La llamada Operación Midas, la macroinvestigación emprendida desde hace más de un año por los dos principales organismos anticorrupción de Ucrania, se ha llevado por delante a una de las figuras más importante del Gobierno del país: el asesor presidencial Andri Yermak, cuya dimisión forzada fue reivindicada por su superior, el presidente Volodimir Zelenski, como un claro ejemplo de que Ucrania, en paralelo a su esfuerzo de guerra, está cumpliendo con las expectativas depositadas por la Unión Europa con vistas a una futura adhesión.
La dimisión de Yermak es el último episodio de un tira y afloja entre Kiev y Bruselas a cuenta de la lucha contra la corrupción, asunto que saltó a la palestra el pasado verano cuando el Ejecutivo europeo criticó la ley ucraniana impulsada por Zelenski para limitar la autonomía de las principales agencias contra la corrupción la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU) y la Fiscalía Especializada Anticorrupción (SAPO), dos instituciones clave para la integración europea.
Tras una serie de contactos, incluyendo a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con el propio Zelenski, las autoridades ucranianas dieron marcha atrás en la polémica ley, toda vez la UE expresó sus dudas y recordó que una serie de fondos están vinculados a reformas europeas. El aviso de Bruselas unido a las protestas callejeras más intensas desde el principio de la guerra con Rusia, acabó provocando que el presidente ucraniano diera marcha atrás a la normativa, comprometiéndose públicamente a que un paquete de reformas anticorrupción llegase a buen puerto.
El problema de la corrupción es en todo caso una cuestión que planea sobre la adhesión europea de Ucrania, y en su informe anual sobre los avances para la integración, la Comisión Europea volvió a mandar un aviso para que Kiev mantenga el rumbo y no de pasos atrás en el combate contra la corrupción.
ESCÁNDALOS EN TIEMPO DE GUERRA
De todos la dimisión de Yermak no ha podido ocurrir en peor momento para Zelenski porque, además de su asesor, ha perdido a su jefe negociador cuando tiene delante suya una propuesta de paz, negociada entre Washington y Moscú, con cuestiones delicadas para Kiev como la cesión de territorios a Rusia o la limitación del tamaño de su Ejército.
"Nuestra relación con las autoridades ucranianas es bastante honesta en lo que a los requisitos se refiere", mencionó el comisario europeo de Justicia, Michael McGrath, en una reciente entrevista con Politico. "Todos los países que se unan a la Unión Europea tienen que cumplir un estándar legal. De lo contrario, no recibirán ningún tipo de apoyo en su proceso de adhesión", avisó, antes de matizar que, el proceso de reforma anticorrupción en Ucrania es "un viaje" y que Kiev está haciendo "los mejores esfuerzos posibles".
El caso es que la Operación Midas no ha terminado y sigue estrechamente vinculada a una cuestión especialmente sensible en Ucrania como es su reserva energética, imprescindible ante la llegada del invierno en tiempo de guerra.
La investigación se refiere al soborno a gran escala en el sector energético de Ucrania durante la invasión rusa, en un entramado que tiene como cabecilla a Timur Mindich, copropietario de Kvartal 95, una productora fundada por Zelenski antes de convertirse en el líder del país. Mindich, según la investigación, ejercía como máximo responsable de un entramado que cobraba sobornos a los contratistas de Energoatom, la principal operadora estatal de las plantas nucleares del país.
Concretamente y según informó la NABU en su momento, esta trama blanqueó fondos por valor aproximado de unos 90 millones de euros. Por su lado, Yermak guardaba estrechos vínculos con algunos de los implicados: los ahora dimitidos ministros ucranianos de Energía y Justicia, Svitlana Grinchuk y Herman Galushchenko. Mindich abandonó el país el 9 de noviembre, solo horas antes de que la NABU entrara en su domicilio para registrarlo, según fuentes del 'Ukrainska Pravda'.
"Hoy no es momento de que nadie dude sobre Ucrania", proclamó Zelenski horas después de la dimisión de Yermak. El presidente ha asegurado que está impulsando ahora mismo otra nueva reforma integral, la de la estructura de concesiones de contratos en el sistema energético, para despejar las dudas del Ejecutivo europeo. Yermak, por su parte, ha reivindicado su inocencia y asegurado que su primera decisión es la de "marcharse al frente" para que su esfuerzo de guerra termine de limpiar un nombre que "ha sido profanado".
La crisis no tiene de momento final a la vista y la guerra con Rusia, una vez más, lo condiciona todo, mientras que tres facciones opositoras en el parlamento -representantes de los partidos Solidaridad Europea, Holos y Patria- exigen directamente la dimisión del Gobierno entero y su reemplazo por un gabinete de "unidad nacional" con participación de la oposición.
