
El ministro de Información de Camboya, Neth Phreaktra, confirmó el aumento en el número de víctimas, responsabilizando a las fuerzas tailandesas por los ataques más recientes en la frontera, pese al anuncio previo de un alto el fuego. Según informaron las autoridades de ambos países, al menos 32 personas murieron y 73 resultaron heridas en esta nueva ola de violencia entre Tailandia y Camboya.
De acuerdo con los datos reportados por las autoridades, durante la última semana se intensificaron los enfrentamientos armados en la zona limítrofe. Tal como publicó el medio que difunde la noticia, 17 de las víctimas mortales correspondieron a Tailandia —de las cuales 14 eran militares y tres civiles— mientras que el Ministerio de Defensa camboyano contabilizó 15 fallecidos del lado camboyano.
Las hostilidades recrudecieron después de que fuerzas tailandesas llevaron a cabo ataques contra posiciones camboyanas en respuesta a una denuncia por la muerte de uno de sus soldados en un anterior incidente fronterizo. Según detalló el Ejército tailandés, de las bajas mencionadas, cuatro militares murieron durante el último día de enfrentamientos.
Las autoridades camboyanas declararon que están actuando en defensa de su soberanía tras los ataques tailandeses, haciendo uso de la fuerza para responder y atribuyendo la responsabilidad de la agresión al país vecino. "Estamos utilizando la fuerza legítima para defender nuestra soberanía frente a los invasores, que no han logrado ocupar territorio camboyano", comunicó el Ministerio de Defensa de Camboya, según reportó el medio.
Por parte de Tailandia, los mandos militares señalaron la importancia de reducir las capacidades militares camboyanas como justificación de sus acciones, subrayando la gravedad de las bajas sufridas en sus propias filas desde el inicio de los enfrentamientos hace una semana.
La escalada de violencia coincidió con un intento internacional de detener las hostilidades. El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció antes de los ataques de las últimas horas un acuerdo de alto el fuego, con el objetivo de frenar la confrontación a lo largo de la frontera. Pese al anuncio, los incidentes armados continuaron en ambos lados de la frontera.
Según consignó la fuente, las cifras de víctimas siguen en aumento desde el comienzo de la confrontación armada, que se originó tras un ataque tailandés en represalia por la muerte de uno de sus soldados. Los episodios recientes pusieron de relieve la fragilidad de los acuerdos de cese al fuego y la continua tensión entre Tailandia y Camboya en la región fronteriza.
Decenas de personas permanecen hospitalizadas debido a las heridas sufridas durante los intercambios de disparos y bombardeos que se reportaron durante la última semana, según datos oficiales compilados por los gobiernos de ambos países. La cifra de heridos asciende actualmente a 73.
La situación en la frontera permanece inestable, con ataques que se produjeron incluso después del acuerdo anunciado para detener las hostilidades. Las autoridades de Camboya y Tailandia expresaron la necesidad de restablecer el orden y evitar una escalada mayor, mientras persistía la inquietud sobre posibles incidentes adicionales entre ambos ejércitos.


