
El empresario egipcio Hatem Elsaid Farid Ibrahim Sakr y un conjunto de compañías registradas en Emiratos Árabes Unidos figuran al frente de la red de empresas y buques afectados por las nuevas sanciones implementadas por el Gobierno de Estados Unidos, según informó el Departamento del Tesoro. Estas restricciones, dirigidas a flotas navieras bajo diferentes banderas y a sus sociedades gestoras internacionales, buscan interrumpir la corriente de recursos petroleros que financia las actividades militares y armamentísticas desarrolladas por Teherán.
De acuerdo con lo difundido por el medio, la Administración estadounidense impuso sanciones este jueves contra un total de 29 embarcaciones vinculadas a la denominada “flota fantasma” iraní. Estas embarcaciones se usan para transportar crudo iraní por rutas y puertos alternativos, ocultando su procedencia y dificultando el rastreo por parte de los organismos internacionales. Además de las restricciones sobre los barcos, la medida incluye a las compañías responsables de su gestión, varias con domicilios legales en territorios como Islas Vírgenes Británicas, India, Liberia e Islas Marshall, además de Emiratos Árabes Unidos, según detalló el Departamento del Tesoro en su comunicado.
El subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, John K. Hurley, destacó que el objetivo de esta medida consiste en limitar de manera significativa los ingresos de Teherán provenientes de sus exportaciones petroleras. “Como ha dicho repetidamente el presidente Trump, Estados Unidos no permitirá que Irán posea un arma nuclear”, afirmó Hurley, recalcando el compromiso de la Administración para ejercer presión económica y política sobre Irán.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), dependiente del Departamento del Tesoro, ha desempeñado un papel central en la identificación y sanción de las entidades incluidas en este paquete. Según publicó el Departamento del Tesoro, desde que Donald Trump asumió la presidencia se han sancionado más de 180 barcos vinculados al transporte de petróleo y derivados iraníes. Estas sanciones han supuesto un incremento en los costos operativos para los exportadores de crudo iraní y una reducción de los ingresos netos que dicho país consigue por cada barril comercializado en los mercados internacionales.
Entre las embarcaciones sancionadas se encuentran navíos que ondean pabellones de Panamá, Palau, Islas Cook y Barbados. Esta diversidad de registros responde a una estrategia común dentro de la industria naviera global para dificultar el rastreo y la acción de las autoridades de control. Las empresas propietarias, muchas de ellas con sedes en jurisdicciones consideradas paraísos fiscales, forman parte de la estructura que permite a la “flota fantasma” iraní operar fuera de la supervisión convencional, reveló el Departamento del Tesoro.
La decisión también fue acompañada por declaraciones desde el Departamento de Estado. Según mencionó en un comunicado citado por el Departamento del Tesoro, Washington planea continuar implementando políticas y medidas adicionales que refuercen la presión sobre el gobierno iraní. La postura oficial advierte que Estados Unidos actúa utilizando “todas las herramientas a su disposición” frente a quienes posibilitan el comercio ilícito de petróleo por parte de Irán.
Esta nueva ronda de restricciones se suma a las múltiples acciones que han caracterizado la política exterior estadounidense hacia Irán durante la administración Trump, enfocadas en frenar los programas balísticos y nucleares iraníes por medio de limitaciones económicas estrictas. El Departamento del Tesoro remarcó que tales iniciativas buscan específicamente “privar” a Irán de los fondos necesarios para el desarrollo o modernización de capacidades militares, subrayando la intención de obstaculizar cualquier posibilidad de que la República Islámica adquiera armamento nuclear.
En conjunto, estas acciones incluyeron además de la sanción a buques y sociedades gestoras, la imposición de restricciones financieras sobre empresarios identificados como piezas clave en la red logística del transporte de petróleo iraní. El caso de Hatem Elsaid Farid Ibrahim Sakr ilustra el alcance extraterritorial de las medidas, al involucrar no solo empresas localizadas en Irán, sino también en otros países de Medio Oriente y regiones con una amplia presencia de sociedades marítimas internacionales, informó el Departamento del Tesoro.
Las autoridades estadounidenses subrayan que el control externo sobre las embarcaciones sancionadas y la dispersión geográfica de las compañías responsables evidencian la complejidad y extensión global del entramado desplegado para evadir sanciones. El gobierno de Estados Unidos sostiene que estas estrategias de ocultamiento y diversificación de registro tienen como fin último garantizar un canal de ingresos constante para el gobierno iraní, morigerando el impacto de las restricciones internacionales.
En el contexto de las medidas anunciadas, la administración Trump enfatizó su intención de mantener la vigilancia sobre las operaciones marítimas sospechosas de facilitar comercialización ilícita de productos petroleros iraníes. “No dudaremos en utilizar todas las herramientas a nuestra disposición para contrarrestar a quienes facilitan el comercio ilícito de petróleo de Irán”, dijo el Departamento de Estado en el comunicado divulgado junto a las sanciones, reportó el Departamento del Tesoro.
De esta forma, la estrategia estadounidense articula medidas legales y financieras con el objetivo de restringir la capacidad de Irán para acceder a ingresos internacionales por la vía de su industria energética. Según la información proporcionada por el Departamento del Tesoro, cada nueva acción busca actualizar y ampliar la lista de entidades bajo sanción en función de las adaptaciones que realizan los intereses iraníes y sus asociados en el sector naviero mundial.


