
La entrada del último grupo de personas reasentadas desde Costa Rica, formado por 37 nicaragüenses, ha permitido que España cierre el ejercicio 2025 del Plan Nacional de Reasentamiento con la cifra de 817 personas acogidas, según informó el medio original. Esta acción ha estado enmarcada en una estrategia coordinada que involucra a varios ministerios, así como a organizaciones humanitarias y entidades sociales, para brindar protección internacional a solicitantes principalmente provenientes de Siria y Nicaragua.
El medio fuente detalló que la secretaria de Estado de Migraciones, Pilar Cancela, recibió a este grupo en Madrid, subrayando el compromiso del Estado español en la protección internacional y en que la acogida va más allá del mero traslado, priorizando la integración real. Desde la aprobación del plan por parte del Consejo de Ministros el 23 de diciembre del año anterior, se ha dado respuesta a las prioridades establecidas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), destinando esfuerzos específicos a los colectivos identificados por el organismo como prioritarios.
A lo largo del año, se han realizado 22 traslados, mediante vuelos regulares y chárteres, desde los dos ejes principales de protección del plan: sirios y nicaragüenses. Según consignó el medio fuente, España acogió en 2025 a 364 personas de nacionalidad siria que residían en Beirut, Líbano, y a 453 personas de origen nicaragüense procedentes de Costa Rica. Esta cifra representa cerca del 70% de la meta fijada para el periodo. Los desplazamientos se organizaron adoptando enfoques individualizados y ajustándose a las características y necesidades específicas de cada caso.
El desarrollo del plan de reasentamiento implicó la colaboración de diversas instituciones y entidades. Según publicó el medio original, la Dirección General de Atención Humanitaria y del Sistema de Acogida de Protección Internacional —dependiente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones— coordinó tanto la recepción en el aeropuerto, como la derivación de las personas reasentadas al Sistema Nacional de Acogida. La operación requirió de una labor conjunta con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y la Oficina de Asilo y Refugio.
Durante el proceso de llegada a España, participaron organismos como AENA, la Policía de Fronteras (CEFRONT), Policía Científica, Guardia Civil y Cruz Roja, además de organizaciones colaboradoras dentro del Sistema de Acogida y Protección Internacional: CEAR, CEPAIM, CRE, ACCEM y APIP-ACAM, entre otras. Todos estos actores sumaron esfuerzos para asegurar el cumplimiento de los estándares de protección y facilitar el acceso a recursos y servicios esenciales desde el primer momento.
De acuerdo con la información proporcionada por la fuente, el proceso comienza en los países de primer asilo, donde ACNUR España recopila y analiza los expedientes de quienes buscan protección internacional. Una vez identificadas las personas susceptibles de ser reasentadas, la Dirección General de Atención Humanitaria realiza misiones de selección en colaboración con las distintas agencias implicadas. El traslado a España sigue una planificación donde cada llegada representa no solo cifras, sino también trayectorias personales marcadas por la resistencia y la búsqueda de oportunidades de futuro, tal como expresó la secretaria de Estado.
El Sistema Nacional de Acogida, gestionado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, asigna las plazas a partir de criterios que consideran los vínculos familiares, las vulnerabilidades y las particularidades de cada caso, con el objetivo de favorecer la integración. El itinerario diseñado propicia que las familias tengan condiciones adecuadas para desarrollar autonomía y facilitar la inserción social y económica en el país de destino.
El plan, ejecutado mediante las operaciones coordinadas entre organismos nacionales e internacionales, no solo respondió a las urgencias establecidas por ACNUR para Siria y Nicaragua, sino que también consolidó la presencia y el compromiso de España en la protección internacional y en la consolidación de rutas legales y seguras para personas en riesgo. La estructura de derivación, la colaboración entre instituciones y la atención especializada constituyeron los elementos centrales del programa durante 2025, según lo documentado por el medio original.


