El distanciamiento entre Cayetana Guillén Cuervo y Amaia Montero adquirió otro matiz cuando, tras la filtración no autorizada sobre el regreso de Montero a ‘La Oreja de Van Gogh’, la cantante decidió bloquear a su amiga en redes sociales y guardar silencio con respecto a su vínculo. Según informó el medio que ha dado seguimiento al episodio, ambos personajes mantenían una amistad reconocida públicamente desde hace años, estrecha hasta el punto de que la intérprete ejerce de madrina del único hijo de la presentadora. La noticia principal gira en torno a la negativa de Guillén Cuervo a pronunciarse sobre el estado actual de su relación con Montero y a la defensa contundente de la lealtad como uno de los valores centrales de su vida personal.
De acuerdo con lo publicado por el medio que cubrió los eventos, la situación de distanciamiento surgió en abril, cuando Guillén Cuervo adelantó en una intervención mediática el retorno de Amaia Montero al grupo musical, casi medio año antes de que el anuncio se hiciera oficial por la propia formación, que formalizó la reincorporación de la cantante en octubre, luego de dieciocho años desde su salida y tras la etapa de Leire Martínez como vocalista. Este adelanto provocó una reacción inmediata de molestia en Montero, quien interpretó la filtración como una vulneración de la confianza, decidiendo poner fin a la comunicación directa al menos en el ámbito digital.
Durante este periodo, según detalló el medio citado, Guillén Cuervo optó por guardar una postura de escrupulosa discreción y no realizar declaraciones respecto al tema, respetando el deseo explícito de Montero de evitar comentarios públicos hasta que la noticia fuera oficializada. En su aparición en un evento social junto a Alberto Cerdán, la hija de Fernando Guillén y Gemma Cuervo fue interrogada sobre el tema, pero esquivó responder preguntas directas sobre la situación actual con Montero o sobre la etapa profesional de ‘La Oreja de Van Gogh’.
En sus declaraciones recogidas por el medio, Guillén Cuervo afirmó: “No, no voy a hablar de nada de eso. Yo estoy bien, yo estoy bien, pero sin referencia a nada, estoy bien. Yo estoy bien, tengo a mi hijo, tengo a mi madre, tengo a mis hermanos, tengo a mis amigos, tengo a mi equipo, tengo a mi chico, estoy bien, pero no te voy a contestar nada de ese tema, amor. Entiendo que me lo preguntes, pero no…”. Estas palabras no abordan directamente la existencia o no de un diálogo vigente con la cantante, aunque permiten entrever la relevancia que la presentadora otorga al principio de la lealtad en su vida.
El medio que relató los hechos también destacó que la comunicadora evitó entrar en detalles sobre la evolución de su amistad y vinculó la lealtad como un pilar fundamental en sus relaciones personales, incluso cuando reconoce la posibilidad de haberse equivocado en algún momento. “Para mí mis amigos son mi identidad y es lo más importante del mundo. Soy una persona muy, muy leal, que puedo meter la pata… Pero que soy una persona muy leal, y a mí no me mueve nadie de mi lealtad con mi gente”, declaró Guillén Cuervo en el acto social, insistiendo en la defensa de sus principios personales por encima de las circunstancias que puedan surgir.
A pesar de su decisión de no profundizar en la cuestión particular del distanciamiento con Montero ni de la situación actual de la banda, la presentadora sí transmitió públicamente sus mejores deseos para el futuro profesional de la artista. “Le deseo lo mejor del mundo, con los ojos cerrados, con todo mi corazón”, aseveró Guillén Cuervo al ser consultada sobre la trayectoria de la cantante, extendiendo sus buenos augurios a “todo el mundo que afronta un proyecto importante tenga lo mejor en 2026”, según recogió el medio.
El impacto mediático generado por la filtración anticipada del regreso de Montero a ‘La Oreja de Van Gogh’ motivó debates entre seguidores y observadores acerca de los límites de la confianza y la protección de la vida privada en figuras públicas. El medio citado reportó que, durante todo este periodo, Guillén Cuervo ha destacado por adoptar una actitud enfocada en el respeto al deseo de Montero y por evitar cualquier exposición adicional del asunto, priorizando la discreción y la protección de la intimidad sobre el posible beneficio mediático de hablar sobre la situación.
La situación vivida entre Guillén Cuervo y Montero resaltó el peso que la lealtad y los afectos adquieren en los momentos de conflicto o de ruptura de confianza. El medio subrayó que la conductora ha orientado su comportamiento público a preservar la confidencialidad respecto a lo sucedido y que desde el episodio de distanciamiento no proporcionó explicaciones adicionales ni novedades sobre su relación. El caso evidenció cómo los vínculos personales pueden verse afectados por errores de comunicación y por las consecuencias emocionales derivadas de filtraciones no autorizadas, así como el modo en que figuras del ámbito cultural y mediático eligen afrontar estos episodios priorizando sus valores personales.
