
Tras abandonar apresuradamente un edificio rodeado de militares, Fernando Dias da Costa relató que su escape en compañía de Domingos Simoes Pereira y observadores internacionales se concretó gracias a la utilización de una puerta trasera, lo que permitió evitar su detención durante la crisis política que se desató tras la suspensión del proceso electoral en Guinea Bissau. Según consignó Europa Press, el aspirante presidencial electo se dirigió luego a la población para reclamar una movilización masiva que defienda los resultados de los recientes comicios generales y el sistema democrático nacional.
De acuerdo con la información difundida por Europa Press, Dias da Costa permanece actualmente bajo resguardo en un “lugar seguro”, tras el intento de arresto vinculado a un “presunto operativo militar”. La huida ocurrió mientras celebraba una reunión junto a dirigentes políticos y delegados de organismos internacionales, entre ellos la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y la Unión Africana. En un mensaje que envió poco después a través de la cuenta de Facebook de Simoes Pereira, Dias da Costa subrayó la rapidez de reacción de la juventud en la sede de campaña, factor que catalogó como decisivo para que evitaran la captura. El candidato expresó: “Salimos por las puertas traseras del edificio, nos han perseguido de todas las formas y, felizmente, hemos conseguido escapar de ellos”.
La tensión política se agravó tras el anuncio oficial de las Fuerzas Armadas sobre la existencia de un golpe de Estado, hecho que coincidió con la suspensión del proceso electoral y una escalada de acusaciones entre distintos actores institucionales. Europa Press detalló que, tras el frustrado operativo para arrestar a Dias da Costa y otras figuras opositoras, se produjeron detenciones de allegados y colaboradores, lo que llevó al candidato a exigir su puesta en libertad “incondicional”.
En el marco de estas demandas, el político responsabilizó directamente a las autoridades nacionales por el deterioro institucional y la falta de claridad sobre el curso de la asonada. Europa Press informó que Dias da Costa acentuó sus críticas hacia el presidente Umaro Sissoco Embaló, a quien señaló abiertamente por orquestar supuestamente un autogolpe. De acuerdo con el relato del candidato, Embaló habría ejecutado una estrategia para detener la inminente lectura de los resultados electorales, ya que estos confirmarían una derrota. “Perdió (...) y se dio cuenta de que mañana sería la lectura final de los resultados electorales, así que decidió inventar algo llamado golpe de Estado”, manifestó Dias da Costa, según publicó Europa Press.
La solicitud de intervención de la Unión Africana también integró el mensaje del dirigente político, quien remarcó que miembros de este organismo internacional se encontraban presentes al momento del supuesto intento de aprehensión. Además, instó a la CEDEAO a asumir su responsabilidad como supervisora de la integridad del proceso electoral, recordando que los participantes ya habían reportado irregularidades a dicho organismo antes del estallido de la crisis.
El desarrollo de la crisis se produjo pocas horas después de la declaración pública de Embaló desde el Palacio Presidencial, donde el jefe de Estado afirmó haber sido retenido por militares. Sin embargo, según reportó Europa Press, Simoes Pereira puso en duda la autenticidad de esa versión respecto al supuesto arresto presidencial, lo que contribuyó a aumentar la incertidumbre política tanto dentro del país como en el ámbito internacional.
Europa Press recogió también que la convocatoria de Dias da Costa a la movilización popular busca presionar tanto a nivel nacional como internacional por la liberación de los opositores detenidos y el respeto a la voluntad expresada en las urnas. El objetivo declarado radica en asegurar la validez de los resultados de los comicios y preservar el sistema democrático frente a los intentos de alteración institucional.
De este modo, Guinea Bissau se mantiene en una fase de tensión y acusaciones cruzadas, mientras no existe una confirmación oficial definitiva sobre el desenlace de la asonada y la transición política permanece en suspenso. La evolución de los acontecimientos y las diferentes versiones ofrecidas por los protagonistas han generado un escenario de inestabilidad y seguimiento constante, tanto a nivel nacional como en el entorno internacional involucrado en la supervisión del proceso.


