Condenado a más de 21 años de prisión el autor del atropello múltiple de mayo en Liverpool

Más de un centenar resultó herido, incluidos menores y adultos mayores, durante los festejos del Liverpool FC cuando Paul Doyle arremetió con su vehículo contra la multitud, según la justicia británica, que calificó los hechos como extremadamente graves

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El magistrado Andrew Menary expresó en la audiencia judicial la dificultad de transmitir adecuadamente, únicamente con palabras, el nivel de destrucción que quedó patente tras el atropello múltiple cometido por Paul Doyle en Liverpool. La sentencia, según detalló la BBC, condena a Doyle, exmarine de 54 años, a 21 años y medio de prisión por los delitos vinculados al incidente ocurrido durante los festejos por el triunfo reciente del Liverpool FC, donde más de cien personas, entre ellas ocho menores, resultaron heridas.

De acuerdo con la información obtenida por la BBC, el ataque tuvo lugar en una calle central, colmada de seguidores del equipo de fútbol, entre quienes se encuentran víctimas de edades que van desde un bebé de seis meses hasta una mujer de 77 años. En los hechos, el vehículo conducido por Doyle irrumpió en plena celebración, embistiendo de manera repetida a varios grupos de asistentes, y solo se puso fin a la agresión luego de que un transeúnte lograra adentrarse en el coche y accionar la palanca de estacionamiento.

El juez Menary indicó que el exmarine utilizó su automóvil como un “arma”, movido por un acceso de ira, y que demostró una actitud de “indiferencia absoluta respecto a la vida humana”, según citó la BBC. El magistrado describió, durante la audiencia, cómo Doyle repetía las embestidas, acelerando cada vez y atropellando tanto a quienes estaban de frente como a otros que terminaron sobre el capó del vehículo. El caos desatado provocó pánico y dispersión entre quienes participaban en la multitud, reportó el medio británico.

La cobertura de la BBC también recoge las observaciones del juez sobre el impacto físico y psicológico de la acción de Doyle, subrayando que las secuelas alcanzaron a quienes sufrieron lesiones directas y a los testigos y familiares presentes, muchos de los cuales tuvieron que huir apresuradamente del área afectada. Las imágenes y relatos presentados en el tribunal evidenciaron la magnitud del daño, tanto a corto como a largo plazo, generado por el atropello múltiple.

Durante el proceso judicial, la BBC consignó que Paul Doyle reconoció su responsabilidad en 31 cargos, incluidas acusaciones por conducción peligrosa, alteración del orden público e intento de causar lesiones físicas severas de forma intencionada. Estas imputaciones guardan relación directa con 29 víctimas identificadas, siendo dos de ellas menores de edad. Se detalló que tras la violenta arremetida, solo la intervención de un testigo permitió frenar al conductor, interrumpiéndose así la serie de atropellos.

El tribunal, según lo publicado por la BBC, consideró que la conducta de Paul Doyle estuvo marcada por una “ira inexplicable y desproporcionada”, hecho que resultó determinante para la severidad de la condena. Las autoridades judiciales remarcaron la magnitud del daño causado a la comunidad liverpoolense, aludiendo al número de víctimas y al nivel de alarma social que se generó en la ciudad tras los hechos. El fallo contempla como objetivo responder, de manera proporcional a la gravedad de los delitos, tanto a las necesidades de reparación de los afectados como a la demanda de justicia de la sociedad.

Según reportó también la BBC, durante la comparecencia en la sala del tribunal, Doyle mantuvo una actitud distante y sin mostrar emociones, aspecto señalado por los observadores judiciales y tomado en cuenta a lo largo de la audiencia. La investigación y el subsiguiente enjuiciamiento evidenciaron la dimensión de los daños causados, no solo en términos físicos, sino en el alcance psicológico sobre las víctimas y asistentes, ampliando aún más la repercusión de los hechos descritos.

La decisión judicial, según recogió la BBC, se presenta como una de las sentencias más rigurosas dictadas en incidentes públicos recientes en la ciudad. El propósito declarado en la resolución apunta a sentar un precedente y reafirmar el alcance de las consecuencias legales ante eventos considerados de elevada gravedad para la colectividad. El incidente y la posterior condena han marcado un hito en la percepción y tratamiento de la violencia en espacios públicos en Liverpool, según refrenda la información recabada por el medio británico.