Muere un bebé palestino de dos semanas por las bajas temperaturas en la Franja de Gaza

Decenas de miles de desplazados en Gaza enfrentan condiciones insalubres, frío extremo y refugios destruidos por la tormenta ‘Byron’, según autoridades locales, mientras la falta de suministros esenciales agrava la emergencia humanitaria y dificulta la asistencia sanitaria

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La evacuación de decenas de miles de personas desplazadas en Gaza cobró protagonismo tras el paso de la tormenta polar ‘Byron’, cuyas fuertes lluvias y vientos destruyeron miles de tiendas de campaña que servían como refugio temporal. El diario palestino Filastin informó que, en medio de este panorama, la emergencia humanitaria se ha intensificado, dificultando las operaciones de auxilio y exacerbando las condiciones de insalubridad y frío extremo que enfrentan quienes han perdido sus hogares durante la ofensiva militar israelí iniciada en octubre de 2023.

El Ministerio de Sanidad local, citado por Filastin, dio a conocer el fallecimiento de Mohamed Jalil abú al Jair, un bebé de catorce días que murió tras permanecer dos días en cuidados intensivos debido a complicaciones asociadas con la exposición al frío. Según detalló el medio, más de 27.000 hogares han quedado sin resguardo tras las inundaciones que acompañaron a la tormenta, obligando a miles de familias a abandonar sus carpas y buscar refugio en condiciones aún más precarias bajo temperaturas extremadamente bajas.

La situación humanitaria en Gaza, según publicó Filastin, se agravó a raíz de las severas inundaciones causadas por las recientes precipitaciones, que sumaron destrucción a la ya devastada infraestructura tras la ofensiva militar. Durante el avance del temporal, se registraron al menos una decena de muertes en el enclave, lo que refuerza el riesgo para la población desplazada, especialmente niños y personas mayores, quienes son los más vulnerables ante la falta de protección ante el clima.

Filastin reportó que el desastre natural golpeó duramente los asentamientos provisorios militares distribuidos por organizaciones humanitarias y elaborados con materiales improvisados, muchos de los cuales no resistieron las lluvias y los vientos. La presencia de la tormenta dificultó el acceso de equipos de rescate a las zonas más afectadas y obligó a numerosas familias a trasladarse durante la noche, expuestas al peligro y sin garantía de encontrar refugio seguro. Las bajas temperaturas, sumadas a la destrucción de refugios, han favorecido el aumento de enfermedades respiratorias y casos de hipotermia.

Desde la reanudación del conflicto en Gaza, los servicios básicos han enfrentado un colapso significativo, consignó Filastin. El abastecimiento eléctrico se encuentra gravemente interrumpido, las redes de agua potable están dañadas y la capacidad hospitalaria permanece limitada debido a la destrucción creciente. Las autoridades sanitarias y los organismos de ayuda han hecho llamamientos a la comunidad internacional para que se suministren recursos adicionales, pero la respuesta, según el medio palestino, sigue por debajo de las necesidades derivadas del aumento de desplazados y la magnitud de las pérdidas materiales.

A medida que las condiciones insalubres se generalizan, las dificultades para acceder a atención médica aumentan, lo que complica la gestión de emergencias como la sufrida por Mohamed Jalil abú al Jair y otras víctimas vinculadas tanto a la tormenta ‘Byron’ como al agravamiento del conflicto. De acuerdo con Filastin, los esfuerzos en curso por parte de las autoridades y las organizaciones sobre el terreno continúan viéndose superados por la extensión de los daños y la persistente falta de suministros esenciales.

La muerte del menor se añade, según recogió el diario, a una lista creciente de fallecimientos vinculados a factores ambientales y al deterioro de los recursos en medio del asedio y los bloqueos, lo que expone el impacto humanitario de la devastación en Gaza. La tormenta intensificó la urgencia de cubrir las necesidades de abrigo, tratamiento médico y acceso a agua potable, mientras que los desplazados siguen requiriendo soluciones inmediatas ante la insuficiencia de ayuda y la amenaza constante de nuevas contingencias climáticas.

Filastin destacó que, tras los ataques del 7 de octubre de 2023 y la consecuente ofensiva militar israelí, la población desplazada en Gaza debe enfrentar no sólo la inseguridad física relacionada al conflicto, sino también los peligros derivados de fenómenos meteorológicos adversos y la degradación acelerada de sus condiciones de vida. El medio subrayó la exigencia de una intervención internacional efectiva para responder a la emergencia y salvaguardar a los cientos de miles de personas desprotegidas tras la devastación acumulada por la guerra y los recientes desastres naturales.