
La familia de Narges Mohammadi comunicó que durante la llamada telefónica que pudo hacer tras casi tres días incomunicada, la activista iraní dio detalles sobre la violencia ejercida contra ella en el momento de su arresto, al ser atacada con porras en la cabeza y el cuello y recibir amenazas de muerte por parte de agentes vestidos de civil. Según informó la Fundación Narges a través de un comunicado recogido por Europa Press, las lesiones sufridas por Mohammadi requirieron su traslado urgente a un hospital en dos ocasiones distintas, en el contexto de su detención durante un acto en memoria del abogado Josrou Alikordi.
La Fundación Narges detalló que la Premio Nobel de la Paz fue detenida el pasado viernes en el acto conmemorativo en Mashhad y que fue víctima de "palizas, insultos y obscenidades" por parte de las fuerzas de seguridad, situación que fue condenada a nivel internacional. Según publicó Europa Press, la familia de Mohammadi informó que la activista no recibió información sobre la autoridad responsable de su arresto ni las razones exactas de su detención. Durante la breve llamada telefónica, la activista aseguró que "fue atacada por agentes vestidos de civil con fuertes y repetidos golpes con porras en la cabeza y el cuello", y que estas agresiones motivaron su ingreso repetido en un hospital.
Mohammadi solicitó a su equipo legal que presente de inmediato una denuncia formal contra los agentes de seguridad por los actos de violencia sufridos durante su detención, precisó la Fundación Narges. Además, durante el arresto, los responsables de su detención proferían amenazas como: "Haremos que tu madre se ponga de luto", según el comunicado difundido por sus allegados.
La activista iraní ha sido acusada presuntamente de colaborar con el Gobierno de Israel, aunque, según reportó Europa Press, no se le ha brindado ninguna explicación sobre dicha acusación ni acerca de qué autoridad la mantiene bajo custodia. El estado de salud de Mohammadi tampoco era favorable al momento de la comunicación telefónica con su familia, según relatan sus allegados.
La detención de Mohammadi se produjo en un acto celebrado por la memoria del abogado Josrou Alikordi, quien falleció semanas antes en circunstancias consideradas "extrañas" por diversas organizaciones y canales familiares. Durante ese evento, autoridades iraníes arrestaron al menos a treinta y nueve personas, incluyendo al hermano de Alikordi, Yavad Alikordi, de acuerdo con datos confirmados por la Fiscalía de Mashhad, informa Europa Press.
El arresto de la Premio Nobel de la Paz y de los demás activistas provocó reacciones de rechazo por parte de destacadas figuras internacionales y nacionales. Shirin Ebadi, también Nobel iraní, el Comité Noruego del Nobel, el preso político Ahmad Reza Haeri y el heredero al trono, Reza Pahlaví, emitieron declaraciones en contra de la detención. También se sumó la venezolana María Corina Machado, receptora del Nobel de la Paz 2025, según reportó Europa Press.
Mohammadi vivía en libertad provisional desde diciembre de 2024, tras la aprobación de una solicitud presentada por sus abogados por motivos médicos y autorizada por la Fiscalía de Teherán. Europa Press recordó que previamente, en octubre, la activista fue ingresada en el hospital después de que sus familiares denunciaron la negativa de las autoridades iraníes a permitirle recibir tratamientos médicos durante más de dos meses, pese al deterioro de su salud.
Su entorno ya había advertido con anterioridad sobre el riesgo latente de que Mohammadi regresara a prisión en cualquier momento. La activista, quien ha dedicado más de dos décadas a oponerse al código de vestimenta obligatorio para las mujeres en Irán, acumula cinco condenas judiciales distintas, totalizando treinta y un años de privación de libertad, según consignó Europa Press. Mohammadi ha apoyado públicamente las protestas surgidas tras la muerte de Mahsa Amini, convirtiéndose en una figura simbólica dentro del movimiento de derechos civiles en el país.
En el plano de su salud, Mohammadi ha registrado múltiples infartos y atravesó una cirugía de emergencia en 2022, lo que ha agravado su estado físico de manera constante. Europa Press recordó que su última jornada en libertad provisional estuvo marcada por la incertidumbre respecto a una posible reclusión adicional, agravada por la presión constante que ejercen las fuerzas de seguridad y el aparato judicial iraní sobre los activistas vinculados a causas políticas y de derechos humanos.

