Toni Nadal, sobre la ruptura entre Alcaraz y Ferrero: "Me ha sorprendido, es un tema contractual o personal"

Toni Nadal explicó que es frecuente que un deportista asuma el control al madurar, señaló que desconoce los detalles de la separación y recalcó que, en estos casos, las causas suelen ser acuerdos o cuestiones fuera del juego

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Durante la conversación mantenida con El Larguero y citada por Cadena SER, Toni Nadal puso en primer plano la lógica de poder e independencia que distingue la relación entre entrenadores y jugadores profesionales cuando el deportista madura, planteando que, aún en separaciones tan mediáticas como la de Carlos Alcaraz y Juan Carlos Ferrero, las cuestiones decisivas suelen situarse en lo contractual o en aspectos personales, al margen de los resultados deportivos. A partir de su experiencia y observación del circuito, Nadal insistió en que el tenista es quien toma las últimas decisiones sobre su equipo de trabajo, remarcando que la ruptura le resultó inesperada y que no conoce los pormenores que la motivaron.

Según reportó Cadena SER, Toni Nadal afirmó que el liderazgo de Ferrero al frente del equipo de Alcaraz obtuvo resultados sobresalientes y que, en contextos similares, toda decisión relevante parte del deportista. Este exentrenador y referente del tenis español señaló que la dinámica de la adolescencia y primera juventud de un tenista suele situar al entrenador en una posición preponderante. Sin embargo, conforme el atleta alcanza niveles de mayor autonomía, ese desequilibrio se modifica hasta que el control definitivo recae en el propio jugador. “El niño va creciendo y deja de ser un niño”, expresó Nadal, de acuerdo con el medio.

En su análisis, el exentrenador de Rafael Nadal abordó la estructura habitual de autoridad en los equipos técnicos de tenis. Refirió que en la práctica profesional, el entrenador al principio tiene poder para imponer criterios, pero con el tiempo la autoridad se diluye: “La primera vez le dirás que no está alineado, la segunda vez ya dices directamente que eso sobra”, explicó Nadal, según consignó Cadena SER. Consideró que, tal como ocurrió en el equipo de Alcaraz, no existen evidencias que apunten a diferencias sobre cuestiones deportivas para justificar la reciente separación, apuntando que Ferrero supo impulsar la evolución de su dirigido en distintas dimensiones del juego.

Para Toni Nadal, la influencia positiva de Ferrero se notó en la mejora sistemática de Alcaraz, colocando “la exigencia de Juan Carlos” como uno de los factores clave del crecimiento tenístico del murciano. Según informó Cadena SER, Nadal valoró que la exigencia impuesta por Ferrero sirvió para fortalecer distintas áreas estratégicas en el desarrollo profesional del joven. No obstante, insistió en que incluso bajo guías rigurosas, “el que manda es el jugador, no puede ser de otra manera”, reflejando ese tránsito progresivo en el que el deportista asume la totalidad de las decisiones cruciales.

Nadal describió también cómo gestionó ese tránsito en el caso de su sobrino y pupilo Rafael Nadal. En la entrevista, mencionó que aplicó una estricta exigencia durante la adolescencia de Rafael, pero decidió ceder control cuando este cumplió dieciocho años. Citado por Cadena SER, relató: “A partir de los 18 años, le dije que hiciese lo que quisiese”, aclarando que limitaba su intervención a cuestiones de trabajo y actitud en pista, pero consideraba que las elecciones fuera del ámbito deportivo correspondían al propio jugador: “Si quería salir o no, era su problema... Dentro de la pista, ayudaba a Rafael; fuera de la pista, es su decisión”.

Compartiendo detalles singulares sobre su relación profesional con Rafael Nadal, Toni Nadal explicó a Cadena SER que nunca cobró honorarios por su labor de entrenador, debido a que mantenía otros negocios familiares. Según sus palabras, “yo nunca he cobrado por Rafa, pero me iba bien porque tenía negocios con mis hermanos... estuve tanto tiempo con él porque le salía muy barato. Les salía a buen precio. Rafa me decía que 'por lo que cobra mi tío, a ver a quién voy a encontrar'”. Esta modalidad, además de singularizar el vínculo, facilitó una larga colaboración en la que la confianza y el conocimiento mutuo jugaron un papel esencial.

Durante el diálogo citado por Cadena SER, Toni Nadal también abordó las tensiones naturales que surgen en la dinámica entrenador-atleta. Sostuvo que trabajar con deportistas de élite implica negociar permanentemente el área de influencia e intervención: “O bien estás en manos del jugador y no dices lo que consideras, o marcas una línea de exigencia”. Según explicó el técnico, esta tensión entre autonomía y dirección conforma el paisaje habitual de los equipos de alto rendimiento.

Acerca del cese de la relación profesional entre Alcaraz y Ferrero, Nadal remarcó su asombro, admitiendo desconocer las razones específicas del distanciamiento. Tras años de observar la elite del deporte, sostuvo que este tipo de ruptura habitualmente responde a acuerdos contractuales o inquietudes personales, antes que a disconformidades ligadas al rendimiento en pista. En su testimonio publicado por Cadena SER, reiteró que la pérdida del control absoluto por parte del entrenador sucede a medida que el joven deportista desarrolla criterio e independencia, lo que termina reflejándose en cambios dentro del grupo de colaboradores.

Con respecto a los límites de la intervención del técnico, Nadal señaló a Cadena SER que adoptar una postura determinada depende en gran medida de la personalidad de cada entrenador y del tipo de relación que se establece con el deportista. En su caso, optó por no incidir en la vida privada de sus jugadores, ya que consideraba que el ámbito extradeportivo pertenece exclusivamente a la esfera personal del atleta una vez alcanzada determinada madurez.

El proceso vivido dentro del equipo de Carlos Alcaraz y Juan Carlos Ferrero ejemplifica, según el técnico español, ese tránsito donde el propio atleta busca y asume mayor capacidad de decisión sobre su proyección y su entorno profesional. Toni Nadal, en sus intervenciones recogidas por Cadena SER, proporcionó así claves sobre los desafíos que enfrentan entrenadores y tenistas en la gestión de carreras marcadas por la excelencia, la presión constante y la necesidad de armonizar exigencia con libertad de elección.