Javier Albisu
Bruselas, 27 nov (EFE).- Envases de micelio, cosméticos de algas, bañeras hechas con astillas, textiles de celulosa regenerada o bioplásticos creados con residuos orgánicos son algunos de los productos que la Comisión Europea (CE) quiere potenciar con su nueva estrategia sobre bioeconomía.
"La bioeconomía no es ciencia ficción, ya está con nosotros y yo voy vestida con ella", declaró en rueda de prensa la comisaria de Medioambiente, Jessika Roswall, embutida en un vestido fabricado a partir de fibras de madera de pino.
Detrás de esa parafernalia hay un sector que mueve en Europa más 2,7 billones de euros y aporta 17 millones de empleos, aunque el grueso de las cifras de la actividad económica de la biotecnología proviene de áreas como los piensos animales, la bioenergía y los productos de madera.
Bruselas tiene la ambición de "liberar el potencial" biológico de la industria europea, fomentando la innovación y las inversiones en la producción con materiales biológicos sostenibles y desarrollando mercados pioneros en un sector que apoya la economía circular y aleja a la Unión Europea (UE) de los combustibles fósiles.
La nueva estrategia, cuyos principios irán acomodándose en propuestas legislativas, consta de cuatro ejes y dará prioridad a sectores donde las soluciones ya están avanzadas, como los plásticos de base biológica, los químicos, la construcción y los textiles.
Bruselas quiere "convertir en realidad las innovaciones de base biológica", en un sector con una dinámica ascendente en el que ahora hay que "bajar los costes y conseguir más escala", señalan fuentes europeas.
"Para liderar la revolución biotecnológica, la innovación y la inversión deben aumentar, de modo que la investigación no se quede en los laboratorios. Escalar las innovaciones de base biológica exige una combinación de inversiones públicas y privadas, así como un entorno regulador simplificado", señala la Comisión.
El Ejecutivo comunitario creará un "marco regulador coherente y sencillo que recompense los modelos empresariales circulares y sostenibles, respetando al mismo tiempo las normas de seguridad de la UE", con el objetivo de que se traduzca en "probaciones más rápidas, claras y simples para soluciones innovadoras ayudarán a las empresas a desarrollarse y crecer en Europa".
Bruselas también hará hueco en los presupuestos comunitarios para destinar fondos a las tecnologías con base biológica y desarrollará herramientas para compartir el riesgo con los inversores privados y atraer más capital.
La segunda pata de la estrategia consiste en desarrollar mercados innovadores como para sectores como plásticos, fibras, textiles, químicos, fertilizantes, productos fitosanitarios, materiales de construcción, biorrefinerías, fermentación avanzada y almacenamiento permanente de carbono biogénico, que tienen "un gran potencial tanto económico como ambiental".
Bruselas baraja acciones como crear una "alianza" de empresas que compren 10.000 millones de materiales biobasados de aquí a 2030 o incentivar que se introduzcan como criterios de selección en las licitaciones públicas.
Uso sostenible de la biomasa Europa es "en gran medida autosuficiente en biomasa" y la CE quiere garantizar que seguirá siéndolo, por lo que los planes del Ejecutivo pasan por garantizar que bosques, suelos, aguas y ecosistemas se gestionen "dentro de sus límites ecológicos".
Fuentes comunitarias subrayaron que para evitar el sobreconsumo de biocombustibles, que ya generan problemas de sostenibilidad, Bruselas buscará aumentar el valor de la biomasa secundaria, como residuos agrícolas, subproductos y desechos orgánicos.
"El 40 % de la basura municipal es de origen orgánico y algunas ciudades ya lo usan para producir biogás", señalaron las fuentes al explicar una hoja de ruta que también prevé herramientas para "recompensar a agricultores y silvicultores que protejan los suelos, mejoren los sumideros de carbono y apoyen el uso sostenible de la biomasa".
Europa aspira a convertirse en "líder mundial en tecnologías, materiales, productos y conocimientos de base biológica sostenibles".
Y con ese objetivo en el punto de mira, la CE acompañará a las empresas en la conquista de los mercados globales mediante "asociaciones que reduzcan sus vulnerabilidades y que garanticen que Europa no dependa de una sola región o un solo recurso".
"En el frágil clima geopolítico actual, la seguridad de los recursos refuerza la competitividad y la resiliencia de la UE", razona el Ejecutivo europeo. EFE
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