
En respuesta a las recientes declaraciones de Nicolás Maduro sobre la situación de los migrantes venezolanos en Chile, José Antonio Kast, presidente electo chileno, atribuyó escaso peso a las advertencias provenientes de Caracas y sostuvo una postura firme frente al mandatario venezolano, a quien calificó de “narcodictador”. Este intercambio profundizó la tensión diplomática entre ambos gobiernos y evidenció la fractura existente en torno a los derechos de quienes conforman la diáspora venezolana, según consignó el diario chileno La Tercera.
Según informó La Tercera, Kast minimizó los señalamientos de Maduro en el Aeropuerto de Santiago, cuando se encontraba en tránsito hacia Buenos Aires con el objetivo de reunirse con Javier Milei, presidente de Argentina. En ese contexto, ante la consulta de periodistas acerca del llamado de Maduro a “no tocarle un pelo a un venezolano”, Kast respondió: “Me tiene sin cuidado, es un narcodictador”. Esta postura se inscribe en una estrategia política caracterizada por un discurso enfocado en reforzar el control fronterizo y establecer restricciones severas para el ingreso y permanencia de extranjeros en territorio chileno.
El medio La Tercera detalló que la confrontación verbal estalló tras el triunfo de Kast en una segunda vuelta electoral frente a la candidata progresista Jeannette Jara, en la que el líder conservador cosechó cerca del 60% de los votos. El programa de gobierno de Kast incorpora la propuesta de cerrar las fronteras del país, efectuar deportaciones masivas y crear una unidad policial dedicada específicamente a la detención de inmigrantes en situación irregular, medidas alineadas con lineamientos aplicados en países como Estados Unidos.
Maduro intensificó su respuesta al etiquetar a Kast como “seguidor de Hitler”, referencia que hace alusión a la biografía de su padre y a vínculos con el régimen nazi, reportó el diario chileno. Además, el presidente venezolano reiteró que “la migración venezolana tiene derechos” y promovió un plan estatal destinado a facilitar el retorno de venezolanos desde el extranjero, reafirmando la disposición de su administración a proteger a sus ciudadanos dondequiera que se encuentren.
La Tercera subrayó que el debate sobre la migración venezolana en Chile ocurre en un contexto de auge del flujo migratorio en la región y recuentos oficiales que arrojan cifras relevantes. Según datos del Instituto Nacional de Estadística de Chile citados por el medio, en 2023 se identificaron 252.591 venezolanos en situación irregular en el país, lo que representa el 75% de la población extranjera no documentada en el territorio chileno.
El discurso de Kast durante la campaña privilegió el tema de la seguridad, aunque los datos de criminalidad referidos oficialmente no registran una correlación estricta con la percepción creciente de inseguridad dentro de la población, explicó La Tercera. Por otra parte, la agenda conservadora del presidente electo se consolida con su oposición expresa a la legalización del aborto y al matrimonio igualitario, sosteniendo un perfil ideológico afín a propuestas vinculadas con el denominado “trumpismo” y las tendencias internacionales de endurecimiento de las normas migratorias.
De acuerdo con La Tercera, el ascenso de Kast al poder implica la llegada de un político abiertamente simpatizante de Augusto Pinochet a la presidencia. Pinochet encabezó una dictadura que según cifras recopiladas por el diario, provocó más de 40.000 víctimas, entre asesinatos, desapariciones y torturas. Esta dimensión histórica refuerza el simbolismo del giro conservador experimentado actualmente en la política chilena.
La situación de los migrantes venezolanos persiste en la agenda pública. El gobierno venezolano mantiene programas de retorno y reitera su prerrogativa de proteger a los connacionales en el extranjero, política promovida por Maduro en sus mensajes a la diáspora. Según citó La Tercera, el refuerzo de estos planes responde directamente a las preocupaciones surgidas por el trato y las nuevas políticas adoptadas por el gobierno chileno.
Kast manifestó durante la campaña, según publicó La Tercera, que existe la posibilidad de que otros países latinoamericanos incrementen su presión sobre la administración de Maduro para enfrentar fenómenos asociados a la exportación de drogas, fenómeno que el propio Kast señaló como inadmisible. “La exportación de drogas no es aceptable”, declaró el presidente electo de Chile, abriendo el debate sobre una eventual respuesta diplomática regional coordinada.
La confrontación diplomática entre Chile y Venezuela introduce un capítulo adicional en la discusión regional sobre políticas migratorias, derechos humanos y seguridad, relató La Tercera. El nuevo gobierno chileno encara el desafío de responder tanto a los desafíos internos derivados del aumento del flujo migratorio como a las presiones y advertencias provenientes de gobiernos de países de origen de los principales contingentes de migrantes, entre ellos Venezuela. En este marco, la controversia entre Kast y Maduro resalta la complejidad de la relación entre política interna, migración y diplomacia en el contexto latinoamericano actual.

