
Según informa la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), los centros de tránsito y los espacios informales habilitados en Burundi para acoger a los recién llegados han excedido ampliamente su capacidad, llegando en ciertos casos a superar el 200 por ciento. Este desbordamiento ha dejado a cientos de familias en entornos que no cubren necesidades básicas y las expone a riesgos sanitarios considerables, en un contexto donde la crisis humanitaria se intensifica como consecuencia de la escalada de violencia en el este de la República Democrática del Congo (RDC).
El comunicado difundido por ACNUR expone que la situación ha alcanzado una fase crítica debido al flujo repentino de personas refugiadas y solicitantes de asilo que buscan escapar de la violencia recrudecida en Kivu Sur, una zona oriental de la RDC. Según lo consignado por ACNUR, desde principios de diciembre, 84.000 personas han huido de ese territorio, lo que eleva la cifra total de refugiados y solicitantes de asilo congoleños en Burundi a más de 200.000. Esta llegada masiva sobrepasa la capacidad de respuesta de las comunidades anfitrionas y las autoridades, agravando una emergencia humanitaria que, según el organismo, requiere del apoyo internacional inmediato.
De acuerdo con lo publicado por ACNUR, los colectivos más perjudicados en esta crisis son mujeres, niños y niñas, quienes arriban en condiciones de extremo agotamiento físico y psicológico tras haber padecido episodios de violencia grave. El mismo informe relata testimonios recogidos por equipos de ACNUR de mujeres embarazadas que aseguran no haber ingerido alimentos durante varios días, lo que evidencia la gravedad de la situación alimentaria. La mayor afluencia también incrementa el riesgo de brotes de enfermedades debido a la insuficiencia de agua potable y de servicios de saneamiento. ACNUR ha advertido sobre la amenaza de dolencias como el cólera y el Mpox, ante lo cual subraya la urgencia de proveer suministros como refugios, letrinas, agua, alimentos y material sanitario.
En el interior de Burundi, ACNUR describió como “críticas” las condiciones en los campos destinados a los refugiados, donde hasta 21.000 personas han sido trasladadas desde centros de recepción y tránsito. Según detalló el organismo, esas personas están expuestas a condiciones meteorológicas adversas en una región de altura, donde las temperaturas nocturnas experimentan descensos pronunciados bajo lluvias persistentes, lo que agrava su vulnerabilidad y pone en entredicho el acceso a cobijo suficiente y adecuado.
La crisis que afecta a Burundi tiene su origen directo en el deterioro de la situación de seguridad en la provincia congoleña de Kivu Sur. Tal como reporta ACNUR, más de 500.000 personas han abandonado sus hogares en esa región solo en el último año, muchas de ellas obligadas a desplazarse en reiteradas ocasiones por el avance de la violencia, ataques con drones y bombardeos. Los datos difundidos por la agencia revelan que decenas de escuelas han sido convertidas temporalmente en centros de acogida, aunque estas instalaciones ya funcionan al límite de su capacidad y en ellas se han detectado los primeros casos de cólera.
El acceso humanitario en Kivu Sur continúa viéndose obstaculizado por la persistencia de hostilidades, lo que limita la posibilidad de asistencia directa a la población que se encuentra en situación más vulnerable. ACNUR enfatizó que las condiciones existentes dificultan en extremo el suministro de ayuda vital a quienes la precisan urgentemente.
El organismo internacional ha hecho un llamado para que cese el conflicto armado en el este de la RDC. “Instamos a las partes enfrentadas a cumplir plenamente los compromisos adquiridos en los recientes esfuerzos de paz para proteger a la población civil, garantizar un acceso seguro y sin trabas a la ayuda humanitaria y evitar más sufrimiento a millones de congoleños”, señala el comunicado citado por ACNUR.
Para dar respuesta a la amplitud de la crisis humanitaria, ACNUR solicita la suma de 47,2 millones de dólares (alrededor de 40 millones de euros) para los próximos cuatro meses, con el objetivo de atender a 500.000 personas desplazadas dentro de la República Democrática del Congo y a otras 166.000 que han buscado refugio en Burundi, Ruanda y otros países vecinos.
Esta solicitud de fondos responde a la necesidad urgente de reforzar la asistencia humanitaria en términos de refugio, víveres, acceso al agua y a servicios médicos, así como mejorar las condiciones en los espacios de acogida temporal. El riesgo creciente de enfermedades, la saturación de los servicios de acogida y la falta de recursos obligan a incrementar esfuerzos de coordinación internacional, advierte ACNUR en el informe difundido.
El repunte en la violencia en el este de la República Democrática del Congo continúa impulsando desplazamientos forzosos masivos y exacerbando una crisis humanitaria que se refleja de manera más severa en países limítrofes como Burundi, donde la infraestructura y los recursos disponibles ya muestran signos evidentes de colapso, indica la agencia de Naciones Unidas en su balance más reciente.


