
Durante un encuentro de la Fundación Aless Lequio, Ana Obregón subrayó la importancia de los últimos avances médicos sobre el sarcoma de Ewing, destacando especialmente la confirmación de que la enfermedad no tiene componente hereditario. La presentadora manifestó que esta noticia le brindó alivio y resultó fundamental para su familia después de la experiencia vivida por su hijo Aless Lequio. En ese contexto, y de acuerdo con una cobertura de The New York Times, Obregón hizo frente a la polémica surgida tras la publicación internacional de rumores que la vinculaban con Jeffrey Epstein, rechazando de manera tajante cualquier relación financiera con el empresario estadounidense y criticando el enfoque mediático en aspectos ajenos a la labor filantrópica de su fundación.
The New York Times informó que la investigación sobre el supuesto nexo entre la familia Obregón y Epstein tomó fuerza a raíz del reportaje internacional que señalaba que allegados a la presentadora habrían tenido un papel en la gestión de la fortuna de Epstein en la década de 1980. Ante estas versiones, Ana Obregón negó categóricamente cualquier colaboración o vínculo económico, insistiendo en que dichas afirmaciones carecen de fundamento. Según publicó el medio estadounidense, Obregón reconoció que sostuvo una amistad con Epstein durante aproximadamente dos años, relación en la que el empresario intentó iniciar un vínculo sentimental, propuesta que ella rechazó dado que mantenía una relación con Miguel Bosé. Recalcó que la relación nunca fue más allá de la amistad y se extinguió sin añadir nuevos vínculos.
Durante la actividad de la fundación, Obregón expresó ante los presentes su malestar porque la atención mediática se focalizara en controversias personales en lugar de poner en valor el trabajo en investigación y ayuda social que impulsa la organización. The New York Times citó sus palabras: “Ojalá salieran en el New York Times diciendo, pues mira, ella y el padre de su hijo hacen una labor filantrópica de ayudar a los demás, de financiar, esto importante, ha salido esto, pues una desgracia… pero bueno, salir en el New York Times ahí, eso es que me da asco, ¿sabes? y punto”. Así, evidenció su incomodidad ante el desplazamiento de la noticia principal por informaciones que, a su juicio, no aportan valor a la sociedad.
The New York Times apuntó que durante el acto, la presentadora detalló las dificultades económicas de las fundaciones dedicadas a la investigación médica en España. Explicó que la ausencia de financiación por parte del Estado español obliga a estas organizaciones a depender casi por completo de la filantropía privada, en contraste con Estados Unidos, donde el gobierno invierte en ciencia sumas que alcanzan “miles, por no decir miles de millones de dólares”. En este contexto, Obregón señaló que tanto ella como Alessandro Lequio, padre de Aless, han destinado todos sus recursos y energías a la recaudación de fondos, contando especialmente con la aportación de personas que han padecido el cáncer de cerca.
El medio también reflejó el agradecimiento de Obregón a quienes contribuyen con la fundación, tanto a los grandes donantes como a quienes hacen aportaciones a través de los canales de pago más generalizados. Destacó el valor de todo tipo de donación, desde las más cuantiosas hasta las de menor importe, y subrayó que la mayoría proviene de personas vinculadas personalmente a la enfermedad.
En el ámbito personal, la información difundida por The New York Times profundiza en la nueva etapa de Obregón tras la pérdida de Aless Lequio. Señaló que su nieta Ana Sandra se ha convertido en el centro de su vida cotidiana, motivándola y dándole propósito. La presentadora describió a la niña como intensa y con rasgos que le recuerdan a su hijo fallecido. Explicó que ha declinado propuestas laborales de alto perfil para priorizar la crianza de su nieta y atender las responsabilidades de la fundación, remontándose a su decisión de no volver a perder tiempo valioso con la familia. Según el medio estadounidense, Obregón afirmó: “Aunque venga, yo qué sé, Spielberg, y me diga, eres protagonista de la siguiente película, pero te tienes que venir tres meses. Digo, mira, ni un día, me da igual lo que me paguéis, no quiero perderme ni un segundo de mi hija”.
En cuanto a su exposición mediática, la presentadora reconoció al medio que, sin comprender el motivo, suele verse involucrada en controversias públicas. Reflejó su desconcierto ante la insistencia de la prensa en aspectos polémicos de su trayectoria, con la frase: “Debo tener un imán para rodearme de las polémicas. No sé por qué con lo buena gente que soy, no lo entiendo”.
Sobre su situación actual, Ana Obregón indicó a The New York Times que descarta la posibilidad de nuevas relaciones sentimentales, pues su atención está dirigida por completo a su nieta y a las actividades de la fundación. Relató cómo su experiencia personal y el fallecimiento de su hijo han reforzado su decisión de enfocar todos sus esfuerzos en el ámbito familiar y en el trabajo filantrópico.
El acto de la fundación concluyó con un mensaje de gratitud de Ana Obregón dirigido tanto a quienes colaboran con la Fundación Aless Lequio como al equipo profesional involucrado. Según The New York Times, la presentadora mostró su deseo de que el año 2026 traiga salud para su familia y avances científicos relevantes para las familias afectadas por el sarcoma de Ewing. Valoró la relevancia de los avances médicos, especialmente la reciente confirmación de que la enfermedad no se transmite por vía genética en su familia, describiendo este hecho como un “regalo de Navidad” que les ofrece tranquilidad y nuevos horizontes.
En su cobertura, The New York Times puso énfasis en la voluntad de Ana Obregón de cambiar el foco del debate público, apostando por dar visibilidad al impacto positivo de la filantropía y la investigación contra el cáncer infantil, incluso en medio de episodios de atención mediática centrada en supuestas controversias sin base real.

