
El reemplazo programado del satélite operativo más antiguo de la constelación Galileo, fijado para abril de 2025, ha sido señalado por el medio original como un punto de inflexión en la estrategia europea sobre navegación por satélite. Este recambio responde a la necesidad de garantizar un sistema de respaldo que permita la sustitución inmediata ante la posibilidad de fallos o el fin de la vida útil de los equipos, con el objetivo de preservar la continuidad y fiabilidad de los servicios de posicionamiento y sincronización que respaldan numerosos sectores esenciales en Europa y a nivel mundial. Según consignó el medio, la incorporación de los satélites SAT 33 y SAT 34 forma parte de la respuesta a este reto estratégico.
De acuerdo con el mismo medio, el día 2 de julio de 2024 a las 02:01 hora local (06:01 de España), despegó desde el Puerto Espacial Europeo en la Guayana Francesa un cohete Ariane 6 con los dos satélites destinados a fortalecer la red Galileo. Este lanzamiento, que constituyó la quinta misión del Ariane 6 y la primera intervención de este lanzador en la integración de componentes para la constelación Galileo, marcó un avance relevante en el proceso de modernización tecnológica impulsado por la Unión Europea.
El medio original explicó que, tras el desprendimiento de los satélites SAT 33 y SAT 34 de la etapa superior del lanzador cerca de las 10:00, se procedió a un chequeo inicial de sus sistemas, que se extendió por unos cincuenta minutos. Esta revisión previa tiene como finalidad principal la detección de posibles desperfectos y la definición del protocolo de actuación que seguirá el equipo técnico. Culminada esta etapa, la Agencia de la Unión Europea para el Programa Espacial (EUSPA) inició una fase más exhaustiva de validación, con una duración estimada entre tres y cuatro meses, que contempla la integración, compatibilidad y rendimiento de los nuevos satélites en el conjunto de la constelación Galileo.
El medio remarcó que únicamente cuando SAT 33 y SAT 34 hayan superado todas las pruebas de validación y compatibilidad podrán asumir funciones operativas dentro del sistema Galileo. El proceso de comprobaciones técnicas está diseñado para asegurar que se cumplan los parámetros de precisión submétrica tanto en posicionamiento como en sincronización temporal, lo que resulta fundamental para garantizar la fiabilidad y seguridad de los datos enviados a millones de usuarios.
Los responsables del programa Galileo, citados por el medio original, destacaron la importancia estratégica de disponer de satélites de reserva activos. Esta política otorga resiliencia adicional frente a eventuales imprevistos y permite gestionar la rotación planificada de la flota, optimizando los recursos y la capacidad de respuesta. Según publicó el medio, el sistema Galileo suministra servicios de tiempo y localización a más de 5.000 millones de personas en el mundo, aumentando la exigencia de mantener una alta disponibilidad operativa y la capacidad de sustitución inmediata de componentes en caso de avería o pérdida de funcionalidad de cualquier satélite.
El sistema Galileo, operativo desde 2016 según detalló el medio, se ha consolidado en el panorama internacional como elemento clave para la provisión de servicios de navegación y cronometraje en Europa. Sectores como el transporte terrestre y marítimo, la agricultura tecnificada, la industria financiera y la gestión de emergencias recurren a Galileo como soporte principal en la optimización de rutas, el control remoto de maquinaria, la validación de transacciones electrónicas y la coordinación de respuestas rápidas en casos de crisis.
El medio explicó que la precisión submétrica aportada por Galileo permite desplegar herramientas como la gestión logística avanzada, el seguimiento en tiempo real de equipos agrícolas y la planificación optimizada de rutas en transporte ferroviario o marítimo. Además, las normativas europeas demandan que todos los dispositivos móviles vendidos dentro de la Unión sean compatibles con la tecnología Galileo, lo que se traduce en una generalización del acceso tanto para usuarios privados como industriales y comerciales.
En el caso del sector agrícola, el citado medio detalló que la integración de Galileo posibilita un monitoreo a distancia y un control detallado de las explotaciones, repercutiendo en la eficacia de las labores de siembra, recolección y cuidado de los cultivos. Para el transporte, el sistema permite una planificación y supervisión continua de trayectorias, lo que mejora la seguridad ferroviaria y marítima. Actualmente, millones de ciudadanos y empresas en Europa dependen de Galileo para actividades diarias que incluyen la localización vial y la autenticación digital en operaciones sensibles.
La operatividad y el desarrollo del sistema Galileo están distribuidos entre varios organismos, según reportó el medio. La Comisión Europea aborda la planificación estratégica y la gestión de los recursos presupuestarios, la Agencia Espacial Europea (ESA) lidera las tareas de diseño y despliegue de hardware, y EUSPA supervisa la validación técnica y el cumplimiento de estándares internacionales. El modelo de gobernanza compartida ha permitido mantener la actualización continua del sistema y la incorporación de innovaciones relevantes.
El lanzamiento de SAT 33 y SAT 34 a bordo del Ariane 6 evidenció avances en las capacidades del sector aeroespacial europeo, tal como afirmó el medio original. El Ariane 6 dispone de dos propulsores sólidos P120C y una etapa central con motor Vulcain 2.1, que emplea oxígeno e hidrógeno líquidos como propelentes. El sistema incluye una etapa superior Vinci, capaz de reiniciarse varias veces, lo que permite colocar la carga útil con exactitud en la órbita definida. Una vez liberados los satélites, la etapa superior se dirigió a una "órbita cementerio" para reducir riesgos de colisión e interferencias con futuras misiones, práctica estándar para mitigar residuos orbitales, según precisó el medio.
El medio subrayó que la Unión Europea sigue avanzando en la modernización del programa, mediante proyectos de integración de sistemas de propulsión eléctrica, el refuerzo de la red de antenas para comunicaciones internas, la transmisión en tiempo real de datos orbitales y el despliegue de relojes atómicos de última generación. Estas soluciones, actualmente en proceso de pruebas, buscan consolidar la autonomía tecnológica de Europa en el contexto global y aumentar la fiabilidad operativa a corto y medio plazo.
El sistema Galileo desempeña también un papel esencial en la validación de identidades digitales y la protección frente a fraudes electrónicos internacionales, según anunció el medio. Estas capacidades resultan relevantes en el soporte de infraestructuras críticas comerciales y logísticas a escala europea, aportando seguridad en mercados y entornos productivos. La comprobación y certificación de los satélites SAT 33 y SAT 34, encuadradas en la estrategia global de renovación, marcan una etapa sobresaliente para la actualización y la consolidación del sistema Galileo, de acuerdo con la fuente citada.
La continuidad en la adopción de nuevas tecnologías, junto con estrictos procesos de validación, conforman la base de la estrategia de la Unión Europea para mantenerse como referente en el sector de la navegación vía satélite, expandiendo la cobertura, la seguridad y la autonomía en un contexto global caracterizado por la competencia tecnológica y geoestratégica.


