La ONU denuncia la "cada vez más insoportable situación" de los civiles en Ucrania por la invasión rusa

El informe de Naciones Unidas advierte sobre el alarmante incremento de víctimas, desplazamientos y ataques a infraestructuras, subrayando riesgos extremos para adultos mayores y personas con discapacidad, quienes enfrentan graves obstáculos para acceder a ayuda vital y servicios básicos

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Las restricciones a la movilidad y la libertad que predominan en las regiones ocupadas por fuerzas rusas en el este de Ucrania afectan considerablemente a la población civil, dificultando que retomen una vida estable y agravando la falta de recursos tras la invasión. Este es uno de los puntos centrales del informe más reciente de Naciones Unidas, que, según detalló el organismo, advierte sobre el aumento de víctimas, desplazamientos y ataques a infraestructuras esenciales durante el flujo del conflicto en territorio ucraniano. El reporte, citado por diversas agencias internacionales, hace especial hincapié en la exposición extrema que enfrentan los adultos mayores y las personas con discapacidad, quienes ven obstaculizado su acceso a ayuda vital y servicios básicos.

De acuerdo con la ONU, casi la mitad de las víctimas civiles registradas en Ucrania durante el último año tenía más de sesenta años. Esta proporción refleja la gravedad de la situación en las zonas cercanas a la línea de combate, donde la violencia creciente y la falta de medios dificultan seriamente la posibilidad de abandonar territorios peligrosos. Naciones Unidas subrayó que la movilidad limitada actúa como un factor multiplicador de riesgos, ya que impide que estos grupos accedan a refugios, atención médica y suministros de emergencia, sobre todo cuando las hostilidades se intensifican.

El medio reportó que la ofensiva rusa amplió su radio de acción en los meses recientes, después de haber estado principalmente concentrada en ciertas regiones. Ahora, las áreas inicialmente menos afectadas han comenzado a recibir ataques más intensos. Según detalló la ONU, esta expansión trajo consigo un incremento tanto en la frecuencia como en la intensidad de los bombardeos, el lanzamiento de misiles y el uso continuo de drones sobre zonas urbanas y localidades del frente.

En su informe, Naciones Unidas expuso que cerca del 60% de los civiles alcanzados por la violencia en los últimos meses residía en las inmediaciones de la línea de combate, donde la llegada de equipos de emergencia y la asistencia sanitaria sufren dificultades constantes. Las interrupciones a servicios médicos fundamentales resultan aún más complejas en medio de explosiones y enfrentamientos armados, lo que limita la efectividad de las ambulancias y los equipos de rescate.

La situación alcanzó uno de sus momentos más graves con el ataque aéreo sobre edificios residenciales en Ternópil, al oeste de Ucrania, registrado como el incidente más letal en esa región desde el inicio de la ofensiva rusa en febrero de 2022. La ONU confirmó un saldo de alrededor de 40 personas fallecidas y al menos 100 heridas, una cifra significativa en relación con el ámbito histórico del conflicto en esa zona.

Volker Türk, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, afirmó ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra que “la situación se ha convertido en una pesadilla interminable para el pueblo ucraniano”. Según consignó el organismo, entre junio y noviembre se identificó un aumento del 24% en el número de víctimas civiles respecto al mismo periodo del año anterior.

La ONU resaltó que, en el semestre más reciente analizado, el uso de drones de corto alcance provocó aproximadamente 300 muertes de civiles cuando estos viajaban en vehículos, reflejando una tendencia preocupante en la evolución de las tácticas empleadas en la guerra. Además, la permanencia de minas terrestres y la constancia de los bombardeos han generado nuevos desplazamientos masivos dentro del territorio nacional, y han impactado en viviendas, hospitales y centros educativos.

Naciones Unidas expresó que los ataques cotidianos sobre comunidades próximas al frente han interrumpido el suministro de fármacos y servicios de salud básicos, aumentando la exposición de la población a situaciones de riesgo continuado. El deterioro en infraestructuras críticas forma parte de las principales preocupaciones señaladas en el documento, con cortes prolongados de electricidad afectando especialmente la vida cotidiana durante los meses de invierno. La falta de suministro impide el acceso a calefacción, agua potable y transporte público para miles de residentes.

A raíz de estos daños, colectivos vulnerables como los ancianos y las personas con discapacidad incrementan su dependencia y enfrentan mayores niveles de aislamiento, dada la imposibilidad material de buscar lugares más seguros por sus propios medios. El desplazamiento forzoso sigue en ascenso, según relató la ONU, y afecta a miles de familias que deben abandonar sus hogares en escenarios de alto peligro.

El informe también comparó los datos brindados por autoridades rusas, que no han podido ser confirmados de manera independiente, los cuales mencionan 146 muertes y 1.150 heridos civiles en zonas bajo control de Moscú durante el mismo periodo evaluado. Naciones Unidas destacó el contraste entre ambas versiones como relevante para la comprensión del impacto real que tiene el conflicto sobre la población civil.

En el análisis sobre las áreas controladas por fuerzas rusas, Naciones Unidas identificó obstáculos adicionales como restricciones sobre la libertad de movimiento, la limitación de la expresión y de la práctica religiosa. Las personas residentes en estos sectores sufren no solo desplazamiento, sino también dificultades para acceder a recursos materiales y para restablecer su vida cotidiana después de la invasión.

La organización destinó una parte clave de su reporte a las condiciones de los prisioneros de guerra. Se documentaron 96 ejecuciones extrajudiciales de soldados ucranianos y civiles desarmados o apartados de las acciones bélicas, con un aumento en este tipo de hechos desde mediados de noviembre. También se registraron cuatro ejecuciones de prisioneros rusos perpetradas por fuerzas ucranianas, junto con evidencia de maltrato y torturas a prisioneros ucranianos que permanecían en custodia rusa, según el documento.

Naciones Unidas exigió el respeto a las normativas internacionales, con una solicitud específica a Moscú para poner fin a las actividades militares y salvaguardar a la población civil, al tiempo que indicó a Kiev la obligación de proteger a los prisioneros de guerra y evitar cualquier trato inhumano o degradante. Durante su presentación, Türk sostuvo que “quienes perpetren violaciones a los derechos humanos y a la legislación internacional respondan ante la justicia”, según citó Naciones Unidas. El llamado también incluyó la necesidad de garantizar el acceso pleno a la ayuda humanitaria por parte de todas las partes involucradas.

La crisis humanitaria, de acuerdo con el reporte publicado, ha alcanzado niveles críticos debido a la prolongación del conflicto, la destrucción reiterada de infraestructuras vitales y el crecimiento de los desplazamientos forzados. Estas circunstancias complejizan el trabajo de organismos dedicados a la ayuda internacional y agravan las condiciones de millones de personas expuestas a diferentes formas de desamparo.

El informe otorga prioridad a los grupos sociales con más riesgos, en especial adultos mayores y personas con distintos grados de discapacidad, a quienes la imposibilidad de huida coloca en una posición de especial vulnerabilidad. Las dificultades para entregar suministros médicos, alimentos y bienes de primera necesidad persisten, síntoma de la ausencia de condiciones seguras en las rutas y de las restricciones implementadas en los territorios que se encuentran bajo control ruso.

Las evacuaciones organizadas para proteger a los sectores más peligrosamente expuestos enfrentan obstáculos severos, según información consignada por Naciones Unidas. La organización concluyó que la continuidad de la guerra, la extensión de los ataques a infraestructuras civiles y la persistencia de trabas a la llegada de ayuda humanitaria seguirán empeorando la situación de la población civil en Ucrania, y afectando su seguridad, su salud y sus posibilidades de supervivencia.