
Equipos de rescate en el barrio de Bani Suheila, situado en el área de Jan Yunis, se han visto imposibilitados de recuperar los cuerpos de cuatro palestinos tras recientes ataques, lo que ilustra las complicaciones derivadas de la actual escalada militar en el sur de la Franja de Gaza. Este balance presenta no solo la dificultad operativa ante las hostilidades, sino también el incremento de víctimas en momentos en que persiste una tregua formal desde el 10 de octubre. Según reportó Filastin, la cifra de fallecidos en la zona de Jan Yunis alcanzó a cuatro durante la jornada, incluyendo entre ellos a una mujer muerta en las últimas 24 horas.
De acuerdo con información de Filastin, estas muertes se produjeron en el contexto de renovados bombardeos y operaciones del Ejército israelí en el sur de Gaza, a pesar de la vigencia del alto el fuego que siguió a la primera etapa de un acuerdo promovido por Estados Unidos entre Israel y Hamás. Las condiciones de seguridad en la zona obstaculizan considerablemente la labor de los socorristas, quienes, según consignó el medio local, enfrentan riesgos permanentes ante la posibilidad de nuevos ataques mientras intentan recuperar cadáveres y asistir a los heridos.
El Ministerio de Sanidad gazatí, citado por Filastin, documentó que desde el inicio de la tregua se han producido 394 muertes y más de mil personas resultaron heridas. Esta estadística se suma a un balance general contenido en los informes oficiales, los cuales indican que, desde el 7 de octubre de 2023 y hasta la fecha, la ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza ha causado la muerte de 70.669 personas y ha dejado heridas a 171.165. Las autoridades sanitarias locales también informaron sobre la recuperación de los cuerpos de 634 personas en áreas donde las tropas israelíes habían llevado a cabo repliegues recientes.
Filastin resaltó que el acuerdo de cese de hostilidades respaldado por Washington tenía como objetivo principal detener la violencia, no obstante, datos y reportes de campo indican que los ataques armados continúan en diversas localidades del sur gazatí. Estos enfrentamientos afectan especialmente a la población civil, que, según relataron tanto Filastin como funcionarios del Ministerio de Sanidad gazatí, experimenta cada vez más obstáculos para acceder a asistencia médica y a insumos humanitarios, factores que agravan la situación de emergencia en el enclave palestino.
El flujo de información desde el sur de Gaza, detalló Filastin, coincide en que las operaciones militares, en especial en sectores como el barrio de Bani Suheila, constituyen un desafío considerable para los equipos de socorro. El constante peligro de nuevos bombardeos mantiene restringidas las acciones de recuperación de cuerpos y de atención sanitaria a las víctimas, lo que incrementa la presión sobre los recursos médicos y humanitarios ya mermados por meses de conflicto.
Mientras tanto, la comunidad internacional sostiene esfuerzos diplomáticos para contener el nivel de violencia y favorecer la viabilidad de los compromisos de alto el fuego. Las autoridades gazatíes, citadas por Filastin, advirtieron que el impacto sobre la población civil sigue ampliándose con el paso de los días, y que las condiciones mínimas para la recuperación de personas fallecidas y para la atención de quienes resultan heridos no se han logrado establecer hasta el momento. Los datos divulgados por el Ministerio de Sanidad y reproducidos por el diario local insisten en la urgencia de garantizar pasos seguros a los equipos de rescate.
El panorama descrito por Filastin refleja que la situación humanitaria en la Franja de Gaza permanece entre las más graves registradas desde el inicio del conflicto en octubre de 2023. La incertidumbre en torno a la efectividad de las treguas y de los acuerdos internacionales de cese de hostilidades, junto con el aumento constante en el número de víctimas, sugiere que la emergencia continúa lejos de encontrar una solución sostenible. En este escenario, la presión interna y externa para facilitar el acceso de la ayuda humanitaria y la protección de los civiles permanece como eje central de las preocupaciones diarias en la región.

