Desplazadas unas 100.000 personas en dos semanas por el aumento de la violencia en el norte de Mozambique

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Alrededor de 100.000 personas se han visto desplazadas durante las últimas dos semanas a causa del aumento de la violencia en el norte de Mozambique, incluida la expansión del conflicto hacia zonas anteriormente consideradas como seguras, ante el repunte de los ataques perpetrados por el grupo yihadista Estado Islámico en África Central (ISCA).

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha expresado su "profunda preocupación" por el aumento de estos ataques y ha alertado de que, si bien las necesidades siguen incrementándose "a una velocidad sin precedentes", la capacidad de respuesta de las agencias humanitarias y las autoridades no logra mantener el ritmo.

Así, ha subrayado que personas que lograron escapar han relatado que tuvieron que hacerlo tras la irrupción en sus localidades de personas armadas que procedieron a atacar a residentes, incendiar viviendas y obligar a la gente a escapar sin poder reunir sus pertenencias, incluida la pérdida de hijos por parte de algunos padres en medio del caos.

La violencia desatada en 2017 en la provincia de Cabo Delgado ha provocado ya el desplazamiento de más de 1,3 millones de personas, si bien los ataques durante los últimos meses se han expandido a Nampula, amenazando a comunidades que anteriormente acogían a desplazados desde la provincia adyacente.

La propagación de la violencia ha provocado además que muchas personas hayan huido sin documentación y sin acceso a servicios esenciales, especialmente ante la ausencia de rutas seguras, lo que deja a las familias, especialmente mujeres y niñas, en mayor riesgo de explotación y abusos.

ACNUR ha destacado además que estas personas siguen haciendo frente a riesgos "graves" de protección civil incluso a su llegada a zonas consideradas seguras, dado que estas llegadas suponen una presión sobre comunidades de acogida que ya atraviesan una situación "frágil" y marcada igualmente por la inseguridad.

De esta forma, escuelas, iglesias y espacios abiertos están "abarrotados" de familias recién llegadas, muchas de las cuales duermen al aire libre, mientras que la falta de iluminación y privacidad en estos refugios expone a mujeres y niñas a nuevos riesgos de violencia sexual y de género, mientras que las personas mayores y con discapacidad sufren en lugares que no son accesibles ni están adaptados a sus necesidades.

El organismo ha hecho además un llamamiento a aumentar el apoyo internacional y ha adelantado que necesitará 38,2 millones de dólares (cerca de 32,9 millones de euros) en 2026 para atender las crecientes necesidades en el norte de Mozambique, mientras que la financiación recibida este año apenas alcanza el 50 por ciento de los 42,7 millones de dólares (alrededor de 38,7 millones de euros) requeridos.