
El antecedente más cercano a las nuevas negociaciones entre Líbano e Israel se encuentra en la ciudad de Naqura, ubicada en el sur libanés, donde civiles de ambas delegaciones se sentaron juntos en la sede de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL), tras más de cuarenta años sin contactos formales de este tipo. Este espacio de diálogo permitió la presencia de representantes israelíes, liderados por Uri Resnick, del Consejo de Seguridad, y una delegación libanesa encabezada por el exembajador Simon Karam, además de la participación de la enviada especial adjunta de Estados Unidos para Oriente Próximo, Morgan Ortagus. Según publicó la agencia estatal libanesa NNA, estos contactos pusieron en marcha un mecanismo institucional para abordar las tensiones en la frontera sur, en el contexto de una tregua pactada tras la violencia registrada a partir del 7 de octubre de 2023.
De acuerdo con la información difundida por NNA, el próximo encuentro directo entre representantes israelíes y libaneses tendrá lugar el 19 de diciembre y contará con la supervisión de la Organización de las Naciones Unidas y el respaldo diplomático de Estados Unidos. La reanudación de este proceso negociador busca contrarrestar la reciente escalada de violencia en el sur de Líbano, donde se han registrado bombardeos protagonizados por el ejército israelí, así como alertas a habitantes de cuatro comunidades cercanas a la línea de separación. Según detalló NNA, la meta principal de la nueva ronda de conversaciones reside en consolidar la tregua vigente y frenar el avance de acciones militares que amenazan la estabilidad regional.
El ministro de Información libanés, Paul Morcos, explicó tras una reunión de gabinete encabezada por el presidente Joseph Aoun, que la primera sesión de trabajo entre ambas delegaciones, aunque no arrojó acuerdos definitivos, resultó útil al permitir definir una metodología para encuentros futuros. Según consignó NNA, Morcos argumentó la necesidad de aprovechar la disposición al diálogo evidenciada para evitar que Líbano retorne a una situación de enfrentamiento armado, subrayando que la apertura negociadora crea mejores condiciones para prevenir crisis mayores en la zona.
FINUL actúa como garante del cumplimiento de un alto el fuego pactado poco más de un año atrás, monitoreando la evolución de los compromisos asumidos por ambas partes y documentando las violaciones a los acuerdos, reportó NNA. La misión de Naciones Unidas ha registrado más de 10.000 incidentes de incumplimiento atribuidos a Israel desde la firma del último entendimiento formal, alcanzado a finales de noviembre de 2024 entre representantes israelíes y el movimiento libanés Hezbolá. El seguimiento internacional refuerza la presión sobre los actores implicados para el estricto acatamiento de las decisiones tomadas en los foros multilaterales.
Mientras se adelantan los preparativos para la próxima ronda de Gespräche, la agencia estatal libanesa ha informado sobre nuevas operaciones militares israelíes en el territorio sur de Líbano. Estas acciones incluyen bombardeos recientes y movimientos en cinco posiciones bajo control militar de Israel, donde las fuerzas armadas libanesas y líderes de Hezbolá exigen el retiro definitivo de tropas israelíes. Según NNA, la permanencia de efectivos israelíes en esas áreas supone una contradicción directa al acuerdo que estipulaba la retirada recíproca como parte del pacto para estabilizar la frontera.
Estados Unidos juega un papel activo como mediador, participando directamente en los procedimientos diplomáticos y sosteniendo el apoyo político a los esfuerzos de distensión. El medio NNA detalló que la vigilancia internacional, a cargo de Naciones Unidas y con respaldo de Washington, constituye un mecanismo relevante para mantener la presión hacia el ejercicio de la moderación, impedir el reinicio de hostilidades y documentar las dinámicas en el terreno.
La estabilidad en la zona fronteriza sigue amenazada por incidentes armados esporádicos y la desconfianza mutua. NNA informó que las iniciativas promovidas por los canales multilaterales abren expectativas entre los actores involucrados y la comunidad internacional, ante la posibilidad de evitar un nuevo conflicto armado a gran escala en el sur de Líbano. Las conversaciones directas han sido concebidas como una herramienta para sentar las bases de un proceso de distensión sostenible, mientras continúan las labores de monitoreo y verificación internacional sobre la respuesta de ambos gobiernos a los compromisos asumidos.
La cronología reciente muestra que la ausencia de avances concluyentes en la sesión inaugural no ha impedido que ambas partes acuerden darle continuidad al canal diplomático, incluyendo a expertos técnicos y diplomáticos de alto rango. NNA subraya que la presencia de FINUL y el involucramiento estadounidense buscan garantizar transparencia en los debates y en la aplicación de eventuales acuerdos futuros. El monitoreo constante y la presión del entorno internacional forman parte de una estrategia que pretende encaminar la relación bilateral hacia un clima de menor incertidumbre y tensión.
Según el seguimiento de la agencia estatal libanesa, el frágil equilibrio alcanzado hasta el momento depende en gran medida de la voluntad de las partes y de la efectividad de la mediación external. Ante el incremento de operativos militares y las reacciones recíprocas, la comunidad internacional permanece atenta al desarrollo de las negociaciones, que han pasado a ocupar un lugar central en los esfuerzos por reducir el riesgo de una nueva escalada de violencia en la frontera limítrofe entre Líbano e Israel.


