
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, ha anunciado este jueves un plan de cinco puntos para combatir a "quienes propagan la radicalización" tras el asalto mortal del pasado domingo en una playa de Sídney donde tenía lugar un evento por la festividad judía de Janucá, y que otorga nuevos poderes al ministro del Interior, Anthony Burke, para suspender y denegar visados a extranjeros por este motivo.
El dirigente ha anunciado en una rueda de prensa un paquete de reformas con vistas a "tomar medidas enérgicas contra quienes propagan el odio, la división y la radicalización" cuatro días después de que un padre, ahora fallecido, y su hijo de 24 años efectuaran un ataque masivo en la playa de Bondi dejando 15 muertos y 42 heridos, incluidos cerca de 20 que permanecen hospitalizados.
Albanese ha señalado que las medidas se centrarán en los predicadores del odio, convirtiendo este en "un factor agravante en la imposición de penas por amenazas y acoso en línea", y en "desarrollar un régimen para incluir en una lista a las organizaciones cuyos líderes participen en discursos de odio que promuevan la violencia o el odio racial".
Además, el ministro del Interior tendrá "nuevas facultades para cancelar o rechazar los visados de quienes propaguen el odio y la división en este país, o lo harían si se les permitiera venir aquí", ha afirmado.
Por otra parte, el dirigente australiano ha anunciado la puesta en marcha de un grupo de trabajo dirigido por David Gonski, hasta hace poco rector de la Universidad de Nueva Gales del Sur, para garantizar que el sistema educativo del país incluya contenidos sobre el antisemitismo destinados a los jóvenes. El programa, ha indicado, tendrá un año de duración.
En esta línea, el ministro de Educación, Jason Clare, liderará las reformas para imponer normas más estrictas contra el racismo y el antisemitismo en los campus universitarios.
En la misma comparecencia, Albanese ha admitido que "siempre se podría haber hecho más" para erradicar el antisemitismo. "Los gobiernos no son perfectos. Yo no soy perfecto. Nos hemos comprometido de forma constructiva. Hemos hecho lo posible, ya que antes de que este Gobierno llegara al poder no había un enviado especial para el antisemitismo", ha señalado en alusión a un cargo ocupado por Jilian Segal, que presentó el pasado julio un informe con casi medio centenar de recomendaciones para el Ejecutivo en esta materia.

