Sarkozy destaca el espacio del rezo y la religión en el libro sobre su encarcelamiento

Guardar

París, 6 dic (EFE).- El expresidente francés Nicolas Sarkozy destaca el espacio que ocupó el rezo y la religión y subraya la falta de color en los 20 días que pasó en prisión, antes de quedar en libertad bajo control judicial el 10 de noviembre, en el libro que va a publicar sobre esa experiencia.

A cuatro días de que salga a las librerías esa obra titulada 'Journal d'un prisonnier' (diario de un preso), Le Figaro y Europe publican este sábado algunos extractos y declaraciones del que fue jefe del Estado de Francia de 2007 a 2012, que intenta sobre todo poder ser exculpado en el proceso en apelación que se celebrará del 16 de marzo al 3 de junio.

"Me sorprendió la ausencia de todo color. El gris lo dominaba todo, devoraba todo, cubría todas las superficies", explica Sarkozy de su paso por la cárcel de la Santé de París.

Cuenta que el primer día de su encarcelamiento se arrodilló para rezar, un gesto que le vino "como una evidencia" y que estuvo así "muchos minutos".

"Rezaba -añade- para tener fuerza y aguantar la cruz de esta injusticia", en una clara alusión a la condena que recibió el 25 de septiembre a cinco años de cárcel por haber actuado para que sus más próximos colaboradores consiguieran financiación de su campaña electoral de 2007, en la que consiguió llegar al Elíseo, con dinero del régimen del entonces líder libio, Muamar Gadafi.

Los domingos que pasó en la Santé recibía la visita de un sacerdote y, como se había prometido, al salir de la cárcel fue al santuario mariano de Lourdes, en los Pirineos franceses, con su esposa, Carla Bruni.

Además, hace hincapié en que durante esos días que pasó en la cárcel recibió "una inmensa cantidad de correo" que le permitió verificar "la importancia de las raíces cristianas de Francia" y cuya lectura además "daba sentido" a su actividad política.

Sobre sus hábitos en las escasas tres semanas en prisión, Sarkozy indica que se alimentó con productos lácticos, barras de cereales, agua mineral, zumo de naranja y algunos dulces, que pasaba 23 horas al día encerrado en su celda y sólo salía para ir a hacer deporte a una pequeña sala o a recibir visitas, en particular de su mujer, con la que pasaba cincuenta minutos cuando acudía a la Santé.

Estuvo en un ala de la cárcel que tuvo que ser en parte acondicionada para evitar que estuviera en contacto con otros internos por razones de seguridad.

Señala que no tenía ni teléfono móvil ni tableta y muchas limitaciones para poder llamar por teléfono, y lo tenía que hacer bajo escucha. Los únicos periódicos que pedía eran el conservador Le Figaro y el deportivo L'Équipe.

Más allá de su condena por la financiación de su campaña de 2007 con dinero del régimen libio, Sarkozy ha recibido otras dos condenas que a diferencia de ésta ya son definitivas.

El 26 de noviembre, el Tribunal Supremo confirmó una pena a seis meses de cárcel por la financiación irregular de su campaña de 2012. En diciembre pasado, la misma instancia judicial también elevó a firme otra sentencia por un caso de corrupción y tráfico de influencias, por tratar de obtener favores de un alto magistrado en uno de los casos abiertos contra él.

Por esa sentencia, entre febrero y mayo pasados tuvo que llevar un brazalete electrónico para controlar su arresto domiciliario. EFE