EEUU aprueba una venta militar por 77 millones a Líbano en medio de las presiones para el desarme de Hezbolá

Washington autorizó la transferencia de equipamiento para la defensa, incluyendo vehículos tácticos y asistencia técnica, con el fin de consolidar las capacidades militares libanesas y limitar la influencia de grupos armados en la región, indicaron fuentes oficiales

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La satisfacción manifestada por las autoridades libanesas tras la aprobación de la transferencia militar por parte de Estados Unidos refleja el impacto que la entrega de vehículos y servicios tiene en el proceso de modernización de las fuerzas terrestres del país. La decisión, según reportó la Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa y tal como recogieron diversos medios, marca un punto de inflexión en la colaboración entre ambos gobiernos. El acuerdo, valorado en aproximadamente 90,5 millones de dólares (unos 78 millones de euros), responde a una solicitud formal realizada por Beirut y cuenta con el respaldo de la política exterior estadounidense. El objetivo central de la operación consiste en fortalecer la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas Libanesas y limitar el alcance de actores armados no estatales, según informó la Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa del Pentágono.

La notificación oficial enviada al Congreso estadounidense, detalló la Agencia, constituye un paso fundamental en la tramitación del paquete militar solicitado por el Gobierno de Líbano. Este refuerzo en defensa contempla la venta de vehículos tácticos medianos de los modelos M1085A2 y M1078A2, así como equipamiento y servicios complementarios. Los vehículos servirán para optimizar la capacidad de respuesta y defensa perimetral, además de contribuir en misiones antiterroristas, conforme señaló la Agencia. La empresa Oshkosh Defense, con sede en Wisconsin, se encuentra designada como principal proveedora del programa.

De acuerdo con la información difundida por la Agencia y reproducida por múltiples medios, la transferencia busca actualizar procedimientos y doctrina operativa dentro del ejército libanés. El itinerario de formación y asistencia técnica incluido prevé que el personal militar reciba capacitación para facilitar la integración y uso efectivo de los sistemas estadounidenses. Esta estrategia persigue la adopción de métodos y estándares alineados con Estados Unidos, mejorando así la interoperabilidad entre aliados.

El Departamento de Estado expuso que estos sistemas no suponen retos técnicos sustanciales para el ejército libanés, ya que su diseño se orienta a facilitar el aprendizaje y la aplicación de nuevas doctrinas. El contexto en que surge el acuerdo, según consignó la Agencia, tiene relación directa con la presión diplomática ejercida previamente desde Washington, entonces bajo la administración de Donald Trump, para que el Gobierno libanés avance en el desarme de Hezbolá, organización que mantiene un peso político y militar considerable dentro del país.

La Agencia detalló que fortalecer las capacidades de defensa libanesa representa un componente prioritario dentro de la estrategia estadounidense para la región. Uno de los objetivos es proveer alternativas funcionales frente a la influencia de agrupaciones armadas no oficiales, garantizando así mecanismos autónomos de defensa nacional para Líbano. El Departamento de Estado manifestó que la cooperación se alinea con la política exterior de Washington, que considera a Beirut un socio esencial para el desarrollo político y económico de Oriente Próximo.

Según lo publicado por la Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa, la operación militar aprobada cumple con los estrictos protocolos de exportación y responde a intereses estratégicos tanto de Estados Unidos como de las autoridades libanesas. El acuerdo incluye no solo la entrega de vehículos, sino también la asistencia técnica indispensable para implementar herramientas y estrategias capaces de hacer frente a distintas amenazas regionales. El refuerzo de las fuerzas armadas locales apunta a consolidar la arquitectura de seguridad regional y evitar un aumento en la influencia de actores armados ajenos al Estado.

El plan contempla medidas para actualizar la logística y la capacidad de despliegue de las fuerzas terrestres libanesas; en ese sentido, la Agencia enfatizó el valor de la asistencia técnica y doctrinal conjunta para dotar a las unidades de respuesta rápida de herramientas necesarias. La formación propuesta facilitará la transición eficiente hacia los nuevos sistemas, lo que redundará en una mayor capacidad de prevención y respuesta ante situaciones de riesgo.

Lo informado por la Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa destaca que la cooperación también aspira a fortalecer la seguridad de las fronteras, área considerada prioritaria por ambas administraciones en la coyuntura actual de Oriente Próximo. La administración estadounidense reafirmó, en sucesivos comunicados recogidos por la misma Agencia, su intención de mantener a Líbano como un socio relevante y seguir expandiendo la colaboración militar bilateral. La operación fue habilitada tras la certificación correspondiente, conforme a los procedimientos de exportación de material militar establecidos por el gobierno estadounidense.

Las autoridades libanesas han valorado especialmente la posible modernización de su infraestructura de defensa, aspecto destacado por la Agencia, y estimaron que la incorporación de los vehículos M1085A2 y M1078A2 permitirá responder más eficazmente a amenazas terroristas o incidentes desestabilizadores en zonas periféricas. Al robustecer la defensa nacional a través de equipamiento actualizado y procedimientos alineados con los de Estados Unidos, el acuerdo busca sentar las bases para un sistema de defensa más autónomo y resiliente ante situaciones de crisis.

De acuerdo con lo estipulado por la Agencia, la colaboración técnica prevista en el programa de asistencia pretende promover una relación más estrecha en materia de defensa y seguridad, impulsando el intercambio de doctrinas operativas y la mejora de mecanismos tácticos coordinados. Esta dinámica bilateral constituye parte de una respuesta estructurada tanto a peticiones específicas del Ejecutivo libanés como a líneas estratégicas de actuación del gobierno estadounidense en la región.

La Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa puntualizó que la iniciativa permitirá a las Fuerzas Armadas Libanesas desempeñar un papel activo dentro del esquema de seguridad internacional, fortaleciendo la coordinación con fuerzas aliadas y consolidando la cooperación en operaciones conjuntas. En síntesis, la transferencia aprobada encuadra una serie de objetivos concretos: modernización logística, actualización doctrinal, mejora operativa, y expansión de la interoperabilidad, todos ellos encaminados a limitar la capacidad de las agrupaciones armadas no estatales y reforzar la estabilidad regional tal como reportó la Agencia en su publicación.