
El ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Yván Gil, ironizó sobre las cifras presentadas por María Corina Machado respecto a la supuesta implicación de la sociedad venezolana en el narcotráfico, destacando que, según estos porcentajes, incluso la familia de la propia dirigente opositora estaría involucrada. El canciller incluyó estas valoraciones en un comunicado oficial, donde además situó las recientes declaraciones de Machado como un factor que refuerza la percepción de distancia entre la líder opositora y los sectores populares. Esta polémica se suma al contexto de acusaciones cruzadas y a la creciente polarización en el escenario político venezolano, según consignó Europa Press.
La confrontación entre el gobierno y la principal figura opositora aumentó tras la difusión de comentarios atribuidos a Machado. Según publicó Europa Press, tanto el presidente Nicolás Maduro como el canciller enfatizaron que la opositora está alineada con corrientes políticas apoyadas por lo que denominan “oligarquías rancias” y entornos internacionales, con el propósito de desplazar al oficialismo mediante respaldo extranjero. En declaraciones recogidas por Europa Press, Maduro subrayó que más del 89 por ciento de los venezolanos, según datos manejados por el Ejecutivo, rechaza la postura de Machado. Este nivel de desaprobación se habría intensificado luego de que la exdiputada afirmara que “el 60 por ciento de la población venezolana está metida en el narcotráfico”. El mandatario argumentó que aceptar esta premisa implicaría que en un núcleo familiar de cinco personas, tres se encontrarían supuestamente involucradas en actividades ilegales relacionadas con drogas.
El jefe de Estado consideró este tipo de discursos como alarmistas y ofensivos para la ciudadanía, y los enmarcó bajo lo que identificó como una “campaña fascista”. Maduro aseguró, de acuerdo con la información de Europa Press, que tales planteamientos encuentran escasa receptividad entre la ciudadanía, insistiendo en que Machado enfrenta un “rechazo generalizado”. El presidente también vinculó el desprestigio que, según él, afecta a la dirigente opositora, con su posicionamiento respecto a Estados Unidos. Sostuvo que la imagen de Machado se habría deteriorado todavía más después de la supuesta solicitud de apoyo para una “invasión imperialista gringa”, acto que, en su versión, ocurrió durante una gira internacional en la que, finalmente, la opositora no asistió a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz en Oslo.
Maduro relató además una versión sobre un viaje presuntamente secreto de Machado al extranjero. Describió públicamente, según Europa Press, una supuesta salida encubierta de la dirigente desde Caracas, disfrazada y con peluca, antes de embarcarse hacia Curazao y posteriormente abordar un avión en dirección a Noruega, con escala en territorio estadounidense. En ese contexto, circuló la versión de que la dirigente habría sufrido una lesión vertebral al intentar salir del país.
En el plano internacional, la tensión aumentó con la incautación de un buque petrolero venezolano por parte de las autoridades estadounidenses. Según publicó Europa Press, Maduro calificó la acción de “piratería” y acusó al Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Volker Turk, de no pronunciarse sobre el episodio. El presidente aseguró que la confiscación había sido justificada como parte de la lucha contra el narcotráfico en el Caribe y el Pacífico, al tiempo que afirmó que Venezuela adoptará “todas las medidas necesarias” para proteger el libre comercio, el cumplimiento del derecho internacional y la defensa de los intereses nacionales. Maduro enmarcó la difusión pública del incidente en acciones promovidas por el expresidente Donald Trump.
Por su parte, el canciller Gil continuó defendiendo la postura oficial a través de su canal de Telegram, según difundió Europa Press. Reiteró que las estimaciones hechas por Machado en temas de narcotráfico reflejan una “exageración” que alimenta el rechazo popular y la relacionan con una élite privilegiada. El ministro de Relaciones Exteriores también sugirió que existe una tradición de desprecio hacia el pueblo detrás de estas declaraciones y apuntó a supuestos vínculos de Machado con organizaciones criminales, así como con grupos paramilitares colombianos relacionados con los expresidentes Álvaro Uribe e Iván Duque.
A este conjunto de acusaciones se sumó la denuncia de Gil sobre una supuesta intención de Machado de ceder el territorio del Esequibo y entregar otros recursos nacionales, presentando estos señalamientos como parte de un supuesto proyecto de entrega de la soberanía a intereses foráneos bajo el pretexto de acceder al poder.
Europa Press destacó que la controversia originada por las palabras atribuidas a María Corina Machado y la respuesta del oficialismo delinean el actual escenario de pugna política, centrando la figura de la opositora en el centro de las críticas desplegadas por altos funcionarios del gobierno. Los recientes episodios relacionados con la política exterior, el conflicto con Estados Unidos y la incautación de bienes petroleros añadieron nuevos elementos al enfrentamiento, ampliando la brecha entre los bloques políticos y consolidando la figura de Machado como punto de fricción constante en el debate público.


