Brasil confía en que la firma del pacto entre Mercosur y la UE sea pronto

La negociación entre ambos bloques enfrenta obstáculos debido a las demandas de Francia e Italia por mayor protección agrícola, mientras delegaciones técnicas avanzan para hallar un equilibrio y lograr la creación de un mercado birregional sin precedentes

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Las exigencias recientes de Francia e Italia en torno a mayores salvaguardias para sus sectores agrícolas han desplazado el acuerdo comercial entre Mercosur y la Unión Europea de su calendario original, al intensificar la demanda de controles adicionales frente al aumento esperado de importaciones sudamericanas. La postergación de la ceremonia de firma, prevista anteriormente en Foz de Iguazú, evidencia la magnitud de la controversia y el peso de los intereses agrícolas europeos en las conversaciones. De acuerdo con Agencia Brasil, pese a estas nuevas dificultades, los equipos técnicos de ambos bloques mantienen el diálogo activo, trabajando para alcanzar un consenso que permita la formalización del tratado después de más de dos décadas de negociaciones.

Según informó Agencia Brasil, la comisión negociadora europea, liderada por figuras como Ursula von der Leyen y António Costa, ha puesto el foco en la necesidad de un balance entre la apertura comercial y el resguardo de la producción agrícola europea. Francia e Italia han condicionado su respaldo final al establecimiento de instrumentos de defensa específicos para sus productores, lo que ha añadido complejidad al proceso y motivado el aplazamiento del acuerdo. Mientras tanto, Brasil ha asumido un rol decisivo en Mercosur, fomentando la posición conjunta del bloque y priorizando la unidad regional frente a las demandas europeas.

La propuesta de acuerdo, según detalló Agencia Brasil, apunta a conformar una zona de libre comercio que abarque a más de 780 millones de personas, integrando la totalidad de América del Sur con Europa y generando nuevas oportunidades para los flujos de inversión y exportación. De materializarse, se trataría de una de las áreas comerciales más extensas del mundo, con impacto directo sobre la competitividad de empresas sudamericanas y europeas.

Las negociaciones bilaterales han intentado avanzar en fórmulas intermedias que permitan el acceso recíproco a los mercados, sin sacrificar los intereses agrícolas europeos ni postergar la apertura que busca Mercosur. Agencia Brasil consignó que el trabajo técnico se ha orientado a evaluar los posibles efectos de la eliminación arancelaria sobre los volúmenes de comercio, las estructuras laborales y la presencia exterior de las industrias regionales.

Dentro del Mercosur, Brasil ha encabezado la articulación de respuestas colectivas y la búsqueda de alternativas que salvaguarden la cohesión entre los países miembros. Desde el Gobierno brasileño, el vicepresidente y ministro de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, Geraldo Alckmin, manifestó optimismo sobre la pronta conclusión del pacto y subrayó el potencial transformador que tendría para el entorno productivo y el empleo en Sudamérica. Según las estimaciones recogidas por Agencia Brasil, si las objeciones de los países europeos se resuelven positivamente, las condiciones estarían dadas para la firma definitiva durante los primeros meses del siguiente año.

De acuerdo con los reportes de Agencia Brasil, un acuerdo exitoso no solo abriría la puerta a la diversificación y expansión del comercio exterior sudamericano, sino que facilitaría el ingreso de nuevos capitales y la inserción en cadenas globales de valor, más allá de los mercados tradicionales. En este contexto, Brasil también desarrolla negociaciones paralelas con naciones como India y México. Estos contactos buscan ampliar la red de tratados de libre comercio y contribuyen a la internacionalización empresarial y a la captación de inversiones adicionales.

De manera simultánea, los gobiernos de ambos bloques y representantes privados siguen con atención el curso de las discusiones, ya que un acuerdo de esta magnitud alteraría el panorama comercial e inversor en América del Sur y Europa, detalló Agencia Brasil. Más allá de los retos vinculados al sector agrícola, las delegaciones persiguen la meta de acordar un marco robusto de cooperación económica que transforme la relación birregional.

El extenso historial de intentos y obstáculos en la mesa de negociación refleja la dificultad de compatibilizar el deseo sudamericano de mayor apertura con la protección agrícola europea. Según Agencia Brasil, el proceso combina intereses nacionales, económicos y políticos, cuya interacción define la duración y el resultado de las tratativas. Los próximos pasos dependerán de la capacidad de las delegaciones para encontrar un punto de equilibrio que satisfaga a las partes más reticentes y permita anunciar un acuerdo definitivo a corto plazo.