
Durante la hospitalización, que coincidió con el cumpleaños número 65 del paciente, Lydia Lozano expresó ante los medios que su mayor deseo era pasar la Nochebuena junto a su esposo. Esta declaración de intenciones reflejaba la dimensión personal y el impacto emocional que el delicado proceso médico tuvo para la reconocida colaboradora televisiva. Según informó El Español, Charly, arquitecto y marido de Lozano, regresó a su domicilio madrileño tras más de dos meses en el hospital. Su salida marcó un fin provisional a un extenso periodo en el que tanto la familia como el entorno profesional de Lozano atravesaron semanas de preocupación por el estado de salud del paciente.
El medio El Español detalló que la hospitalización se debió inicialmente a una intervención quirúrgica en la espalda, programada sin previsión de riesgos mayores. Sin embargo, la recuperación postoperatoria se complicó al poco tiempo, cuando Charly contrajo infecciones bacterianas que afectaron órganos vitales. Esta situación inesperada requirió una intervención de corazón de urgencia, según consignó el medio, y elevó la gravedad del cuadro clínico, hasta el punto de hacer temer por su vida.
Durante este periodo, Lydia Lozano permaneció completamente volcada en el acompañamiento de su esposo. El Español informó que la colaboradora televisiva suspendió su actividad habitual en los medios y adoptó un aislamiento del ámbito público para mantenerse junto a Charly durante la convalecencia. Su ausencia de los platós televisivos se mantuvo hasta una reciente reaparición en el programa ‘¡De Viernes!’, donde relató la complejidad de la situación y compartió la dificultad personal de sobrellevar un proceso de recuperación tan prolongado e incierto. En aquella intervención, Lozano definió a su esposo como «un jabato», señalando que desconocía si ella misma sería capaz de soportar tantas intervenciones y complicaciones sucesivas.
El seguimiento y las visitas de Lozano al centro hospitalario se mantuvieron, incluso en momentos en que ella padeció una gripe, lo que la llevó a extremar las precauciones sanitarias, como el uso de mascarilla y la distancia física, para no poner en riesgo a Charly. El Español indicó que la colaboradora optó por informar periódicamente a los medios y a sus allegados sobre la evolución de su esposo, facilitando partes médicos de forma regular y manteniendo la comunicación activa con el entorno familiar y mediático.
Los efectos de esta etapa se tradujeron en un aislamiento casi total de Lydia Lozano respecto de su vida profesional y social. La atención se centró exclusivamente en el proceso de recuperación de Charly, mientras familiares y amigos enviaban mensajes de apoyo y seguían el desarrollo de los acontecimientos, tal como reportó El Español. Esta situación representó una circunstancia inédita en la carrera de Lozano, quien acostumbra a mantener una alta visibilidad pública y una presencia constante en programas de televisión.
El Español agregó que la salida de Charly del hospital se efectuó bajo estrictas medidas de precaución y en condiciones de debilidad, por lo que fue requerida una ambulancia para su traslado hasta el domicilio familiar. La llegada a casa fue recibida con muestras de emoción tanto por parte de Lozano como de allegados y medios presentes, que presenciaron el reencuentro en el umbral del hogar madrileño. La colaboradora manifestó una profunda emoción, reflejando el alivio tras una etapa caracterizada por la lentitud en la recuperación y la persistente incertidumbre sobre la evolución médica.
La prolongada ausencia de Lozano del panorama televisivo acentuó la repercusión mediática de este episodio, dada su reconocida trayectoria y la naturaleza inesperada de las complicaciones de salud que atravesó su esposo. Según indicó El Español, la recuperación de Charly y el regreso de Lydia Lozano a los medios tras semanas de incertidumbre generaron una amplia respuesta tanto en el ámbito familiar como en la audiencia. El restablecimiento, por precario que sea, y la vuelta a casa del arquitecto acontecieron justo en vísperas de las fiestas navideñas, según detalló El Español, concluyendo una etapa marcada por la atención y el soporte de su entorno.


