
La ambientación del pabellón barcelonés en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara recrea una plaza pública fiel a las emblemáticas plazas porticadas de la ciudad, inspirándose en espacios como la plaza Reial. Según consignó la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), la estructura de 1.183 metros cuadrados incluye bancos, árboles, farolas y puestos temporales, elementos que trasladan a territorio mexicano la atmósfera urbana de la capital catalana. Este espacio convierte a Barcelona en la ciudad invitada de honor y centro de las actividades de la FIL, el principal evento editorial del continente americano.
Tal como informó la FIL, la ceremonia inaugural convocó a figuras clave de los sectores institucional y cultural. Participaron la vicepresidenta segunda del Gobierno de España, Yolanda Díaz; el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni; la consellera de Cultura de la Generalitat de Cataluña, Sònia Hernández; junto al presidente y la directora general de la FIL, José Trinidad Padilla López y Marisol Schulz. En el acto estuvieron también la rectora de la Universidad de Guadalajara, Karla Alejandrina Planter, y la comisaria del programa cultural vinculado a Barcelona, Anna Guitart. Entre los aspectos destacados por la FIL figura el énfasis en la cooperación cultural transatlántica y la importancia del intercambio literario entre España y México.
La propuesta bibliográfica del pabellón consiste en una librería con 10.000 títulos relacionados con Barcelona, seleccionados por autoría, temática o edición. El medio FIL explicó que la colección busca dar cuenta de la diversidad y amplitud de la escena editorial catalana, lo que permite conectar con públicos muy variados. A esta oferta se suma una programación que contempla actividades como mesas redondas, lecturas, presentaciones y diálogos entre escritores, realizadas en un auditorio preparado para 120 personas. La multiplicidad de actividades refleja la voluntad de fomentar el encuentro y la colaboración entre autores hispanohablantes en distintos géneros literarios.
En declaraciones reproducidas por la FIL, Yolanda Díaz destacó la participación barcelonesa como una “merecida consagración” en el ámbito literario. La vicepresidenta aludió a la profunda relación histórica entre México y España, marcada tanto por movimientos migratorios como por el apoyo mutuo a lo largo del tiempo. Díaz mencionó a escritores como Juan Marsé, Quim Monzó, Manuel Vázquez Montalbán y Montserrat Roig como figuras esenciales para comprender la identidad de Barcelona. También recordó la designación de la ciudad por la Unesco como urbe literaria, afirmando que la presencia en la FIL evidencia la vitalidad del sector editorial barcelonés y su vocación internacional.
El alcalde Jaume Collboni, citado por la FIL, definió la condición de ciudad homenajeada como “un sueño” para Barcelona. Subrayó que el diseño del pabellón se orienta a trasladar la esencia arquitectónica y social urbana, invitando a los asistentes a experimentar la cultura barcelonesa y su entorno. Collboni resaltó además el papel de la literatura como respuestas frente a la intolerancia y el valor de los libros en la promoción de hábitos lectores y el desarrollo social.
La consellera catalana de Cultura, Sònia Hernández, destacó el contexto propicio que representa para la literatura y la edición de Cataluña la invitación a Barcelona, según publicó la FIL. Hernández consideró que la FIL ofrece una plataforma adecuada para acercar la obra de autores catalanes a lectores latinoamericanos, facilitando la consolidación de relaciones literarias y editoriales a ambos lados del Atlántico.
El medio FIL detalló que el diseño arquitectónico del pabellón reivindica la plaza pública como núcleo de convivencia y símbolo de apertura cultural. Características arquitectónicas, mobiliario urbano y luminarias reproducen la fisonomía reconocible de Barcelona, transformando el recinto en una metáfora de puertas abiertas para la literatura y la cultura catalana.
La programación cultural, según reportó la FIL, prioriza la colaboración entre autores catalanes y latinoamericanos a través de encuentros, mesas y diálogos, propiciando la creación de redes que favorecen la cooperación internacional en el ámbito del libro. La selección de títulos pone de manifiesto la presencia de escritores de distintas trayectorias, abarcando desde narrativa hasta ensayo y poesía.
Según explicó la FIL, el objetivo de la presencia de Barcelona es incrementar la proyección internacional de la producción editorial catalana y consolidar el estatus de la ciudad como referente global en el sector editorial. La convergencia de autores, editores y lectores de diferentes regiones en Guadalajara amplía la circulación de libros y fortalece la industria cultural y el tejido literario transnacional.
Tanto autoridades como representantes del sector cultural, consultados por la FIL, subrayaron la función de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara como espacio decisivo para la cooperación literaria y el diálogo entre países hispanoparlantes. Desde la organización se remarcó que el pabellón barcelonés contribuye a impulsar la presencia internacional de la ciudad y favorece iniciativas destinadas a estrechar los lazos con América Latina y otras regiones.


