EEUU identifica a los dos militares muertos en un ataque perpetrado el sábado en Siria

El Pentágono divulgó la identidad de los uniformados caídos en Palmira, tras una emboscada durante una operación antiterrorista, mientras avanza la investigación para esclarecer la autoría y circunstancias que rodean el ataque en una zona de alto riesgo

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El Departamento de Defensa de Estados Unidos informó que entre las víctimas del reciente ataque en Palmira figura un intérprete civil estadounidense que colaboraba en tareas de apoyo a las fuerzas desplegadas. Junto a él, dos miembros de la Guardia Nacional de Iowa perdieron la vida durante la operación desarrollada el sábado en la ciudad del centro de Siria, según consignó el medio que publicó la noticia. Las autoridades estadounidenses han iniciado una investigación para esclarecer el origen y los responsables del ataque, el cual —según la información oficial— fue perpetrado por “fuerzas hostiles no identificadas”.

De acuerdo con lo detallado por el Departamento de Defensa y reportado por el medio, el hecho ocurrió durante una acción antiterrorista en una zona donde las autoridades sirias no ejercen un control consolidado y donde la presencia del Estado Islámico sigue representando una amenaza central para la seguridad local e internacional. Las fuerzas estadounidenses participaban como apoyo a operativos dirigidos contra células insurgentes, en una región marcada por la fragmentación del control estatal y el surgimiento eventual de focos armados de diversa índole.

El Pentágono hizo pública este lunes la identidad de los dos uniformados muertos en el ataque. Edgar Brian Torres-Tovar y William Nathaniel Howard, integrantes de la Guardia Nacional de Iowa, fueron identificados como los militares que murieron junto al intérprete, cuya identidad también fue confirmada como ciudadano estadounidense, según publicó el medio. El comunicado oficial destacó la labor que ambos desarrollaban en la vigilancia y el seguimiento de movimientos insurgentes, apoyando a las fuerzas aliadas locales en el territorio sirio.

De acuerdo a declaraciones recogidas por el medio, el ataque se produjo cuando las fuerzas estadounidenses prestaban apoyo en una zona de alto riesgo, en medio de enfrentamientos constantes con remanentes del Estado Islámico y la presencia de distintos grupos armados que operan al margen de la autoridad central siria. La autoría del ataque no se ha determinado hasta el momento y el incidente permanece bajo investigación. Las autoridades militares han evitado adelantar conclusiones sobre la posible participación de grupos yihadistas u otras organizaciones armadas activas en la región.

En respuesta a los hechos, el entonces presidente Donald Trump se refirió públicamente al incidente y lo atribuyó a una acción de Estado Islámico contra fuerzas de Estados Unidos y Siria. Trump lamentó “la pérdida de tres grandes patriotas estadounidenses en Siria” y remarcó el carácter peligroso del entorno operativo, al tiempo que resaltó las dificultades que experimentan las fuerzas estadounidenses y sirias debido a la inestabilidad y la inseguridad persistentes en el área.

El comunicado del Departamento de Defensa, citado por el medio de comunicación, subrayó que la investigación tiene como principal objetivo precisar si los responsables del ataque fueron integrantes de células yihadistas, restos de Estado Islámico o alguna otra agrupación armada de la zona. La prioridad oficial es esclarecer los hechos, informar a las familias de los fallecidos, y revisar los protocolos operativos a partir de los hallazgos obtenidos.

Autoridades militares estadounidenses indicaron que el suceso resalta la complejidad y los riesgos que supone el despliegue en Siria, especialmente en contextos donde diversas facciones armadas compiten por el control territorial y la presencia estatal resulta limitada. La multiplicidad de actores y la ausencia de una seguridad estable hacen que las operaciones de apoyo y combate presenten elevados niveles de peligro e imprevisibilidad.

El Ejército estadounidense afirmó, según detalló el medio, que mantiene su compromiso con la protección de sus efectivos y continuará cooperando con las fuerzas aliadas locales en tareas de prevención y combate frente a potenciales amenazas. Estas acciones buscan contener los avances y ataques de grupos como Estado Islámico y de otras formaciones insurgentes que operan en este sector de Siria. En ese contexto, el reciente ataque evidencia los retos operativos que enfrentan las fuerzas internacionales, sumándose a otros incidentes que han afectado a la coalición durante los últimos meses.

El comunicado oficial recordó la determinación de las autoridades estadounidenses de continuar impulsando medidas que refuercen la seguridad del personal desplegado y que permitan una mejor reacción ante situaciones de emergencia en zonas de alto riesgo. El análisis de las circunstancias concretas de la emboscada orientará posibles ajustes en los procedimientos aplicados, tanto en términos de prevención como de respuesta frente a futuras amenazas.

El Departamento de Defensa reconoció el riesgo constante que implica para su personal la participación en operaciones antiterroristas internacionales y reiteró su respaldo a los efectivos destinados a Siria, según consignó el medio. Los hechos, que derivaron en la muerte de los dos militares y del intérprete civil estadounidense, subrayan los peligros asociados a la volatilidad del entorno en regiones donde el control estatal es insuficiente y persisten amenazas de grupos insurgentes.