
Durante el tercer trimestre de 2025, el movimiento de productos agrícolas, entre ellos la soja, junto al aumento de las exportaciones de energía eléctrica hacia Argentina y las ventas internas de bienes durables, delineó el comportamiento del producto interno bruto (PIB) de Uruguay. Según informó el Banco Central de Uruguay, el incremento interanual del PIB fue del 1,2%, registrado en comparación con el mismo periodo del año anterior. No obstante, el análisis desestacionalizado reveló una caída del 0,2% con respecto al trimestre inmediato anterior, lo que evidenció ciertos retrocesos en la dinámica económica nacional.
El segmento de comercio, alojamiento y restauración se estableció como uno de los motores clave de la expansión sectorial, con un crecimiento del 5,4%. El medio detalló que dicho desempeño estuvo asociado de manera directa al repunte en la comercialización tanto de soja como de combustibles importados, sumados a la colocación favorable de carne, productos farmacéuticos y textiles. La recuperación de la actividad turística y la mejora de servicios vinculados al comercio acompañaron este avance.
De acuerdo con el Banco Central de Uruguay, el sector financiero experimentó una mejora del 3% en el mismo periodo. La causa principal se identificó en el fortalecimiento de la intermediación en moneda nacional, lo cual impulsó la prestación de servicios financieros e integró estos resultados positivos al contexto general de los sectores terciarios. Paralelamente, el sector de energía eléctrica, gas y agua registró un aumento del 2,2%, atribuido fundamentalmente al incremento de las exportaciones de energía a Argentina. Esta dinámica mantuvo alta la demanda y mejoró los ingresos sectoriales gracias al flujo exportador.
Otras áreas, como salud, educación y servicios inmobiliarios, exhibieron una variación positiva del 0,8%, mientras que transporte y almacenamiento aumentaron un 0,4%. Estas cifras, según reportó el Banco Central de Uruguay, reflejaron estabilidad y escasas fluctuaciones respecto a ejercicios previos, especialmente en los servicios no directamente ligados al comercio internacional.
En sentido opuesto, la construcción registró una contracción relevante. El sector bajó un 3,1%, arrastrado por la menor inversión en obras viales. El Banco Central precisó que esta reducción del ritmo de inversiones en infraestructura resultó un freno considerable al aporte global de la construcción al PIB, y se vinculó principalmente a la desacumulación de proyectos que en trimestres anteriores habían sostenido la actividad.
El consumo final total presentó un avance interanual del 1,9%. El Banco Central de Uruguay destacó la fuerte incidencia de los bienes de consumo importados, como prendas de vestir y vehículos, que registraron una demanda creciente. También aumentó el gasto público, impulsado sobre todo por la expansión de los desembolsos en servicios de salud. La demanda interna se sostuvo en parte por estas compras, reflejando una cierta capacidad de consumo en los hogares y el sector público.
La formación bruta de capital, clave para medir la inversión, marcó un descenso interanual del 8,9%. El Banco Central de Uruguay puntualizó que esta cifra evidenció una mayor desacumulación de existencias y condicionó la evolución de la inversión durante el trimestre, con impacto directo sobre el resultado global del PIB. Esta debilidad inversora contrastó con la fortaleza de las exportaciones y el consumo.
El intercambio comercial internacional aportó cifras favorables en el periodo analizado. Las exportaciones aumentaron en un 5,2%, lideradas por productos del sector agrícola y las carnes, que mantuvieron su relevancia como motores del comercio exterior uruguayo. Estos rubros resultaron esenciales para el balance de bienes y servicios, tal como detalló el Banco Central de Uruguay. Al mismo tiempo, las importaciones se incrementaron en un 3%, impulsadas principalmente por la entrada de prendas de vestir, automóviles, carne y productos farmacéuticos. Todas estas operaciones tuvieron incidencia en la provisión interna de bienes y en la balanza comercial del país.
El informe divulgado por el Banco Central de Uruguay incluyó además el seguimiento de actividades con variaciones más acotadas. El área de salud, educación y servicios inmobiliarios mantuvo registros de estabilidad, mientras que el sector del transporte mostró movimientos menores, sin alterar la tendencia general observada en años anteriores. Este panorama reflejó un equilibrio relativo en los servicios, cuyo desempeñó se mantuvo sin grandes sobresaltos.
Las cifras del tercer trimestre de 2025 ilustran, de acuerdo a lo consignado por el Banco Central de Uruguay, una economía dinamizada por sectores vinculados al turismo, las ventas de energía y el impulso exportador de productos agrícolas, a la vez que enfrenta limitaciones por la caída en la construcción y en la inversión global. El organismo puntualizó que la interacción de estos factores, tanto internos como externos, configuró el escenario económico uruguayo en el periodo analizado, marcando diferencias dentro de los sectores productivos y el balance general del país.


