
Las declaraciones de Mamadou Mota, líder interino del Movimiento para el Renacimiento de Camerún (MRC), señalaron que la muerte de Anicet Ekane constituye “un crimen de Estado cometido con la vil complicidad del silencio y la indignación calculada de funcionarios de Naciones Unidas y de las embajadas de países amigos de Camerún”. De acuerdo con Actu Cameroun, el fallecimiento del dirigente político, ocurrido bajo custodia estatal, generó un fuerte impacto en diversos sectores opositores y reactivó las críticas contra la gestión gubernamental tras las recientes protestas electorales que sacudieron al país.
El Ministerio de Defensa de Camerún indicó que Ekane fue trasladado al Centro Médico Militar de la Gendarmería Nacional poco después de su arresto, con base en la presencia de “varias patologías crónicas” que presentaba. Según detalló Cyrille Serge Atonfack, portavoz del ministerio, el dirigente opositor recibió atención médica provista tanto por el personal militar como por sus propios médicos, y permaneció bajo seguimiento en hospitales cercanos una vez ingresado en la prisión de Yaundé. Actu Cameroun reportó que, tras anunciarse el fallecimiento del líder, las autoridades estatales iniciaron una investigación oficial y prometieron “tratamiento legal riguroso” para el caso.
Anicet Ekane, fundador y máxima autoridad del Movimiento Africano por la Nueva Independencia y la Democracia (Manidem), fue detenido el 24 de octubre en Douala en el marco de manifestaciones contra la proclamada victoria del presidente Paul Biya. El arresto, realizado en el contexto de disturbios posteriores a los comicios del 12 de octubre, se produjo dentro de la investigación sobre presuntas “infracciones graves” asignada al Tribunal Militar, según corroboraron las autoridades camerunesas y documentó Actu Cameroun. Emmanuel Simh, abogado de Ekane, confirmó la muerte del líder mediante un mensaje breve en redes sociales y no aportó detalles adicionales sobre las causas o circunstancias.
Horas más tarde, a través de la cuenta oficial del Movimiento Africano por la Nueva Independencia y la Democracia en Facebook, se calificó la muerte de Ekane como un “asesinato” y se denunció un ataque directo contra la dirigencia opositora en Camerún. Según consignó Actu Cameroun, la noticia avivó el debate en torno a la seguridad de los opositores bajo custodia estatal y la actuación gubernamental frente a las protestas. La respuesta institucional incluyó manifestaciones de condolencias a la familia del político y reiteradas garantías sobre la transparencia y legalidad del proceso de investigación.
El escenario donde ocurrió el fallecimiento de Ekane estuvo marcado por una oleada de tensiones desde las elecciones presidenciales. Los comicios, desarrollados el 12 de octubre, estuvieron acompañados de episodios de violencia que causaron la muerte de al menos veinte personas, conforme informaron las autoridades locales y reportó Actu Cameroun. La proclamación oficial arrojó un triunfo para Paul Biya con un 53,7 % de los votos, sobre un 35,2 % obtenido por Issa Tchiroma Bakary, principal contendiente respaldado por Ekane y otros sectores opositores. Tchiroma Bakary, antes de la conclusión del escrutinio, aseguró “poseer pruebas” de haber reunido cerca del 60 % del apoyo ciudadano, según la cobertura del medio camerunés.
Paul Biya, en el poder desde hace 43 años, inició un nuevo mandato de siete años tras jurar el cargo el pasado 6 de noviembre, en medio de insistentes cuestionamientos relacionados con su estado de salud y su escasa presencia pública, aspectos que, como destacó Actu Cameroun, marcaron tanto la campaña electoral como los días posteriores al anuncio de resultados. La reelección y el proceso de investidura se desenvolvieron bajo una atmósfera de incertidumbre y polarización política, con reiterados reclamos sobre supuestos fraudes e irregularidades.
El Ministerio de Defensa sostuvo en declaraciones públicas que Ekane había recibido la asistencia médica adecuada durante su permanencia en custodia y reiteró el compromiso de aplicar todas las medidas legales necesarias para garantizar la claridad en el proceso investigativo. En ese contexto, los sectores opositores intensificaron sus críticas, señalando presuntas vulneraciones a los derechos humanos y denunciando la ausencia de garantías tanto para los líderes detenidos como para la libre expresión de la disidencia, en un clima que Actu Cameroun definió como tenso y marcado por la persistencia de movilizaciones y enfrentamientos.
Finalmente, organismos internacionales y representaciones diplomáticas fueron objeto de señalamientos por parte de las fuerzas opositoras, que acusaron omisiones y supuestos encubrimientos frente a la situación vivida por Anicet Ekane y otros activistas arrestados durante la crisis post-electoral. Todas estas circunstancias situaron la muerte de Ekane como un hito en la actual coyuntura política de Camerún, según la reconstrucción ofrecida por Actu Cameroun.

