Israel fija en 30.000 millones de euros el presupuesto en defensa para el año 2026 pese al alto el fuego

Tras semanas de tensiones internas, el Gobierno israelí ha desbloqueado una partida récord para el sector militar en 2026, incrementando significativamente los fondos, mientras se enfrenta a acusaciones de corrupción y protestas por el aumento de la carga fiscal

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El acuerdo entre Israel Katz y Bezalel Smotrich sobre la distribución del gasto militar incluyó la garantía de mantener la operatividad de unos 40.000 reservistas, así como el compromiso de dar respuesta a las necesidades de los efectivos en servicio. Según informó Europa Press, el Gobierno israelí ha fijado para el año 2026 un presupuesto en defensa valorado en 112.000 millones de shekels (aproximadamente 30.000 millones de euros), cifra récord que se ha aprobado después de semanas de discusiones internas en el Ejecutivo y a pesar de la reciente entrada en vigor del alto el fuego con Hamás en Gaza.

El medio Europa Press detalló que la partida asignada a defensa supera considerablemente los 90.000 millones de shekels (23.900 millones de euros) estimados inicialmente, incrementando la financiación militar incluso en medio de las negociaciones para aplicar la primera fase de la propuesta de paz impulsada por Estados Unidos en la Franja de Gaza. Esta decisión llega después de una serie de tensiones y desencuentros dentro del Gobierno sobre el total de los fondos dirigidos al sector militar, según publicó Europa Press, y supone el desbloqueo final de la partida presupuestaria.

De acuerdo con la información publicada, la distribución completa del paquete presupuestario nacional asciende a 725.000 millones de shekels (192.000 millones de euros), que el Ejecutivo prevé repartir a lo largo de tres años. Los recursos militares aprobados estarán destinados, entre otras acciones, a fortalecer las fuerzas de seguridad en Cisjordania, facilitar la pavimentación de caminos y ejecutar proyectos en zonas fronterizas, según establece el documento oficial difundido por las autoridades.

La oficina del ministro Israel Katz explicó en un comunicado que ese marco presupuestario busca aliviar la carga sobre los reservistas frente al actual “contexto de guerra”. Katz añadió: “Seguiremos actuando con determinación para reforzar las acciones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), dar respuesta completa a las necesidades de los combatientes y reducir la carga de los reservistas para garantizar la seguridad del Estado de Israel en todos los frentes”.

La aprobación del presupuesto tuvo lugar tras el plazo límite marcado para el mes de marzo, momento en el que el Gobierno debía decidir para evitar la convocatoria de nuevas elecciones, detalló Europa Press. El proceso estuvo acompañado por reproches y presiones internas respecto al destino de los fondos y la manera de afrontar el gasto público dedicado a defensa.

Dentro de las reacciones en el espectro político, el líder opositor Yair Lapid cuestionó estos presupuestos, refiriéndose a ellos como “presupuestos de la corrupción”. Según recogió Europa Press, Lapid acusó al Ejecutivo de incrementar los impuestos a toda la ciudadanía israelí para cubrir los costes de lo que definió como “acciones de los desertores haredíes”, señalando a la comunidad ortodoxa judía que tradicionalmente queda exenta del servicio militar. Añadió que el Gobierno no analizó la opción de recortar el gasto en ministerios ni eliminar fondos de coalición, los cuales, según Lapid, permiten prácticas corruptas. “Propondremos un presupuesto que recoja cambios y refleje las prioridades nacionales”, afirmó el dirigente opositor.

También el ex primer ministro Naftali Bennett criticó la medida y la calificó de “presupuesto de protección para un Gobierno que ha sido extorsionado por los desertores del Ejército”, en referencia a las exenciones concedidas a sectores de la comunidad ortodoxa. Bennett consideró que este tipo de distribución económica puede empujar a la bancarrota a quienes sí cumplen con el servicio militar.

El debate sobre el presupuesto de defensa y su incremento sostiene la tensión en Israel en un contexto donde el Ejecutivo enfrenta un complejo equilibrio entre la seguridad y las demandas sociales y fiscales. Europa Press subraya que los incrementos en la financiación militar se producen al tiempo que crecen las protestas y denuncias de sectores que rechazan los nuevos niveles de presión fiscal y las decisiones asociadas a la asignación de recursos.

Algunos miembros del Gobierno y del entorno político señalaron que el fortalecimiento de las fuerzas y los proyectos de infraestructura en Cisjordania buscan responder a las prioridades de seguridad y mantener la operatividad de las fuerzas armadas. El paquete aprobado intentará también disminuir el peso de las obligaciones sobre reservistas, un grupo que ha venido experimentando una carga considerable desde el recrudecimiento del conflicto en la región.

El desarrollo de este presupuesto coincide con los esfuerzos diplomáticos actuales para mantener la tregua con Hamás, así como con las propuestas internacionales orientadas a una resolución más duradera del conflicto en Gaza. La decisión del Ejecutivo se interpreta, según consignó Europa Press, como un intento de preservar la capacidad de respuesta militar israelí, al tiempo que busca afrontar las exigencias políticas internas y las presiones de la coalición de Gobierno.