
Durante el proceso electoral en Honduras, la empresa ASD, responsable del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (Trep), interrumpió el flujo de datos digitales cuando el escrutinio alcanzaba el 80,1% de las actas y separaba a los dos principales candidatos por menos de un punto porcentual. Esta desconexión, realizada sin aviso al Consejo Nacional Electoral (CNE), instaló una profunda incertidumbre respecto a la legitimidad y transparencia de la etapa final del conteo, según reportó Radio HRN.
El medio Radio HRN detalló que el corte abrupto del Trep se produjo mientras Salvador Nasralla, del Partido Liberal, sumaba 1.029.400 votos, lo que equivalía al 40,24%, y su competidor Nasry Asfura, del Partido Nacional, recibía 1.014.987 sufragios, es decir, el 39,68%. Rixi Moncada, de Libertad y Refundación, contabilizaba en ese momento 486.186 votos, lo que representaba el 19% del total. Bajo la normativa electoral hondureña, que excluye la segunda vuelta, el estrecho margen entre Nasralla y Asfura aumentó la tensión tanto en el ámbito político como en las calles, especialmente tras la interrupción del sistema digital.
Según puntualizó Radio HRN, la consejera Cossette López-Osorio del CNE criticó duramente la actuación de la empresa ASD al no notificar el cese del sistema, lo que deterioró la confianza ciudadana y puso en cuestión la capacidad del Consejo para ejercer control sobre las plataformas tecnológicas contratadas. En ese contexto, la presidenta del CNE, Ana Paola Hall, solicitó aclaraciones urgentes a ASD, al considerar que la suspensión vulneró los compromisos de transparencia que la empresa había contraído ante las autoridades electorales.
El parón digital dejó sin acceso en tiempo real a observadores internacionales, medios, organizaciones civiles y partidos políticos, imposibilitando la verificación pública e independiente de los resultados, según consignó Radio HRN. El vacío informativo exacerbó las críticas dirigidas tanto al CNE como al modelo institucional de fiscalización electoral, generando un ambiente de creciente desconfianza hacia la transparencia y credibilidad del escrutinio.
Radio HRN indicó que este incidente ocurrió en una coyuntura marcada por antecedentes de denuncias de fraudes, corrupción y cuestionamientos sobre manipulación en procesos electorales anteriores. A ello se sumaron recientes declaraciones del exmandatario estadounidense Donald Trump, quien manifestó su respaldo a Nasry Asfura y sugirió la posibilidad de un perdón para Juan Orlando Hernández si triunfaba el Partido Nacional, lo que, de acuerdo con el medio, reforzó la polarización interna y elevó la preocupación internacional sobre la legitimidad del proceso.
Ante el corte del sistema digital, la sociedad civil, partidos políticos y organizaciones sociales reclamaron la inmediata reactivación del Trep, la publicación sin demoras de los datos pendientes y la instauración de mecanismos reforzados de vigilancia y monitoreo independiente, según publicó Radio HRN. Frente a estas demandas, el CNE comunicó la implementación de medidas extraordinarias para ampliar el acceso público a la información y aceptar revisiones externas, aunque reconoció la limitación de la tecnología contratada y los riesgos asociados al uso de plataformas automatizadas sin protocolos sólidos para afrontar contingencias.
La falta de transparencia en esta fase crítica perjudicó la posibilidad de que la ciudadanía, los observadores y los medios corroboraran el avance y la consistencia del recuento. Este hecho reactivó la presión para revisar los convenios de contratación tecnológica, así como para fortalecer los controles y la fiscalización sobre los proveedores encargados de plataformas digitales electorales.
En respuesta institucional, el CNE realizó una sesión extraordinaria en la que convocó a los responsables de ASD con el objetivo de obtener explicaciones técnicas completas y coordinar acciones que permitieran reconstruir la confianza interna y ante los observadores internacionales, de acuerdo con las referencias citadas por Radio HRN. Cossette López-Osorio recalcó la urgencia de disponer de un informe técnico y una rendición de cuentas exhaustiva sobre los posibles efectos de la suspensión del Trep en la percepción de legitimidad del proceso electoral y la estabilidad social del país.
El análisis de la emisora abordó las dificultades estructurales de Honduras para modernizar el sistema electoral a través de la digitalización, evidenciando las carencias de supervisión efectiva y la inexistencia de procedimientos robustos para enfrentar fallas inesperadas en los sistemas automatizados. Este episodio hizo patentes las limitaciones de la infraestructura digital y subrayó la brecha existente entre las expectativas sobre la transparencia informática y las debilidades institucionales que persisten en el país.
Con la recta final del conteo electoral bajo fuerte observación de la sociedad civil, la prensa y misiones internacionales, el CNE insistió, tal como reiteró Radio HRN, en su intención de publicar resultados sometidos a auditoría y aplicar nuevos mecanismos para restituir la confianza pública. El entorno de crisis derivado del fallo tecnológico estimuló un debate nacional acerca de la idoneidad y protección del modelo digital utilizado para la transmisión de resultados electorales.
Posteriormente, Radio HRN informó que se abrieron investigaciones formales enfocadas en redefinir los marcos contractuales y seguridad en el uso de tecnología durante futuras elecciones. El acontecimiento reavivó antiguos debates sobre la fiscalización de sistemas automatizados de escrutinio y resaltó la necesidad de revisar los vínculos entre tecnología, transparencia y confianza institucional en las autoridades electorales hondureñas.
La experiencia acumulada tras la desconexión del Trep reforzó los argumentos de quienes exigen transformaciones integrales del sistema electoral hondureño, especialmente en lo que concierne a la relación entre servicios tecnológicos externos y garantías de vigilancia, acceso público y legitimidad en los procesos de conteo que determinan el rumbo político del país.

