
El seguimiento de la prensa especializada subraya la estrategia de la infanta Cristina de mantener un perfil reservado y discreto en el contexto de los encuentros familiares en Barcelona. Este comportamiento persistió incluso ante la creciente expectación en torno al inminente lanzamiento de las memorias de Iñaki Urdangarín, y frente a las recientes declaraciones del exduque en las que abordó abiertamente el impacto emocional y personal que, según sus propias palabras, supuso la separación matrimonial. Según consignó la prensa, la noticia gira en torno al distanciamiento mostrado entre Cristina de Borbón y su expareja durante un acto deportivo de su hijo Pablo Urdangarín, donde diversos reportes confirmaron la ausencia total de interacción pública entre ambos.
De acuerdo con lo publicado en distintos medios, tanto la infanta Cristina como Iñaki Urdangarín coincidieron en las gradas durante un partido de balonmano de Pablo con el equipo Fraikin BM Granollers, sin que se registrara ningún intercambio de palabras, saludos ni gestos. La cobertura periodística detalló que ella optó por permanecer en un sector apartado del recinto, delimitando su interacción solo a los miembros más cercanos de su entorno familiar y evitando toda manifestación pública susceptible de ser interpretada como gesto de reconciliación o acercamiento con Urdangarín. Las cámaras y reporteros apostados en el lugar documentaron ese ambiente de tensión, atribuido a la suma de la presión mediática y al reciente contenido emocional de las manifestaciones del exdeportista en medios de comunicación.
La prensa, en informes recogidos a lo largo de la jornada deportiva, remarcó que la presencia de ambos padres respondió exclusivamente a los compromisos de Pablo, sin indicios de citas ni motivos ajenos al calendario deportivo familiar. El medio señaló la firmeza de la infanta al rechazar atender preguntas de periodistas tanto dentro del pabellón como durante los traslados al hotel, consolidando el hermetismo que ha caracterizado su proceder tras la separación.
Mientras Cristina de Borbón ha elegido mantenerse al margen de la agenda mediática, Iñaki Urdangarín ha empezado a revelar detalles sobre sus vivencias. En declaraciones recogidas por varios medios y realizadas en el programa ‘Pla seqüència’ de La 2Cat, el exduque sostuvo: “Materialmente perdí prácticamente todo, pero la pérdida más grande fue uno de los amores de mi vida, que es Cristina”. Amplió refiriéndose al proceso de divorcio: “Lo pasamos muy mal durante todo este periodo y tuvo consecuencias y sabe mal. La verdad es que sabe mal porque es una mujer a la que quiero mucho”. Estas afirmaciones amplificaron el debate en la esfera pública, aunque la respuesta de la infanta fue la de no intervenir ni participar en tales discusiones.
El enfoque informativo, de acuerdo con los registros periodísticos, reconoce un patrón: el distanciamiento entre ambos permanece inalterado pese a la proximidad física impuesta por acontecimientos familiares. Los reportes de prensa confirman que no se detectan indicios de reconciliación ni de una relación más fluida que trascienda el plano privado indispensable por los compromisos de Pablo. Las próximas festividades y la continuidad de la temporada deportiva de su hijo forman parte de una agenda familiar en la que la prensa ha observado la ausencia de gestos que sugieran cambio en la dinámica entre los progenitores.
El interés mediático ha crecido debido a la próxima publicación de las memorias de Urdangarín, las cuales, según la cobertura previa, incluirían revelaciones sobre etapas importantes de su vida y referencias a la Casa Real. Algunas informaciones remarcan que este libro es visto como un nuevo capítulo de exposición pública, mientras que la infanta se apoya en una estrategia totalmente opuesta: blindar su vida privada y la de su entorno ante las preguntas que genera el entorno mediático y la curiosidad sobre sus opiniones respecto a la separación o al contenido de las memorias de su exmarido.
Según recogió la prensa especializada, en sus últimas apariciones Cristina de Borbón evita cualquier interacción con periodistas e incluso extremos que impidan la especulación sobre su sentir o sobre la evolución de su relación con Urdangarín. Diversos medios resaltaron que la infanta no ha realizado declaraciones ni ha dejado entrever señales que modifiquen la percepción pública sobre su distante vínculo con quien fuera su esposo.
Por su parte, desde hace casi tres años, Iñaki Urdangarín ha mantenido una relación estable con Ainhoa Armentia. Este hecho también ha sido consignado por la prensa como parte del contexto actual en el que el exdeportista ha comenzado a compartir reflexiones personales, en contraste con el persistente hermetismo de su expareja.
Distintos reportes destacan que, pese a intentos reiterados de los medios por obtener valoraciones o comentarios sobre las recientes declaraciones del exduque o sobre la inminente publicación de su libro, la infanta persiste en evitar cualquier apertura pública. La jornada en Granollers, siguiendo lo que informaron los medios, se inscribió en ese mismo marco de cautela y de atención limitada únicamente a los asuntos familiares inmediatos.
El análisis periodístico recalca, además, que la estrategia comunicativa de Cristina de Borbón representa un esfuerzo consciente para proteger su entorno de la exposición mediática, sobre todo ante la notoriedad renovada de su expareja. El interés periodístico se orienta hacia las potenciales repercusiones que puedan traer las memorias inminentes de Urdangarín, en un contexto donde la infanta opta por el silencio y la no intervención pública, consolidando la distancia observada en eventos como el reciente encuentro familiar en Barcelona.

