con la crisis fronteriza como tema principal en la agenda. Esta cumbre regional coincide con un repunte en la violencia entre fuerzas tailandesas y camboyanas, registrada entre el 19 y el 20 de diciembre, y con una presión internacional creciente para frenar el conflicto. Tanto Khmer Times como Bangkok Post detallaron que los gobiernos de ambos países se encuentran bajo intensa vigilancia de la comunidad internacional, a medida que continúan los esfuerzos diplomáticos para reinstaurar el alto el fuego negociado originalmente bajo la mediación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Rubio expresó su “cauto optimismo” respecto a la posibilidad de retomar los términos del acuerdo inicial, incidiendo en el trabajo llevado a cabo para restablecer las condiciones previas al repunte del conflicto. El funcionario insistió en la importancia de adherirse estrictamente a los compromisos alcanzados en esa negociación y destacó que “la comunidad internacional observa con atención el desenlace diplomático y militar” de estos acontecimientos, publicó Khmer Times.
Las autoridades camboyanas manifestaron que entre las 18.30 horas del 19 de diciembre y las 8 horas del 20 de diciembre se produjo una secuencia de ataques transfronterizos realizados por fuerzas tailandesas. Un portavoz del Ministerio de Defensa camboyano detalló al Khmer Times que la ofensiva tailandesa afectó a varias regiones militares —en concreto, las zonas 3, 4 y 5—, lo que se tradujo en impactos en las provincias de Pursat, Koh Kong, Banteay Meanchey, Oddar Meanchey y Preah Vihear. Las fuerzas tailandesas, de acuerdo con la portavoz ministerial camboyana general Maly Socheata, han abierto distintos frentes que han incrementado la inestabilidad en el límite entre ambos Estados.
En el mismo periodo, las autoridades tailandesas recuperaron los cuerpos de dos militares tras una operación en la Colina 350, una posición estratégica situada dentro de la provincia de Surin, la cual había permanecido bajo control camboyano. El portavoz del Ejército Real Tailandés, mayor general Winthai Suvaree, expuso ante el Bangkok Post que tras retomar la zona, las fuerzas armadas se enfocaron en tareas de eliminación de minas terrestres y consolidación de las posiciones recuperadas. La seguridad del área y la erradicación de explosivos han pasado a ser la prioridad, con presencia militar intensificada para garantizar la integridad fronteriza.
El interés de la ASEAN en facilitar una solución política es compartido por los Estados miembros, que buscan coordinar una respuesta común para evitar una desestabilización de mayor alcance en el sudeste asiático, reportó el Bangkok Post. El encuentro convocado en Kuala Lumpur busca, entre otras cuestiones, crear nuevas oportunidades para la mediación y reforzar la presión diplomática sobre los gobiernos de Tailandia y Camboya. La actual dinámica del conflicto ha provocado el despliegue de patrullas adicionales, revisiones de áreas minadas y un aumento en las actividades de control territorial en los puntos más expuestos, informó Khmer Times.
El número de bajas reportado en los enfrentamientos recientes combina la pérdida de efectivos y la incertidumbre sobre la seguridad de la población civil asentada cerca de la línea de fuego, según consignó el Bangkok Post. Los ataques a múltiples enclaves y el daño registrado en infraestructuras como el hotel-casino de Pursat ilustran el nivel alcanzado por las hostilidades, lo que a su vez motiva el interés de mediadores externos y organismos internacionales. Tanto autoridades camboyanas como tailandesas argumentan la legitimidad de sus respectivas operaciones, mientras insisten en la defensa y aseguramiento de sus zonas de influencia.
La administración de Donald Trump, mediante el empuje diplomático liderado por Rubio, se mantiene involucrada en el proceso de restauración del alto el fuego. Los esfuerzos recientes de Estados Unidos buscan reactivar los mecanismos de contención y diálogo pactados en la ronda de negociaciones previa, informó Khmer Times. Las palabras de Rubio sobre un “cauto optimismo” reflejan la expectativa de la delegación estadounidense ante el avance de las conversaciones y la posible emisión de un pronunciamiento conjunto entre los gobiernos implicados próximamente.
En el trasfondo de estos acontecimientos, persiste una tensión latente en la relación bilateral, marcada por recurrentes choques y actos militares en la frontera compartida. Los incidentes de los días 19 y 20 de diciembre constituyen una escalada significativa que, junto con la respuesta de los ejércitos y la inquietud regional, fortalecen la percepción de que la estabilidad en el sudeste asiático depende del éxito de la mediación internacional y la cooperación entre los países involucrados. La ASEAN, bajo el liderazgo rotativo de Malasia, asume un papel central en la formulación de respuestas colectivas orientadas a la paz y la seguridad.
Mientras tanto, la vigilancia y la militarización de áreas clave continúan, con ambas partes comprometidas en tareas de desminado, patrullaje y control de territorios fronterizos. La agenda de la cumbre regional del lunes incluirá discusiones directas sobre el desarrollo del conflicto, la implementación de medidas de confianza mutua, y la supervisión de cualquier eventual acuerdo de alto el fuego alcanzado durante las negociaciones.
El seguimiento internacional y la presión ejercida por organismos multilaterales y gobiernos influyentes, como Washington, se mantienen como elementos decisivos para orientar el comportamiento de las partes y propiciar un retorno a la calma en el medio de una situación caracterizada por la volatilidad y el riesgo de mayor escalada, según se desprende de los reportes de Khmer Times y Bangkok Post.


