Cuisnahuat (El Salvador), 26 nov (EFE).- Un centenar de feligreses católicos de la localidad de Cuisnahuat, al este de El Salvador, celebraron este miércoles una tradicional procesión que combina el sincretismo religioso y popular que busca fortalecer la hermandad entre pueblos, dar ofrendas y agradecer por favores.
Se trata de la tradición denominada "Encuentro de los Cumpas", que se lleva a cabo en el municipio de Cuisnahuat, ubicado a unos 70 kilómetros de la capital salvadoreña.
La celebración comenzó con la salida del sol a través de una exhibición de las imágenes de San Lucas y San Cristóbal, patronos de las localidades de Cuisnahuat y Jayaque, respectivamente, en una cueva en la que los descendientes indígenas realizaron rituales.
Los asistentes a la festividad hicieron fila para orar frente a las imágenes de los patronos, dejar ofrendas económicas y compartir alimentos.
"Para nosotros participar es tener fe. Pedimos para que intercedan por alguna enfermedad y hemos tenido muchos milagros", comentó en declaraciones a EFE la feligresa Laura Paredes.
Luego de los rituales, las imágenes fueron resguardadas en cajas de madera para ser cargadas por voluntarios y trasladadas en una peregrinación, con un recorrido de aproximadamente seis kilómetros, acompañada de música y quema de pólvora.
El clímax de la tradición fue la llegada de las imágenes de San Lucas y San Cristóbal al casco urbano de Cuisnahuat, donde se unen a las de San Esteban y Santo Domingo de Guzmán, patronos de localidades cercanas.
Al encontrarse, los fieles realizaron con solemnidad el ritual la "topa", que consiste en un saludo de chocar manos y frentes que simbolizan el compadrazgo. La tradición católica finalizó un almuerzo comunitario.

