El reciente ataque con drones sobre la ciudad de Rostov generó una situación de emergencia tanto para la tripulación de un buque afectado, donde dos personas murieron y tres resultaron heridas, como para los equipos de rescate desplegados, quienes lograron controlar el incendio ocasionado a bordo poco después del impacto. Este incidente formó parte de una serie de explosiones atribuidas al Ejército de Ucrania que alcanzaron varios puntos de la región de Rostov, provocando la muerte de al menos tres personas y dejando cerca de una decena de lesionados, según consignó Europa Press.
De acuerdo con el reporte de Europa Press, las ciudades de Bataisk, Taganrog y Rostov, todas ubicadas en los alrededores del mar Negro, concentraron los daños más importantes durante la oleada de ataques con aeronaves no tripuladas en el suroeste de Rusia. Entre los heridos, tres pacientes permanecen hospitalizados en Taganrog a causa de lesiones consideradas graves tras el paso de los drones. Los hospitales locales y los servicios sanitarios mantienen operativos especiales para garantizar la atención médica de quienes sufrieron heridas, además de brindar seguimiento y apoyo logístico a los familiares de las víctimas.
En Bataisk se confirmó el fallecimiento de una persona y al menos cuatro personas heridas durante los enfrentamientos recientes, informó Europa Press. El gobernador de Rostov, Yuri Sliusar, afirmó en declaraciones difundidas por el mismo medio que los casos graves fueron derivados a hospitales regionales y que la vigilancia en la zona se intensificó para evitar nuevas emergencias. Las autoridades locales, bajo el liderazgo de Sliusar, indicaron que los equipos de emergencia continúan en el área para prestar apoyo y contener las consecuencias materiales y humanas de los ataques.
Europa Press detalló que, ante la recurrencia de estas agresiones y el riesgo de nuevos eventos, la región de Rostov reforzó sus protocolos de seguridad. Las autoridades han incrementado la vigilancia y protección sobre instalaciones estratégicas, en particular aquellas ubicadas en áreas próximas al mar Negro, por considerarlas especialmente vulnerables dentro del conflicto entre Ucrania y Rusia. Estas acciones incluyen la activación de dispositivos de respuesta rápida y la movilización constante de recursos humanos y materiales.
Los daños tras la serie de explosiones abarcan tanto la infraestructura civil como las redes de transporte, aspecto que complica las labores de recuperación en la región. Las líneas de asistencia y atención a pacientes y familiares afectados permanecen activas, afirmó Europa Press, mientras los organismos oficiales coordinan mecanismos para brindar protección y mitigar el impacto social sobre las comunidades perjudicadas.
El gobernador de Rostov manifestó públicamente su pésame a los allegados de las víctimas, reiterando el compromiso de la administración regional con la atención integral de los pacientes hospitalizados y la continuidad del apoyo en materia sanitaria y logística. Los dispositivos de emergencia y las brigadas de rescate continuarán desplegados en las próximas jornadas, a la espera de nuevos desarrollos y con la tarea de contener cualquier eventualidad adicional que pudiera surgir, reportó Europa Press.
Además, las autoridades regionales mantienen en marcha diversos procedimientos de evaluación y reparación de los daños ocasionados, mientras avanzan en la investigación de los incidentes. Los servicios de emergencia colaboran con instituciones regionales para aumentar la capacidad de respuesta y adaptarse a posibles nuevas situaciones de riesgo. De acuerdo con Europa Press, el ambiente en la región de Rostov se caracteriza por la tensión e incertidumbre derivadas del conflicto militar, y las autoridades locales actualizan de manera permanente los dispositivos de protección y reconstrucción, tanto en el ámbito sanitario como en la recuperación de la infraestructura básica.
Por último, Europa Press subrayó que los trabajos de coordinación y evaluación de las medidas preventivas siguen activos, con el objetivo de asegurar la mayor protección posible para las poblaciones vulnerables y garantizar la capacidad de recuperación de la zona frente a nuevas contingencias.
