
Durante la clausura del acto ‘Avanzando en el Pacto de Estado frente a la Emergencia Climática’ en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, Pedro Sánchez expresó críticas directas hacia la reciente propuesta de la Comisión Europea para permitir una producción restringida de vehículos de combustión más allá del año 2035, después de haber retirado el veto absoluto a estos automóviles. El presidente del Gobierno calificó esta medida como un “error histórico” y sostuvo que podría debilitar los compromisos medioambientales asumidos por la Unión Europea. Según informó el medio, la Comisión Europea plantea autorizar una cuota limitada de estos coches, permitiendo que se mantenga la fabricación hasta alcanzar un 10% de las emisiones de dióxido de carbono permitidas en 2021.
Tal como publicó el medio, Sánchez defendió que la garantía de la competitividad europea se encuentra en la sostenibilidad ambiental y no en la relajación de las metas climáticas. El presidente argumentó en su intervención que este tipo de excepciones contradice la dirección marcada por la agenda sobre el cambio climático adoptada por Europa en los últimos años. “Es un error histórico de Europa porque la competitividad se garantiza por la sostenibilidad y no debilitando nuestros compromisos climáticos”, sostuvo Sánchez en sus declaraciones, según consignó el medio.
El plan propuesto por la Comisión Europea representa un cambio respecto a la hoja de ruta original, que preveía la prohibición total de la comercialización de automóviles de combustión interna a partir de 2035. De acuerdo con el reporte del medio, la nueva propuesta aún no se encuentra vigente, ya que debe someterse a discusión y posible modificación tanto en el Consejo como en el Parlamento Europeo antes de su adopción definitiva. Este proceso institucional podría alterar los términos de la excepción, al tiempo que abre un periodo de debate entre los Estados miembros y los diferentes grupos parlamentarios de la Unión.
El texto de la Comisión establece como condición que cualquier margen de producción adicional permitido para vehículos que generen emisiones tendrá que quedar compensado en su totalidad por los propios fabricantes. Según fuentes comunitarias citadas por el medio, estas empresas deberán obtener “créditos” mediante el uso de “acero verde” de origen europeo o el empleo de biocombustibles, con el objetivo de que el balance final de emisiones no supere los umbrales establecidos.
El medio detalló que la argumentación de Bruselas sostiene que esta limitación compensada pretende conjugar la necesidad de transición hacia tecnologías libres de carbono con las circunstancias específicas de ciertos sectores industriales y fabricantes, a la vez que asegura que dichas concesiones no vayan en detrimento de los objetivos de descarbonización fijados en el Pacto Verde Europeo.
El anuncio del presidente Pedro Sánchez se produjo en el contexto de un acto público centrado en la emergencia climática, subrayando con ello la importancia de la discusión europea en el marco de los compromisos internacionales y los acuerdos alcanzados en la reciente cumbre del clima. Durante su intervención, Sánchez reforzó la posición del Ejecutivo español en defensa de una estrategia europea coherente con la reducción progresiva de emisiones, tal como reportó el medio.
Fuentes del propio Gobierno y representantes de organizaciones ecologistas presentes en el evento manifestaron inquietud por el efecto que tendría esta medida sobre el cumplimiento de los compromisos asumidos por los países miembros de la Unión. Según expone el medio, diversos colectivos consideran que la apertura a una producción restringida de turismos y vehículos industriales ligeros alimentados por gasolina o diésel podría alentar a la industria a retrasar la transición hacia modelos eléctricos o alternativos.
El medio también destacó que la propuesta ha generado diferencias de criterio entre los Estados miembros y suscita debate entre los europarlamentarios y los agentes económicos implicados. Algunos sectores empresariales consideran que la flexibilidad planteada por la Comisión es necesaria para garantizar la viabilidad de la industria automovilística durante el periodo de transición, mientras que otros abogan por mantener el calendario y las restricciones inicialmente previstas para no comprometer la neutralidad climática.
La decisión, según remarcó el medio, requiere aún la doble aprobación del Consejo y del Parlamento Europeo antes de que pueda convertirse en legislación aplicable para los fabricantes de automóviles y para el conjunto de la Unión Europea.


