El M23 denuncia nuevos ataques militares contra "zonas densamente pobladas" a pesar de su retirada de Uvira

Mientras las autoridades locales expresan escepticismo ante la supuesta retirada rebelde, nuevos bombardeos y asaltos con drones provocan alarma en Kivu Sur, incrementando la desconfianza sobre una posible maniobra de encubrimiento y empeorando la crisis humanitaria

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Didier Kabi, vocero provincial de Kivu Sur, advirtió que tras la evacuación de convoyes desde Uvira, varios individuos vestidos de civil comenzaron a aparecer en la ciudad, lo que sembró dudas sobre la retirada real de los combatientes del Movimiento 23 de Marzo (M23) y sobre la posibilidad de que parte de sus fuerzas se estén camuflando entre la población local. Esta inquietud se intensificó en un contexto marcado por nuevos asaltos armados y bombardeos en la región, detalló Europa Press.

De acuerdo con el reporte de Europa Press, el gobierno de la República Democrática del Congo expresó serias reservas acerca de la autenticidad del repliegue rebelde en Uvira, una ciudad estratégica del este del país. Las autoridades provinciales de Kivu Sur señalaron que, tras el anuncio de la retirada, observaron el desplazamiento de convoyes de jeeps que parecían transportar tan solo conductores y un número reducido de combatientes. Este movimiento coincidió con la aparición de nuevos rostros vestidos de civil, lo que aumentó la desconfianza sobre una posible maniobra de encubrimiento para favorecer el reagrupamiento de fuerzas en zonas rurales cercanas.

La madrugada del viernes registró un repunte en los enfrentamientos armados. Según consignó Europa Press, se llevaron a cabo ataques mediante drones y fuego de artillería pesada contra áreas densamente pobladas de Kivu Sur. El M23 hizo público un comunicado, a través de su ala política la Alianza del Río Congo, en el que denunció dichos ataques y atribuyó la responsabilidad a una coalición formada por fuerzas militares congoleñas y del vecino Burundi. Específicamente, el grupo rebelde indicó que el bombardeo inició a las 05:00, hora local, contra la ciudad de Makobola y que media hora después se produjo una segunda ofensiva combinada sobre Minembwe.

El M23 aseguró en su declaración que la ofensiva de las fuerzas conjuntas ocurrió poco después de haber realizado una retirada unilateral de Uvira y de haber emitido una declaración de alto el fuego. Según el comunicado difundido en la red social X y citado por Europa Press, el grupo subrayó que su repliegue respondió a “un espíritu de responsabilidad y para ofrecer una oportunidad real para el retorno de la paz”, pero acusó al gobierno de Kinshasa de mantener “un plan de exterminio sistemático, en flagrante violación de todos sus compromisos”.

Por otro lado, las autoridades locales y nacionales congoleñas mantienen una postura de profundo escepticismo respecto a los movimientos del M23. Didier Kabi advirtió públicamente en declaraciones a la emisora Top Congo que la supuesta retirada podría tratarse de una maniobra para distraer y evadir la atención de la comunidad internacional, ya que existen indicios de que los combatientes se están desplazando hacia las mesetas de Uvira para reagruparse con otras formaciones armadas, especialmente en la zona de Minembwe, epicentro de los recientes ataques.

Patrick Muyaya, portavoz gubernamental, se expresó a través de la red social X planteando cuestionamientos sobre la veracidad del repliegue: “Además, ¿a dónde van? ¿Cuántos se van? ¿Qué están dejando tras de sí en la ciudad? ¿Fosas comunes? ¿Soldados disfrazados de civiles? ¿Cuánto crédito debemos darle a esta maniobra unilateral del hijo, el M23, para salvar a su padre ruandés?”, manifestó Muyaya según recogió Europa Press.

La referencia al “padre ruandés” conecta con una de las acusaciones persistentes del gobierno de Kinshasa, apuntando vínculos entre el M23 y el Estado de Ruanda. Europa Press relató que estas sospechas se mantienen firmes en medio de los anuncios de alto al fuego y de los esfuerzos diplomáticos. A pesar de los pronunciamientos sobre desescalada, la continuidad de los enfrentamientos y de los bombardeos en zonas civiles refuerza la percepción de inestabilidad en la región y complica aún más el panorama humanitario en Kivu Sur.

El M23, citado por Europa Press, sostiene que la ofensiva militar contradice las declaraciones oficiales sobre la búsqueda de una solución pacífica. Por su parte, el gobierno califica la retirada del grupo rebelde como una mascarada cuyo fin sería favorecer un reposicionamiento estratégico bajo la cobertura de la desmovilización. Europa Press detalla que los episodios de ataque mediante medios tecnológicos, como drones, y explosivos de artillería, se han vuelto más frecuentes en las últimas semanas, señalando una evolución en las tácticas del conflicto.

Las tensiones se agravan porque, según indicaron las autoridades provinciales y gubernamentales, la voluntad del M23 de involucrarse en negociaciones políticas se mantiene nula. Muyaya subrayó el persistente rechazo del grupo a participar en foros de diálogo como el conocido “acuerdo de Washington”, el cual, según el ejecutivo, contribuyó previamente en la reducción de la fricción entre la República Democrática del Congo y Ruanda.

Europa Press señala que la falta de claridad sobre los verdaderos objetivos del M23 y el temor a que se estén infiltrando entre la población civil incrementan el sentimiento de inseguridad, mientras los asaltos y bombardeos intensifican la crisis humanitaria. Las autoridades continúan investigando la composición de las personas nuevas que circulan en zonas urbanas, sin descartar la posibilidad de que incluyan parte de los combatientes rebeldes camuflados tras la retirada.

Mientras persisten las hostilidades y se mantiene la indecisión diplomática, la región este del país, y en particular Kivu Sur, sigue enfrentando episodios de violencia que dificultan el regreso a condiciones de paz y agravan la situación de la población civil, que resulta repetidamente afectada por la escalada de los enfrentamientos.