Al menos 16 muertos y 40 heridos en un ataque terrorista a una fiesta judía en una playa de Sídney

La policía de Nueva Gales del Sur investiga un atentado en Bondi durante Janucá, considerado ataque dirigido contra la comunidad judía, con un agresor abatido y otro detenido, mientras líderes internacionales y organizaciones condenan el incidente

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Testigos del ataque reportaron que aproximadamente 2.000 personas se encontraban en la playa de Bondi cuando dos individuos armados abrieron fuego cerca del extremo norte, justo antes de que diera inicio una celebración vinculada al comienzo de la festividad judía de Janucá. Según informó la Policía de Nueva Gales del Sur, como resultado del tiroteo al menos 16 personas fallecieron y otras 40 permanecen hospitalizadas, incluidos dos agentes policiales que resultaron heridos durante la intervención. El suceso comenzó alrededor de las 18:45, hora local, y la respuesta policial llevó a la muerte de uno de los asaltantes, mientras que el otro quedó detenido en estado crítico.

De acuerdo con la cobertura de la Policía de Nueva Gales del Sur, el incidente fue calificado como ataque terrorista dirigido específicamente contra asistentes a la fiesta judía. El comisario jefe del Estado, Mal Lanyon, declaró en conferencia de prensa junto al primer ministro estatal Chris Mimms que la acción respondió a una motivación precisa contra la comunidad judía. La policía abrió una investigación antiterrorista y continúa trabajando en la identificación formal de los responsables, según detalló el organismo.

El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, condenó el atentado en rueda de prensa, describiéndolo como una situación sin precedentes para el país y una tragedia que ha causado un profundo dolor en las familias afectadas. Albanese compareció junto con el comisario federal en funciones de la Policía, Nigel Ryan, quien informó que todas las capacidades antiterroristas nacionales se pusieron en marcha para esclarecer los hechos y garantizar la seguridad. Según publicó la Policía de Nueva Gales del Sur, algunos medios australianos comenzaron a divulgar la presunta identidad de uno de los atacantes, pero Mike Burgess, director general de la Organización Australiana para la Inteligencia y la Seguridad (ASIO), solicitó cautela e instó a esperar la confirmación oficial. Indicó que el organismo tenía conocimiento previo de uno de los atacantes, pero no existían registros de una amenaza inmediata vinculada a su persona.

La condena internacional fue inmediata. Según consignó la agencia de noticias, el presidente de Israel, Isaac Herzog, fue uno de los primeros en pronunciarse. Herzog calificó el hecho como un “vil ataque terrorista contra los judíos que estaban encendiendo las primeras velas de Janucá en la playa de Bondi” y solicitó al gobierno australiano una respuesta decidida frente a lo que percibe como una “ola de antisemitismo” en Australia. Benjamin Netanyahu, jefe del Gobierno israelí, denunció lo que denominó un “horrible ataque y un asesinato a sangre fría”, y relacionó la situación con la reciente decisión del gobierno australiano de reconocer al Estado palestino. Netanyahu también mencionó una carta enviada al primer ministro australiano, Anthony Albanese, sobre el aumento de incidentes antisemitas.

Otras figuras políticas israelíes reaccionaron de modo similar. El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, relacionó directamente el ataque con decisiones políticas internacionales y acusó al gobierno australiano de “tener las manos manchadas con la sangre de los asesinados”, en referencia al reconocimiento australiano del Estado palestino.

A nivel mundial, líderes y organismos internacionales expresaron su repudio a los hechos. El secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó lo ocurrido y envió su solidaridad a la comunidad judía global en el contexto del inicio de Janucá. “Mi corazón está con la comunidad judía mundial en este primer día de la Janucá, una festividad que celebra el milagro de la paz y la luz que vence a la oscuridad”, expresó Guterres, según reportó la agencia de noticias. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, manifestó en la red X que “el antisemitismo no tiene cabida en este mundo” y envió plegarias a las víctimas, a la comunidad judía y al pueblo australiano.

Instituciones europeas también manifestaron su posición. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, transmitió sus condolencias a los familiares y reconoció el respaldo de la Unión Europea a Australia y a las comunidades judías. Kaja Kallas, alta representante de la diplomacia europea, condenó el ataque describiéndolo como un “atroz acto de violencia contra la comunidad judía” y reconoció la labor de los socorristas australianos. Otros líderes europeos, como el primer ministro británico Keir Starmer, el presidente francés Emmanuel Macron, la primera ministra italiana Giorgia Meloni y el canciller alemán Friedrich Merz, también se manifestaron. Macron consideró el incidente como un “ataque terrorista y antisemita” y Merz subrayó la necesidad de erradicar el antisemitismo tanto en Alemania como en el resto del mundo.

La reacción en Australia incluyó una declaración de condena por parte del Consejo de Imanes, en representación de la comunidad musulmana local. “Estos actos de violencia y crímenes no tienen cabida en nuestra sociedad. Los responsables deben rendir cuentas plenamente y enfrentarse a todo el peso de la ley”, sostuvo el organismo en un comunicado difundido por medios australianos. El texto expresó además la empatía con las víctimas, familiares y quienes presenciaron o se vieron impactados por el hecho.

La respuesta oficial de países del mundo árabe tampoco se hizo esperar. Según reportó la fuente, el Ministerio de Exteriores de Qatar emitió un comunicado que, aunque no hizo mención explícita a la comunidad judía entre las víctimas, reiteró la postura de rechazar toda forma de violencia y terrorismo. La Autoridad Palestina, por su parte, comunicó su solidaridad con Australia en este momento de dolor, rechazando los actos de violencia y manteniendo su postura contraria al terrorismo y el extremismo.

A lo largo de las horas siguientes al atentado, la playa de Bondi se mantuvo bajo la custodia de las fuerzas policiales para preservar la escena. Parte del dispositivo policial incluyó la asistencia a personas afectadas y la recolección de pruebas. La investigación sobre la identidad y los posibles vínculos de los atacantes permanece en desarrollo. Según detalló la Policía de Nueva Gales del Sur, los trabajos incluyen la revisión de los registros de inteligencia y la recopilación de testimonios de los asistentes al evento.

La celebración de Janucá, que marca el inicio de la festividad judía, había reunido a una multitud antes del ataque. Asistentes mencionaron que el evento pretendía ser un momento de unión familiar, por lo que el tiroteo generó gran impacto emocional entre la comunidad. Según datos aportados por testigos recogidos en notas informativas, la magnitud del hecho motivó la atención internacional y la rápida llegada de mensajes de solidaridad desde diferentes sectores tanto políticos como sociales.

De acuerdo con la información publicada, las autoridades australianas han reforzado las medidas de seguridad en lugares de culto y eventos públicos para evitar nuevos incidentes y transmitir confianza a los ciudadanos. El desarrollo de la investigación criminal y el seguimiento de las víctimas continúan bajo vigilancia oficial, según consignó la Policía de Nueva Gales del Sur.