La edificación de un nuevo salón de baile con capacidad para 900 personas en la Casa Blanca aspira a inaugurarse durante la conmemoración de los 250 años de la fundación de Estados Unidos en 2026, según informó la agencia EFE. Este proyecto, liderado por la administración del presidente Donald Trump, cambió recientemente de firma arquitectónica responsable después de desacuerdos con el despacho original, en medio de objetivos vinculados al tamaño y los detalles del salón.
De acuerdo con lo publicado por EFE, Shalom Baranes Associates, una firma de arquitectura con sede en Washington D.C. y experiencia en edificios federales, asumió la supervisión del diseño tras la ruptura entre Trump y McCrery Architects, el equipo encargado previamente de la obra. Un portavoz de la Casa Blanca, David Ingle, declaró a diversos medios estadounidenses que “Shalom es un arquitecto experimentado cuyo trabajo ha dado forma a la identidad arquitectónica de la capital durante décadas”.
El relevo surge luego de que los planos preliminares de McCrery Architects no reflejaran las expectativas de la administración Trump, especialmente en relación al tamaño y los detalles que el mandatario pretende implantar en el nuevo salón. EFE detalló que la Casa Blanca comunicó la decisión de demoler el Ala Este en octubre con el propósito de construir un espacio de baile que supere en dimensiones al del club Mar-a-Lago, que alcanza los 1.858 metros cuadrados (20.000 pies cuadrados), propiedad del propio Trump. La magnitud del encargo exigió la creación de planos y maquetas con prisa, lo que condujo a inconsistencias en el desarrollo del proyecto, según consignó la agencia.
Pese al cambio, McCrery Architects no fue completamente excluida. El New York Times, citado por EFE, precisó que el director de ese despacho, James McCrery, mantendrá su papel como consultor, aunque en un rol menos activo que el desempeñado anteriormente. Desde la Casa Blanca se sostiene que esta transición busca alinear la ejecución del proyecto con las ambiciones expresadas por el presidente y adaptar el diseño a los requerimientos de capacidad y lujo contemplados para la ocasión.
La financiación de la obra proviene de los 200 millones de dólares recaudados por Trump con el apoyo de empresarios cercanos a sus actividades y de algunos financistas que han respaldado sus campañas políticas, detalló EFE. Estos fondos privados permitieron avanzar en la planificación y demoler una sección tan emblemática del edificio presidencial como el Ala Este, en pos de erigir una estructura que será escenario central de los actos del aniversario nacional en 2026.
El equipo de Shalom Baranes Associates se ha encargado anteriormente de proyectos de relevancia federal en Washington D.C., lo que, según funcionarios de la administración citados por EFE, aportará experiencia y conocimiento en normativas y estilos propios de monumentos públicos y edificios históricos. La tarea que enfrenta la firma incluye adecuar el diseño a los estándares de seguridad, funcionalidad y arquitectura representativa exigidos para este tipo de edificaciones, así como resolver las divergencias que surgieron con el despacho previo.
La importancia de este salón no solo reside en sus dimensiones y en su proyección mediática, sino también en el simbolismo de celebrar el aniversario de los 250 años del país en un espacio renovado y marcado por la impronta de la gestión Trump. De acuerdo con la información consignada por EFE, la intervención arquitectónica en la Casa Blanca culminaría como uno de los proyectos emblemáticos del actual periodo presidencial si logra concluirse en los plazos previstos. La ejecución apurada en la fase de diseño quedó reflejada en los cambios de planos y maquetas que precedieron la nueva contratación, lo cual delineó la urgencia y el alcance aspirado por la administración.
El proceso de selección y transición entre despachos arquitectónicos también pone de manifiesto las dificultades habituales en obras de alta complejidad institucional, tanto en términos de expectativas políticas como de gestión financiera y coordinación técnica. Según consignó EFE, el objetivo central permanece en desarrollar un salón significativamente más grande que sus inspiraciones previas, sumando la experiencia de Shalom Baranes Associates y la colaboración consultiva de McCrery, con miras a celebrar el aniversario nacional en un entorno acorde a las aspiraciones del Ejecutivo estadounidense.

