En el reciente ciclo competitivo, Benjamín Noval se consolidó como uno de los protagonistas de la nueva generación del ciclismo español y, según el análisis de Alejandro Valverde, seleccionador nacional, hubiera alcanzado al menos la medalla de plata en el Mundial júnior de no haber sufrido una caída. Este episodio, contexto de los Desayunos Deportivos celebrados el martes, funcionó como ejemplo para Valverde de la calidad y proyección que exhiben los jóvenes ciclistas del país, en un periodo donde la combinación de talento emergente y experiencia consolida resultados notables a nivel internacional. Según publicó Europa Press, Valverde examinó el papel que esos nuevos talentos, junto a figuras ya establecidas, han desempeñado para cimentar los recientes logros de la selección española, al tiempo que detalló su enfoque sobre la gestión del equipo.
El técnico nacional, quien asumió el cargo tras una extensa carrera profesional, centró parte de su intervención en la figura de Juan Ayuso, actualmente corredor del equipo Lidl-Trek, a quien atribuyó la condición de líder dentro de la selección en las principales competiciones, como el Mundial y el Europeo. Según informó Europa Press, Valverde subrayó que Ayuso logró posicionarse entre los diez primeros en ambos certámenes, confirmando así la solidez de su desempeño en citas de máximo nivel. A pesar de estos resultados, Valverde recalcó que el futuro de la selección se encuentra también respaldado por una cantera llena de posibilidades, donde nombres como Héctor Álvarez y el propio Noval representan la renovación progresiva de la estructura deportiva nacional.
Durante su exposición, Valverde también puso especial atención al reciente Mundial de Ruanda, relatando que Ayuso mostró un alto nivel competitivo frente a rivales de gran exigencia. El seleccionador reconoció como desafío principal competir contra figuras como Tadej Pogacar, a quien describió como un corredor “muy superior” a sus contemporáneos. De acuerdo con las declaraciones citadas por Europa Press, Valverde compartió experiencias personales, destacando que logró finalizar segundo en la Strade-Bianche durante su última temporada como profesional, justo por detrás de Pogacar, a quien en ocasiones previas sí logró superar en competición. En palabras de Valverde, “Ganarle le he ganado, sí, pero ahora ya es cosa de otros”, haciendo alusión a la dificultad creciente que representa enfrentarlo actualmente.
El medio Europa Press detalló que, para Valverde, el desarrollo de los ciclistas en categorías formativas ha marcado un proceso de progresión tanto individual como colectiva en la selección española, un fenómeno visible a través de los éxitos obtenidos antes de alcanzar el campo profesional. El seleccionador insistió en que, aunque Ayuso continúa como apuesta para el liderazgo futuro de la selección, el trabajo de base para potenciar nuevas figuras resulta indispensable y sostiene la línea ascendente del ciclismo nacional.
Respecto a su gestión y métodos, Valverde calificó su primer año como seleccionador como una fase “diferente” respecto a su paso previo por el profesionalismo activo. Señaló que la Real Federación Española de Ciclismo y José Vicioso confiaron en él para darle esta “oportunidad muy bonita”, y describió el cargo como una posición que conlleva mayores responsabilidades, además de demandar adaptación a nuevas dinámicas que trascienden la competencia directa, según recogió Europa Press. Entre las iniciativas implementadas bajo su dirección, mencionó la organización de una concentración en la Sierra de Guadarrama antes del Mundial de Ruanda. Relató que este tipo de encuentros permite al grupo convivir durante al menos tres o cuatro días antes de las competencias, circunstancia que favorece la cohesión e incrementa la preparación mental del equipo.
En cuanto a su filosofía de trabajo, Valverde remarcó, conforme a Europa Press, la relevancia de que los propios ciclistas participen activamente en la toma de decisiones del equipo. Argumentó que “no es blanco o negro”, defendiendo la aportación de los corredores en el proceso y la idea de que el éxito grupal se construye desde la colaboración entre los deportistas y los técnicos. El enfoque colaborativo, según el seleccionador, fomenta un ambiente donde los resultados nacen de la conjunción entre estrategia técnica y experiencia en carrera.
El propio Valverde, más allá de sus nuevas funciones, mantiene una vinculación cotidiana con el ciclismo. Según relató para Europa Press, continua saliendo a rodar durante las mañanas cuando sus compromisos se lo permiten, considerándolo una fuente de bienestar y energía. Además, su labor como embajador del Movistar Team se desarrolla en paralelo a su responsabilidad al frente de la selección nacional, lo que, según explicó, ha logrado compaginar gracias a las particulares exigencias de ambos roles.
Sobre la elección de asumir el cargo de seleccionador nacional en vez de formar parte del cuerpo directivo de un equipo profesional como Movistar Team, Valverde explicó que la decisión respondió al interés de mantener mayor cercanía con su entorno familiar. Señaló que el puesto de director deportivo en un equipo internacional exige ausencias prolongadas y frecuentes, circunstancia que la selección nacional no demanda en igual medida. Expresó satisfacción tanto por la evolución del grupo durante su primer año en el cargo como por la adaptabilidad mostrada desde su incorporación, de acuerdo con lo publicado por Europa Press.
Finalmente, en los temas tratados se incluyó una valoración positiva del avance del ciclismo femenino en el país, con referencia al protagonismo alcanzado por las medallas obtenidas por el equipo femenino en competiciones recientes. Valverde vinculó estos logros y los progresos en distintas disciplinas a una tendencia expansiva que, según reiteró Europa Press, abarca todo el ciclismo español. Remarcó que la planificación cuidadosa y la colaboración interna constituyen pilares fundamentales para afrontar la exigencia de los compromisos internacionales y fortalecer el posicionamiento de España en este deporte.
