La aprobación del nuevo Código Ético y Deontológico para la Enfermería en España culmina un extenso proceso de revisión y consulta que ha incorporado más de un millar de aportaciones, y se perfila como una respuesta directa a la evolución del panorama sanitario y a la necesidad de adaptar la práctica enfermera a los retos actuales. Según publicó la Organización Colegial de Enfermería, la Asamblea de Presidentes refrendó este nuevo código tras un proceso que se extendió por más de dos años, en el que se consideraron más de 1.300 propuestas remitidas durante el periodo de audiencia pública.
El medio detalló que el texto final introduce modificaciones relevantes en distintos ámbitos, entre ellos la atención obstétrica, los cuidados paliativos, los trasplantes de órganos, el desarrollo de competencias en el entorno digital y la incorporación de consideraciones sobre inteligencia artificial en el contexto profesional. La nueva normativa, compuesta por 108 artículos, tiene como objetivo que el ejercicio de la enfermería en España se desarrolle bajo los principios de responsabilidad y eficacia profesional, de acuerdo con la información facilitada por la Organización Colegial de Enfermería.
Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), expresó que este cambio normativo pretende que el código se corresponda con la legislación vigente, ausente en la versión anterior del año 1989, y que refleje las múltiples sensibilidades presentes tanto en la sociedad como dentro de la propia profesión. El presidente del CGE subrayó que la actualización se diseñó para ser transparente y participativa, en línea con una consulta pública amplia cuyas conclusiones han sido integradas en el resultado final.
De acuerdo con lo difundido por la Organización Colegial de Enfermería, la elaboración del borrador contó con la participación de la Comisión Deontológica Nacional de Enfermería, los colegios oficiales provinciales y autonómicos, y las respectivas comisiones deontológicas territoriales. Esta versión fue sometida a una consulta interna dentro de la entidad colegial, en la que se mantuvo la estructura general del borrador salvo por algunas modificaciones en artículos concretos y cambios estructurales menores.
El texto también incorporó observaciones procedentes de sociedades científicas, comités de ética, direcciones profesionales, profesionales colegiados y miembros de la ciudadanía, contribuyendo a una visión plural sobre los principios que deben regir la actividad enfermera. Según consignó la Organización Colegial de Enfermería, estos aportes han permitido integrar perspectivas diversas y actualizar el marco de referencia ético ante los desafíos del contexto sanitario contemporáneo.
Tayra Velasco, presidenta de la Comisión Deontológica, indicó que el nuevo código incorpora capítulos elaborados en función de los desarrollos recientes observados en el ámbito profesional, e incluye normativa que nunca antes se recogió en la versión de 1989; entre estas destaca la ley de autonomía del paciente. Según detalló el medio, los elementos centrales añadidos tienen por objetivo garantizar una atención profesional basada en la dignidad, el respeto a los derechos individuales y la diversidad, asegurando niveles elevados en la calidad de los servicios de enfermería.
El documento revisa de forma integral cuestiones relativas a la relación clínica, genética y reproducción asistida, atención obstétrica y adolescencia, sexualidad y reproducción, asistencia a personas en proceso terminal, así como elementos relativos a la seguridad clínica, el papel docente, el rol del estudiantado y la formación en competencias digitales y el uso de inteligencia artificial. También introduce capítulos sobre cooperación internacional, la función pericial y la actuación en salud global, según lo publicado por la Organización Colegial de Enfermería.
Dentro de las novedades, se aporta un enfoque específico para la atención hacia la diversidad sexual, de género y familiar, junto con la reafirmación de los derechos sexuales, reproductivos y la regulación sobre la interrupción voluntaria del embarazo. En otro apartado, la nueva normativa proporciona pautas sobre la atención a víctimas de maltrato, centrándose especialmente en mujeres, menores, personas de edad avanzada y otros colectivos considerados en situación de riesgo, de acuerdo con la información difundida por la Organización Colegial de Enfermería.
Sobre los cuidados al final de la vida, el nuevo código establece como prioridad el respeto hacia las decisiones anticipadas de los pacientes, así como el acompañamiento emocional y espiritual durante el proceso de morir y la implicación del personal de enfermería en la toma de decisiones clínicas para este periodo. Según lo expuesto por Tayra Velasco y detallado en el documento difundido, estos desarrollos se consideran resultado de los cambios sociales y sanitarios experimentados durante las últimas décadas y forman parte de una actualización indispensable del marco ético profesional.
Antes de su entrada en vigor, el texto debe pasar por la evaluación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que valorará la adecuación, la necesidad y la proporcionalidad de cada uno de sus artículos, según detalló la Organización Colegial de Enfermería. Se prevé que la versión definitiva del nuevo código esté vigente en el primer trimestre de 2026, tras culminar este proceso formal y consultivo.

