
Durante una serie de estrategias militares desplegadas por Estados Unidos en el Caribe y el Pacífico para combatir el tráfico de drogas, las fuerzas estadounidenses identificaron la muerte de más de 70 personas vinculadas presuntamente a redes de narcotráfico. En este contexto, el gobierno estadounidense anunció un endurecimiento sin precedentes en su política frente al fentanilo, al considerar formalmente a este opioide sintético como un “arma de destrucción masiva”. Según reportó Europa Press, esta categorización se adoptó mediante una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump, quien equiparó el control del fentanilo al de materiales químicos, biológicos y radiológicos empleados en contextos bélicos o terroristas.
La decisión gubernamental surge tras una crisis sanitaria agravada: más de 80.000 muertes por sobredosis relacionadas al fentanilo se han registrado durante 2024 en Estados Unidos. Europa Press detalló que las autoridades estadounidenses consideran esta ola de muertes como una de las amenazas sanitarias más graves de la historia reciente del país. El presidente Trump argumentó durante el acto realizado en la Casa Blanca que el fentanilo “está más cerca de ser un arma química que una droga”, fundamentando la peligrosidad del compuesto en su baja dosis letal. “Solo dos miligramos de fentanilo, proporción similar a entre 10 y 15 granos de sal, pueden resultar mortales”, afirmó Trump, citado por Europa Press.
El alcance de la orden ejecutiva implica un cambio en la estrategia nacional de combate a los opioides, pues sitúa la lucha contra el fentanilo en el mismo plano legal y operativo que la aplicada a agentes considerados tradicionalmente como armas de destrucción masiva. Según publicó Europa Press, hasta ahora, este tipo de clasificación correspondía a materiales con capacidad de generar daños colectivos en situaciones de guerra o ataques de magnitudes extraordinarias. Ante el impacto social y sanitario derivado del consumo ilegal de fentanilo, esta definición se amplió para incluir a este opioide sintético.
En paralelo a la redefinición legal y operativa, el gobierno estadounidense desplegó operativos militares para interceptar embarcaciones sospechosas de contrabando, sobre todo en rutas marítimas que conectan países productores y corredores de tránsito hacia el territorio estadounidense. Europa Press informó que durante estos procedimientos se hicieron uso de fuerza letal para neutralizar actividades identificadas como parte de redes de tráfico internacional, resultando en decenas de muertes de personas señaladas como traficantes.
El abordaje de la crisis del fentanilo se relaciona directamente con el endurecimiento de la seguridad fronteriza y las políticas migratorias. Trump y su administración subrayaron la asociación entre el tráfico de fentanilo y la migración irregular, señalando la frontera con México como el principal canal de ingreso de esta sustancia. El medio Europa Press precisó que, en respuesta, se intensificaron los controles en este sector, integrando las tareas de persecución antidrogas con las medidas de vigilancia migratoria.
Dentro del nuevo marco legal, también se ratificó la clasificación de varios cárteles del narcotráfico como “organizaciones terroristas extranjeras”. Europa Press explicó que dicha designación autoriza el empleo de herramientas y recursos originalmente diseñados para conflictos armados, extendiendo las competencias de las fuerzas militares y policiales estadounidenses más allá de lo habitual en operativos antidrogas. Esto habilita, entre otras cosas, la interceptación violenta de embarcaciones sospechosas en rutas marítimas vinculadas al narcotráfico.
A pesar de la contundencia del anuncio oficial, la orden ejecutiva aún no precisa los procedimientos específicos ni las consecuencias jurídicas directas que supondrán equiparar el control del fentanilo al de otras armas calificadas como de destrucción masiva. Europa Press señaló que este vacío plantea dudas sobre la implementación de los nuevos protocolos y sobre las sanciones que se puedan derivar a partir de la nueva categoría legal establecida.
El impacto del fentanilo y el aumento constante en las muertes por sobredosis han llevado a que la administración Trump catalogue esta pandemia como una de las mayores emergencias de su mandato. El reporte de Europa Press recordó que la tendencia al alza en el consumo y las muertes asociadas a opioides sintéticos ha impulsado decisiones orientadas a reforzar la persecución penal y expandir las operaciones en el combate al tráfico de drogas. Además, el gobierno insistió en que esta transformación en el discurso oficial refleja una adaptación del enfoque: del habitual tratamiento de salud pública o criminalidad común hacia una respuesta de tipo militar y antiterrorista.
Dentro de este contexto, la redefinición del fentanilo como arma de destrucción masiva ajusta las respuestas estatales a una escala equiparable a la amenaza que representan materiales peligrosos en manos de actores armados. Europa Press subrayó que el futuro desarrollo de procedimientos y resultados derivados de esta categorización permanece en proceso de evaluación.
Finalmente, la administración estadounidense sostiene estrategias de respuesta integradas, en las que el control militar, la labor policial y las restricciones migratorias se articulan para enfrentar el desafío que representa el fentanilo respecto de la salud pública y la seguridad nacional. Según Europa Press, este enfoque multifacético modifica radicalmente el marco tradicional de combate al narcotráfico y plantea nuevas interrogantes sobre la viabilidad y el impacto real de estas medidas a mediano y largo plazo.

