
El presidente de Israel, Isaac Herzog, denunció un ataque contra los judíos presentes en una celebración de Janucá en la playa de Bondi, Sídney, calificándolo como un "vil ataque terrorista" y solicitando una reacción firme por parte del Gobierno australiano ante lo que describió como una "ola de antisemitismo" en el país. Según reportó Europa Press, al menos nueve personas perdieron la vida y once resultaron heridas tras un tiroteo registrado el domingo durante un evento religioso que congregaba a aproximadamente 2.000 asistentes.
La Policía de Nueva Gales del Sur indicó en su cuenta oficial en la red social X que dos hombres abrieron fuego en un lugar público de la playa de Bondi, confirmando la muerte de diez personas, entre ellas uno de los presuntos tiradores. El segundo sospechoso fue detenido y trasladado en estado crítico a un hospital. De acuerdo con Europa Press, entre los heridos figuran dos agentes policiales y, sumando al tirador hospitalizado, serían doce personas hospitalizadas tras los hechos.
Este ataque se produjo alrededor de las 09:45, hora en España peninsular y Baleares, cuando la Policía recibió la primera alerta sobre el tiroteo, según informaron las autoridades a través de múltiples canales oficiales. El suceso coincidió con el inicio de la festividad judía de Janucá, aunque las autoridades australianas aún no han confirmado una relación directa entre el evento religioso y el ataque. Testigos informaron a Europa Press que miles de personas participaban en la conmemoración encendiendo las primeras velas tradicionales.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, expresó en un comunicado su pesar por las "escenas impactantes y angustiosas" que emergieron de Bondi, señalando que los equipos de policía y servicios de emergencia actuaron de inmediato para atender a las víctimas y contener la situación. Albanese confirmó la existencia de heridos y convocó a una sesión urgente de su gabinete de seguridad para evaluar la respuesta y el seguimiento oficial, según narró Europa Press. Albanese aseguró que continúan trabajando con la Policía de Nueva Gales del Sur para ofrecer información actualizada conforme avance la investigación.
Desde la esfera internacional, las reacciones condenando el ataque llegaron de distintas instituciones y líderes. António Guterres, secretario general de la ONU, expresó su rechazo a "el atroz y mortal ataque contra familias judías reunidas en Sídney para celebrar la Janucá" y extendió su solidaridad con la comunidad judía global, mencionando el significado pacífico de la festividad. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ofreció su pésame a familiares de las víctimas y reiteró el apoyo europeo a "Australia y a las comunidades judías de todo el mundo" frente a la violencia y el antisemitismo. Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, manifestó su alarma por la violencia durante las celebraciones y transmitió su apoyo a las víctimas y a toda la comunidad judía.
En el continente europeo, el primer ministro británico, Keir Starmer, describió como "profundamente angustiosas" las informaciones provenientes de Australia y presentó, en nombre del país, sus condolencias a quienes resultaron afectados por el tiroteo.
Dentro de Australia, las organizaciones representativas de distintas comunidades también emitieron declaraciones respecto al ataque. El Consejo de Imanes de Australia publicó su condena, asegurando que "estos actos de violencia y crímenes no tienen cabida en nuestra sociedad" e instó a que los responsables enfrenten el rigor de la ley. La organización agregó que sus pensamientos y oraciones estaban con las víctimas, sus familiares, y todos los testigos afectados por un hecho que calificaron de traumático, explicó Europa Press.
La cobertura de Europa Press recogió las posiciones de líderes israelíes, incluyendo al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, quien conectó el atentado con la postura del gobierno australiano sobre el reconocimiento del Estado palestino, afirmando que "las manos del Gobierno de Australia están manchadas con la sangre de los asesinados". Estas acusaciones generaron repercusiones en el contexto diplomático entre ambos países.
Investigadores de la Policía de Nueva Gales del Sur confirmaron la recuperación de armas en la escena y continuaron trabajando en la identificación total de las víctimas, tanto entre los fallecidos como entre los heridos. Las labores policiales comprendieron la detención, neutralización y asistencia a las personas presentes durante el tiroteo, además de la recabación de testimonios de los asistentes y la revisión exhaustiva del lugar para recolectar pruebas, bajó información de Europa Press.
A lo largo del día trascendieron testimonios y videos desde la playa de Bondi que dieron cuenta de la confusión y el pánico generalizado entre los asistentes. Equipos de primeros auxilios y unidades de emergencia desplegaron operativos de evacuación y atención prioritaria a los múltiples lesionados. El suceso interrumpió las actividades de la festividad y provocó la inmediata cancelación de otros eventos comunitarios previstos en la zona, acorde a la información reunida por Europa Press.
El evento, al despertar preocupación nacional e internacional, motivó a que autoridades australianas mantuvieran comunicaciones con representantes de comunidades religiosas y colectividades locales para coordinar los esfuerzos de apoyo a víctimas y testigos, fortaleciendo además la seguridad en lugares de concurrencia pública. Europa Press relató que la investigación prosigue bajo la hipótesis de un ataque deliberado, aunque las motivaciones finales se encuentran bajo análisis por parte de los servicios de inteligencia y organismos policiales.
Mientras se esclarecen los detalles y el contexto, la noticia de lo ocurrido en Bondi mantiene alto el interés público y el seguimiento de diversos medios y organismos internacionales, en paralelo con la demanda de justicia y esclarecimiento de los hechos por parte de afectados, familiares y representantes de múltiples comunidades.

