El Ejército de Guinea Bissau confirma un golpe de Estado y depone al presidente, Umaro Sissoco Embaló

Militares tomaron el control institucional en medio de intensas disputas tras los comicios, suspendieron el proceso electoral, arrestaron a altos funcionarios e informaron sobre enfrentamientos armados en puntos clave de la capital, sin reportes confirmados de heridos o fallecidos

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El portavoz militar Dinis N'Tchama transmitió por la Televisão da Guiné-Bissau (TGB) que la nueva junta asumirá el control total de los poderes del Estado, en una iniciativa que, según sus palabras, busca restaurar la seguridad nacional y el orden público. Con este anuncio, las fuerzas armadas de Guinea-Bissau han oficializado el golpe de Estado y la destitución del presidente Umaro Sissoco Embaló, en medio de la crisis política posterior a las elecciones generales celebradas el domingo.

El medio O Democrata informó sobre el despliegue de las fuerzas militares en puntos estratégicos tras conocerse la detención de Embaló en su oficina ubicada en el Palacio Presidencial en la capital, Bissau. Según consignó la agencia Europa Press, el proceso electoral quedó suspendido por decisión de los propios militares, que justificaron su intervención por el clima de tensión surgido tras el escrutinio y la disputa por los resultados. Además del presidente, fueron arrestados varios altos funcionarios, incluido el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Biague Na Ntan; su segundo al mando, Mamadou Touré; y el ministro del Interior, Botché Candé.

De acuerdo con la información emitida por TGB y recogida en la declaración oficial, la detención de estas figuras clave ocurrió poco después de que Umaro Sissoco Embaló denunciara el alzamiento militar y confirmara estar retenido junto a los citados funcionarios. Embaló acusó directamente a los militares de haber irrumpido en el palacio presidencial y de mantenerlo bajo custodia. La declaración televisada de los líderes de la asonada también incluyó la suspensión de establecimientos e instituciones ligadas al proceso electoral, reiterando que la seguridad y el orden son las prioridades inmediatas.

La jornada estuvo marcada asimismo por tiroteos en áreas próximas al Palacio de la República y la sede de la Comisión Nacional de Elecciones (CNE). Según videos difundidos en redes sociales y relatados por el diario O Democrata, diversos enfrentamientos armados se produjeron en la capital, aunque hasta el momento no se tienen reportes oficiales de heridos o fallecidos. Las imágenes circuladas muestran intercambio de disparos en calles cercanas a las principales instituciones gubernamentales, pero ningún grupo, ya sea militar o civil, ha dado cifras sobre posibles víctimas.

Europa Press detalló que la declaración del portavoz militar Dinis N'Tchama buscó calmar a la población, enfatizando que la junta asumirá la responsabilidad gubernamental para garantizar la estabilidad nacional. De acuerdo a la versión militar, la suspensión del proceso electoral se produjo para evitar un agravamiento de la crisis política e institucional. Sin embargo, hasta ahora no han trascendido detalles sobre el futuro inmediato de los detenidos ni sobre el calendario previsto por las nuevas autoridades para una eventual normalización institucional.

El levantamiento militar en Guinea-Bissau ocurre en un contexto de conflictividad política tras las elecciones generales del domingo, que generaron disputas entre los principales actores y acusaciones cruzadas sobre fraude e irregularidades. La reacción del Ejército fue inmediata tras la denuncia pública realizada por Embaló. Poco después, la cadena TGB difundió los comunicados oficiales que confirmaron la existencia del golpe y la conformación de una junta militar.

La comunidad internacional aún no ha emitido reacciones formales ante el cambio de poder en Guinea-Bissau, pero la situación permanece en seguimiento. Entre tanto, los accesos en torno a las sedes principales del gobierno permanecen ocupados por militares, según reportó O Democrata. La incertidumbre sobre la integridad física de los detenidos y la evolución del escenario político domina la preocupación de la ciudadanía local y de los observadores internacionales.