La UE impone sanciones a 41 buques de la 'flota fantasma' rusa

Bruselas amplía la presión sobre embarcaciones vinculadas aludir controles energéticos y refuerza medidas para restringir operaciones marítimas rusas, advirtiendo riesgos ambientales y de seguridad por barcos antiguos que apoyan el transporte de petróleo y material militar

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Muchos de los barcos recientemente sancionados se caracterizan por su antigüedad y un nivel bajo de seguro, condiciones que, según advirtió Bruselas, representan graves riesgos tanto para la seguridad marítima como para el medio ambiente. La Comisión Europea alertó que estas características incrementan la probabilidad de incidentes durante el transporte de petróleo y material militar, lo que podría tener consecuencias negativas en caso de derrames o accidentes en aguas europeas. De acuerdo con la propia Comisión, esta medida busca frenar el uso de embarcaciones que eluden controles destinados a limitar los ingresos energéticos de Rusia.

Tal como reportó el medio original, la Unión Europea anunció la adición de 41 nuevos barcos a su llamada 'lista negra', dentro de su última tanda de sanciones dirigidas contra la denominada 'flota fantasma' rusa. Estos buques forman parte de las estrategias implementadas por Moscú para sortear las restricciones impuestas al comercio marítimo de energía, principalmente de petróleo, y sostener su sector energético. Según lo detallado por la UE, la 'lista negra' asciende ahora a un total de 597 embarcaciones vetadas, muchas de las cuales operan como petroleros.

Estos buques quedan sujetos a la prohibición de acceder a los puertos situados en los países miembros, así como a la restricción de recibir una amplia gama de servicios relacionados con el transporte marítimo. La Comisión Europea, en declaraciones recogidas por el medio original, sostuvo que atacar a la 'flota en la sombra' constituye un "punto crítico" para restringir la capacidad de financiación de la maquinaria militar rusa a través de ingresos energéticos. Según la Comisión, incrementar las restricciones no solo repercute en los costos operativos de Rusia, sino que también interrumpe sus actividades marítimas y reduce el acceso a servicios ofrecidos por operadores dentro de la Unión.

La decisión se dirige especialmente contra barcos que han estado implicados en eludir el mecanismo europeo de tope al precio del petróleo ruso, así como aquellos que colaboran en operaciones para mover grano ucraniano sustraído a Ucrania o material militar utilizado en la guerra en territorio ucraniano. El impacto esperado incluye la limitación de los ingresos derivados de la venta internacional de combustibles y la interrupción de rutas logísticas estatales y privadas vinculadas a actividades militares.

La Comisión Europea enmarcó esta resolución dentro de una serie de sanciones aplicadas recientemente: el listado incluye tanto a empresas como a individuos relacionados con grandes petroleras estatales rusas, como Rosneft y Lukoil. Según el medio original, nueve empresas y personas han resultado afectadas por estas últimas medidas, entre las que figuran empresarios próximos a la cúpula de las industrias energéticas rusas.

Desde el comienzo de la invasión a Ucrania por parte de Rusia, la política de sanciones de la Unión Europea ha incluido una serie de medidas punitivas que, hasta la fecha, afectan a 2.600 personas y entidades, abarcando 19 rondas de sanciones progresivas. El enfoque principal de estas medidas consiste en reducir la capacidad financiera y operativa del gobierno ruso para continuar sus acciones militares, mediante el boicot a diversas ramas de la economía relacionadas, entre ellas la exportación de combustibles fósiles.

La UE defendió que la presión ejercida sobre la 'flota fantasma' incide directamente sobre los mecanismos financieros que sustentan la maquinaria bélica de Rusia. Entre las consecuencias señaladas en el reporte original se encuentra el aumento de los costos para Rusia al verse obligada a operar fuera de los principales circuitos marítimos y de aseguradoras internacionales, lo que, según la Comisión Europea, restringe aún más las opciones disponibles para el transporte de hidrocarburos y material bélico.

El bloque europeo justificó la medida argumentando que los riesgos ambientales y de seguridad, motivados por el envejecimiento de la flota y la falta de garantías financieras en caso de incidentes, hacen imprescindible la intensificación del control sobre estas operaciones. Según la UE, la persistencia de buques que evaden sanciones podría derivar en accidentes que afectarían tanto al ecosistema marino como a la seguridad de las rutas comerciales internacionales.

El endurecimiento de las sanciones y la inclusión de nuevos navíos en la lista negra refleja la intención de la UE de cerrar vacíos legales y operativos que permiten a Rusia mantener la exportación de hidrocarburos y otros bienes asociados al esfuerzo militar. El medio original explicó que el objetivo inmediato es limitar el margen de maniobra de la 'flota fantasma', dificultando su actividad en puertos europeos e impidiéndoles acceder a seguros y servicios marítimos de operadores comunitarios.

Esta ampliación de restricciones se suma a otras acciones coordinadas entre miembros del bloque para evitar que canales paralelos de suministro financien o respalden el conflicto en Ucrania. La UE argumentó que estas nuevas sanciones forman parte de una estrategia de presión sostenida cuyo objetivo es limitar progresivamente la capacidad de Rusia de sostener operaciones ofensivas y reducir su influencia en el mercado energético internacional, tal como consignó el medio fuente.