
Noche tan emocionante como especial para la familia Flores, que presumiendo de su unión incondicional se ha dado cita este martes en el madrileño Cine Callao para arropar a Alba Flores en el estreno de la película documental 'Flores para Antonio', en la que su propia hija rinde homenaje al icónico cantante fallecido en 1995 de una forma muy íntima a través de vídeos caseros, fotografías inéditas, dibujos e imágenes de archivo que la actriz ha podido recopilar a lo largo de estos años.
Muy emocionada y sin poder contener las lágrimas en algún momento, la protagonista de 'La casa de papel' ha contado con el apoyo incondicional de su tía Lolita Flores, de sus primos Elena y Guillermo Furiase, y de su madre Ana Villa, con los que posó de lo más cómplices y cariñosos evidenciando que son una auténtica piña.
Los grandes ausentes en este cónclave de la familia de 'La Faraona', la inolvidable Lola Flores, Rosario Flores y sus hijos Lola Orellana y Antonio Lazaga, que en esta ocasión -y tras asistir a la première de 'Flores para Antonio' en el Festival de Cine de San Sebastián el pasado mes de septiembre- no pudieron acompañar a Alba en su gran estreno en Madrid por motivos profesionales.
Como no podía ser de otra forma, han sido numerosos los rostros conocidos que han querido ser los primeros en ver la película sobre el cantante de 'No dudaría', bien porque tuvieron la suerte de compartir su vida con Antonio, como Antonio Carmona y Mariola Orellana, junto a sus hijas Marina y Lucía Fernanda, o Loles León; o bien por sus deseos de conocer un poquito más sobre el lado personal de uno de los artistas más populares de nuestra música, como Olivia Molina, Machi, Yolanda Ramos, Rozalén, Irene Villa, Elena Anaya, Isaki Lacuesta, Álex de la Croix o Susana Abaitua.
"Tenía muchas ganas ya de que lo vea la gente, el público, compartirlo con todo el mundo" ha confesado emocionada Alba, reconociendo que el proceso de hacer la película ha sido "precioso", aunque por momentos dudó si sería capaz de hacerla: "Buf, imagínate, al principio no lo quería ni hacer, al principio, principio, principio, era como, uff, no, no, no, no, no, yo no quiero tener, quiero que se haga, pero no quiero hacerlo yo. Y, claro, luego, reflexionando medio segundo, ya me di cuenta de que era una oportunidad en la vida de hacer algo que seguramente me iba a sentar muy bien, y que seguramente iba a ser muy arduo".
"Ha habido momentos de todo tipo, sobre todo a nivel producción, que es a lo que también menos acostumbrada estoy, de decir, guau, guau, venga, vamos, hemos sudado la camiseta, ¿no?, como suele decirse. Y luego, a nivel personal, sí que ha habido momentos muy intensos, pero todos los he sentido muy adecuados, como si cada proceso y cada paso lo necesitase, y quien lo estaba viviendo conmigo también" confiesa.
Y aunque asegura que no cree mucho en lo "esotérico", sí reconoce que durante el proceso "la directora Elena Molina sí que ha sentido muchas señales". "Y es verdad que pasaban casualidades, cosas, gente que nos encontrábamos en momentos que era como, uy, esto lo hemos hablado hace un segundo, ¿no? Había algo de eso, sí. Desde luego, no sé, yo tampoco soy muy de creer en lo esotérico, pero sí que la sensación era como un poco de que este proyecto estaba bendito, ¿no? Bendecido por la vida, por nosotros mismos, por lo que fuera, pero sí que se ha alineado todo para que todo fuera fluyendo y fuera como un diálogo con la vida" explica.


