Von der Leyen y Costa, convencidos de tener los apoyos para firmar el pacto con Mercosur en "tres semanas"

Con el avance de conversaciones clave entre Bruselas y integrantes del bloque sudamericano, se perfilan medidas de resguardo agrícola y garantías aduaneras, en medio de presiones internas en varios países europeos por proteger sus sectores productivos y asegurar competencia justa

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Durante la última cumbre en Bruselas, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, y el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dialogaron telefónicamente para evaluar la situación del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur. Según informó Europa Press, ambos mandatarios coincidieron en que el pacto continúa siendo posible en un plazo breve, aunque persisten puntos sin resolver que afectan sectores productivos clave. En este contexto, las negociaciones se han visto perfiladas por demandas provenientes de varios gobiernos europeos que insisten en la aplicación de mecanismos de resguardo agrícola y garantías aduaneras antes de dar el visto bueno al tratado definitivo.

Europa Press consignó que el debate en torno a las conocidas “cláusulas espejo” ocupa un lugar central en la discusión. Este tipo de disposiciones exigiría que los exportadores sudamericanos alineen sus estándares normativos con los europeos, como respuesta a la preocupación entre estados miembro que buscan evitar una competencia desigual y proteger los empleos ligados a la agricultura. La posible llegada de productos de América del Sur sometidos a estándares distintos genera inquietud, en especial dentro de Francia e Italia, países que han intensificado sus exigencias de incorporar medidas de protección adicionales para sus productores.

El medio detalló que Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y António Costa, presidente del Consejo, expresaron su convicción de que existe “una amplia base de apoyo” entre los veintisiete países para avanzar hacia la firma del acuerdo con Mercosur. Pese a ello, Europa Press indicó que la aprobación definitiva sigue supeditada a la inclusión de salvaguardas automáticas, como la posibilidad de suspender temporalmente las importaciones agrícolas desde Mercosur si se detectan alteraciones significativas en el mercado interno europeo.

La posición francesa se ha hecho sentir de forma notoria. El presidente Emmanuel Macron planteó recientemente que el texto actual del tratado no satisface las expectativas del sector agrícola francés. Europa Press citó la insistencia de Macron en implementar controles y mecanismos de vigilancia aduanera adicionales, que según él, la Comisión Europea no ha incorporado todavía, en defensa de la agricultura local.

En paralelo, otros países como Polonia, Hungría, Austria y Bélgica también manifestaron objeciones, detalló Europa Press, aunque eso no resulta suficiente para bloquear el tratado, ya que la suma de votos contrarios no alcanza para formar una minoría de bloqueo dentro del Consejo de la Unión Europea. Sin embargo, estas posiciones reflejan la existencia de un nucleo significativo de resistencias que la Comisión Europea debe gestionar para lograr una aprobación fluida.

Para que el acuerdo pueda ser firmado formalmente, se requiere el respaldo de al menos una mayoría cualificada de los estados miembro. Una vez otorgado ese mandato legal, el tratado pasaría a aplicarse de forma provisional, abriendo un periodo de liberalización progresiva de los intercambios entre ambas regiones, según explicó Europa Press. Este mecanismo provisional, concebido como un paso intermedio, permite que las nuevas reglas comerciales comiencen a regir de inmediato, mientras los procedimientos de ratificación continúan en marcha dentro de cada uno de los parlamentos nacionales de la Unión Europea.

Europa Press recalcó la dificultad inherente a este proceso de ratificación, debido a las distintas realidades políticas y sociales en cada país miembro. Este paso tiende a demorar la entrada en vigencia plena del tratado, ya que cada cámara legislativa debe examinar y aprobar de manera independiente el texto acordado a nivel comunitario.

Von der Leyen, por su parte, ratificó recientemente la continuidad de los acercamientos con los países miembros del Mercosur: “Necesitamos algunas semanas adicionales para abordar algunos asuntos con los Estados miembro. Nos hemos puesto en contacto con nuestros socios del Mercosur y hemos acordado posponer ligeramente la firma”, manifestó la presidenta de la Comisión, según recogió Europa Press. Este pronunciamiento remarca que, aunque el ambiente general en Bruselas es favorable, todavía se requiere pulir términos específicos para apaciguar las reservas interpuestas.

De acuerdo a lo publicado por Europa Press, la protección de los intereses económicos y sociales en el espacio europeo se ha mantenido como un factor decisivo en el ritmo y prioridad de las conversaciones con el bloque sudamericano. El primer anuncio de conclusión del tratado se celebró hace aproximadamente un año en Uruguay, aunque desde ese momento los distintos gobiernos europeos han exigido una revisión de los términos, enfocando las negociaciones en la incorporación de salvaguardas que permitan preservar la competitividad nacional.

La inclusión de salvaguardas automáticas y controles aduaneros, así como la posibilidad de suspender importaciones en momentos de alteraciones graves del mercado, figura entre los principales instrumentos reclamados, destacó Europa Press. Francia e Italia encabezan ese reclamo, aunque el tema también ha sido abordado en conversaciones entre líderes sudamericanos y europeos sobre la viabilidad del acuerdo.

Más allá de estas diferencias, Europa Press señala que la Comisión Europea considera este tratado como una pieza estratégica dentro de su política exterior, puesto que reforzaría la posición del bloque europeo en el marco de una reconfiguración global de alianzas económicas y políticas. Los beneficios esperados incluyen la apertura de mercados, así como el fortalecimiento de relaciones diplomáticas con naciones de América del Sur.

El carácter provisional de la aplicación permitiría a empresas y consumidores de ambos bloques experimentar de inmediato una expansión en los intercambios comerciales. Europa Press describió que este paso constituye la mayor apertura comercial entre la Unión Europea y Mercosur en más de una generación.

Las tensiones internas y la insistencia europea en exigir cláusulas espejo, mecanismos de salvaguarda agrícola y sistemas de control aduanero han servido para ilustrar los equilibrios entre actores nacionales y las presiones políticas derivadas del contexto económico. Europa Press remarcó que la meta de concretar la firma en las semanas próximas permanece vigente en la agenda comunitaria, aunque la viabilidad de la entrada en vigor definitiva dependerá del avance de los procedimientos nacionales de ratificación, tradicionalmente extensos en el marco de la Unión Europea.