Trump resta importancia a las violaciones del alto el fuego y dice que la segunda fase "llegará muy pronto"

Las cifras de víctimas en Gaza continúan en aumento tras la reanudación de la ofensiva israelí, en un contexto de recrudecimiento de la violencia, denuncias de violaciones a pactos y expectativas sobre nuevos anuncios desde Washington

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El informe actualizado presentado por fuentes locales de Gaza, citado por Europa Press, indica que la mayoría de los fallecidos en las últimas semanas han sido localizados entre los restos de edificios destruidos, como consecuencia de los bombardeos que se sucedieron tras la reanudación de las hostilidades. En este contexto, las denuncias de organizaciones de derechos humanos y autoridades del enclave han puesto el foco en el rápido deterioro de la situación humanitaria. El gobierno israelí sostiene que mantiene operaciones de represalia tras los ataques armados, mientras la cifra de víctimas siguió creciendo. Según detalló Europa Press, las víctimas mortales registradas desde el reinicio de la ofensiva israelí después del 7 de octubre ascienden a más de 70.100 personas, y el número de heridos alcanza los 171.000, un balance que evidencia la magnitud de la crisis humanitaria. En paralelo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, minimizó el impacto de las violaciones al alto el fuego y anticipó la presentación de la denominada segunda fase de su iniciativa diplomática para la región.

Tal como publicó Europa Press, Trump afirmó durante una conferencia desde la Casa Blanca que, pese a los últimos episodios de violencia, la siguiente fase de su plan está en camino. El mandatario compartió que recibió noticias de una explosión en Gaza con víctimas fatales y heridos. Según su declaración textual recogida por el medio: “La segunda fase avanza. Llegará muy pronto”. Sus declaraciones se dieron en medio de nuevos focos de tensión militar y denuncias recíprocas por supuestas infracciones al alto al fuego instituido entre Israel y Hamás.

La jornada estuvo marcada por un ataque armado en Rafá, sur de la Franja de Gaza, que dejó al menos cinco militares israelíes heridos conforme a lo reportado por fuentes israelíes citadas por Europa Press. Como respuesta, el ejército israelí realizó bombardeos sobre Jan Yunis. Fuentes locales señalaron al mismo medio que al menos cinco personas murieron en esa localidad, entre ellas dos menores de edad. Estos sucesos profundizaron la emergencia humanitaria en el territorio, según los datos suministrados por personal médico y autoridades gazatíes.

Europa Press precisó que, desde la última declaración de alto el fuego, el conteo de muertes asociadas a las operaciones israelíes ascendió a 360. No obstante, el total de fallecimientos en el periodo posterior al acuerdo alcanzó los 617, resultado tanto de nuevos ataques como de la recuperación de cuerpos entre los escombros. El estado de alarma se mantiene en el enclave, debido a la persistencia de las acciones militares y a la dificultad para rescatar y asistir a las víctimas atrapadas bajo edificios colapsados.

Las hostilidades reavivaron las acusaciones cruzadas entre Israel y Hamás, según consignó Europa Press. De acuerdo al gobierno israelí, Hamás permitió ataques desde zonas residenciales, incumpliendo las obligaciones del cese de hostilidades. Por su parte, portavoces de Hamás y fuentes sanitarias responsabilizaron a Israel de lanzar bombardeos en áreas densamente pobladas. Este cruce de señalamientos intensificó la incertidumbre acerca de la efectividad de los mecanismos para mantener el alto al fuego y la viabilidad de una salida negociada.

En su comunicación pública, el presidente Trump insistió, según publicó Europa Press, en que su gestión fortaleció la seguridad de la región, asegurando que la percepción de “paz” en Oriente Próximo existe, aunque, a su parecer, la opinión pública no la reconozca. Trump sostuvo que el respaldo internacional a su proceso diplomático permanece y subrayó la proximidad de la segunda fase del acuerdo, reafirmando: “la implementación de la segunda fase va bien”.

Las informaciones recogidas por Europa Press evidencian que la administración estadounidense retomó sus esfuerzos para convocar nuevas rondas de negociaciones, todo mientras continuaban las recriminaciones entre las partes enfrentadas. La incertidumbre sobre la integridad del alto el fuego y la expectativa sobre eventuales decisiones de política exterior estadounidense han dominado el escenario. Funcionarios israelíes han asegurado que sus acciones armadas buscan garantizar la seguridad nacional frente a “ataques hostiles”, mientras los reportes médicos y humanitarios palestinos enfatizan el elevado costo en vidas humanas y el deterioro de las condiciones de vida.

En la evaluación de daños tras los últimos ataques, las autoridades gazatíes destacaron el hallazgo sistemático de víctimas entre los escombros de viviendas y edificios destruidos, una circunstancia agravada por la continuidad de las operaciones militares. De acuerdo a los balances divulgados por Europa Press, fuentes bajo control de Hamás cifran en miles los damnificados sólo desde el último reinicio de operaciones. La suspensión prolongada de servicios básicos junto a la destrucción de infraestructura limita la capacidad de respuesta humanitaria y el acceso de la población a atención médica, agua y alimentos.

A lo largo de la jornada más reciente, Europa Press reportó que la atención internacional se mantuvo enfocada en las declaraciones emitidas desde la Casa Blanca, donde el presidente Trump ratificó los planes para avanzar en la segunda fase de su iniciativa destinada a estabilizar la región. Las reacciones de los principales actores involucrados han girado en torno a la credibilidad de los compromisos previos y a la capacidad de ambos bandos para cumplir las obligaciones pactadas. Tanto Israel como Hamás insistieron, en declaraciones recogidas por el medio, en que el adversario incumplió los puntos esenciales del alto al fuego, lo que aumentó el escepticismo en torno a futuros procesos de paz.

El reporte global divulgado por Europa Press documenta que la magnitud del conflicto y el saldo de víctimas han avivado el debate sobre la eficacia de los esfuerzos diplomáticos y la urgencia de una respuesta internacional más contundente para atender a la población afectada. La continuidad del ciclo de violencia, señalada por ambas partes y diversos organismos, configura un contexto de emergencia prolongado cuyas consecuencias se reflejan tanto en los registros estadísticos de fallecidos y heridos, como en la situación de miles de personas desplazadas o sin acceso a servicios esenciales.