El fraude a través de medios de pago detectado en Europa aumentó a 4.200 millones en 2024, según BCE y EBA

Las operaciones no autorizadas sobre transferencias, tarjetas y otros canales electrónicos aumentaron en torno a un 20% en el último año, aunque las autoridades destacan que la proporción del fraude respecto al volumen total de pagos permaneció baja y controlada

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El informe del Banco Central Europeo (BCE) y la Autoridad Bancaria Europea (EBA) indicó que la autenticación fuerte del cliente (SCA) permitió reducir la vulnerabilidad ante el fraude en operaciones electrónicas, aunque el fraude sigue registrando incrementos notables en términos absolutos. Según detalló el BCE, el fraude en transferencias, tarjetas, retiradas de efectivo, domiciliaciones y transacciones con dinero electrónico en el Espacio Económico Europeo (EEE) alcanzó los 4.200 millones de euros en 2024, cifra que representa un alza cercana al 20% respecto a los 3.500 millones del año anterior.

El medio informó que, pese a este aumento en el importe total, la tasa de fraude respecto al total del valor transaccionado se mantuvo estable, situándose en torno al 0,002% en el período comprendido entre 2022 y 2024. El BCE y la EBA destacaron que el incremento absoluto se vio condicionado por los distintos límites de gasto vinculados a cada instrumento de pago, siendo las tarjetas más utilizadas para pagos pequeños y las transferencias para montos mayores.

En el desglose por tipo de operación, las transferencias de crédito fraudulentas sumaron 2.516 millones de euros, lo que supuso un aumento del 24% frente a 2023, con una tasa de fraude situada en el 0,001%. Los fraudes con tarjetas emitidas en la UE y el EEE totalizaron 1.294 millones de euros, con un incremento del 4% respecto al año anterior y una tasa del 0,033%. El boletín del BCE recogió además un alza significativa en otras modalidades, con domiciliaciones fraudulentas, estafas en retiradas de efectivo y transacciones con dinero electrónico alcanzando conjuntamente casi 350 millones de euros, lo que reflejó un aumento interanual del 26%.

La tasa de fraude resultó especialmente baja allí donde es obligatorio verificar la identidad del pagador con procedimientos de autenticación fuerte. El informe subrayó que las transferencias mantienen una baja tasa de fraude, dato que se asocia a la alta aplicación de SCA. El BCE advirtió que estos datos evidencian cómo los requisitos de autenticación aplicados desde la Directiva revisada de servicios de pago de la Unión Europea (PSD2), vigente desde 2020, contribuyeron de manera efectiva a contener el riesgo.

Según indicó el informe, en el caso de los pagos con tarjeta, el riesgo es considerablemente mayor cuando el receptor del pago está fuera del EEE, donde la autenticación fuerte no es obligatoria. En este escenario, la probabilidad de que una operación resulte fraudulenta es diecisiete veces superior a la de aquellas realizadas dentro del EEE. Asimismo, el número total de operaciones detectadas como fraudulentas en todos los instrumentos de pago superó los 19,6 millones en 2024 tras incrementarse en más de 1,8 millones en comparación con el año anterior, lo que implicó una subida del 10%.

En el ámbito de las tarjetas, se notificaron 17,06 millones de pagos fraudulentos frente a un volumen total de operaciones con tarjeta de más de 111 millones. El BCE explicó que el uso de tarjetas en pagos de bajo valor, donde a menudo no se exige la SCA en virtud de exenciones, facilitó la actuación de los estafadores. De este modo, la tasa de fraude anual en el número de pagos con tarjeta se cifró en el 0,015%, sin variaciones relevantes respecto a 2023.

El análisis de las tasas anuales concretas indicó que las transferencias de crédito, domiciliaciones y retiradas de efectivo se situaron en el 0,001%, 0,001% y 0,010% respectivamente, por debajo de los ratios de los pagos con tarjeta (0,033%) y operaciones de dinero electrónico (0,018%). El BCE subrayó que la aplicación de SCA redujo el fraude, sobre todo en el caso de las transferencias y pagos con tarjetas en el ámbito del EEE.

El informe conjunto advirtió, no obstante, sobre la aparición de nuevos modos de estafa financiera. Según recogió el BCE, estas técnicas se dirigen principalmente a transacciones exentas de autenticación fuerte o manipulan a usuarios para que validen operativas fraudulentas. La continua innovación en mecanismos de fraude llevó a las autoridades a mantener la vigilancia y la actualización de las medidas regulatorias.

En el contexto español, el BCE y la EBA destacaron que el valor total del fraude en medios de pago ascendió en 2024 a más de 318 millones de euros, cerca del 7,6% del fraude total detectado en el EEE. Dentro de ese monto, las transferencias supusieron 153 millones de euros y mostraron una tasa alineada con la media europea del 0,001%. Los pagos con tarjeta registraron pérdidas de unos 141 millones y una tasa del 0,038%, ligeramente superior al promedio del EEE, situado en el 0,033%. Las retiradas de efectivo fraudulentas sumaron 17,4 millones, equivalentes a una tasa del 0,014%, también por encima de la media europea del 0,010%. En cuanto a las domiciliaciones, los casos irregulares sobrepasaron los 4 millones, con una incidencia del 0,001%, equiparable al promedio continental. El fraude en dinero electrónico implicó alrededor de 2,8 millones, situando la tasa nacional en el 0,019% frente al 0,018% registrado en el EEE.

En la comparación internacional, Alemania se situó con 700 millones de euros en importe total de estafas, el equivalente al 16,7% del total europeo, mientras que Francia reportó unos 910 millones, el 21,7%, e Italia cerca de 280 millones, lo que corresponde al 6,6% del total. El informe del BCE y la EBA ofrece una visión detallada de la evolución y perfil del fraude en pagos electrónicos, subrayando la estabilidad relativa en las tasas frente al crecimiento en el valor absoluto de las operaciones detectadas fraudulentamente.