Cientos de sirios de la minoría alauí protestan en Latakia y Homs por los recientes ataques contra la comunidad

Manifestaciones en ciudades del litoral y el centro de Siria, según fuentes locales y el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, enfrentan a participantes con fuerzas estatales, que han respondido con gases, detenciones y advertencias de posibles injerencias externas

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Las fuerzas de seguridad sirias han arrestado a decenas de participantes luego de que, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, se registraran intervenciones violentas en varias plazas de Homs. El medio con sede en Londres reportó el uso de gases lacrimógenos, disparos al aire y vehículos que avanzaban entre los concentrados, generando heridos y atemorizando a los presentes. Este escenario se dio en el marco de una jornada de protestas protagonizada por cientos de integrantes de la minoría alauí, quienes manifestaron su malestar ante los recientes ataques sufridos por miembros de su comunidad en ciudades como Latakia, Homs y zonas costeras como Jablé.

De acuerdo con la información recogida por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos y distribuida este martes, las protestas se desplegaron en puntos clave de Latakia, incluyendo glorietas como Al Azhari, Al Zawra, Al Zira y Al Amara. El Observatorio indicó que la presencia policial se incrementó de manera significativa en estos lugares, donde las autoridades decidieron cerrar varias vías principales para controlar los movimientos de los manifestantes. Los congregados portaron banderas del país y entonaron consignas enfocadas en exigir “cambios” políticos, particularmente dirigidos al gobierno liderado actualmente por el presidente de transición, Ahmed al Shara.

En Homs, el ambiente fue descrito como especialmente tenso. Según citaron fuentes locales en diálogo con el Observatorio y la agencia estatal SANA, los incidentes más graves se han producido durante una sentada en la plaza Al Zahra, que terminó con múltiples detenciones. Algunos manifestantes resultaron heridos o atropellados, un detalle confirmado por la organización y consignado por medios locales. El Observatorio denunció un uso que calificó de “fuerza excesiva” por parte de las fuerzas estatales, que también dispararon “de manera indiscriminada” contra la multitud.

En paralelo a los incidentes en Homs y Latakia, se registraron movilizaciones en la ciudad de Jablé y otros puntos del litoral sirio, según consignó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. La motivación inmediata de estas concentraciones radica en los ataques ocurridos recientemente contra miembros de la comunidad alauí, alimentando los temores de una escalada sectaria en una región marcada por tensiones recurrentes.

El Ministerio del Interior de Siria emitió un comunicado, reproducido por la agencia estatal SANA, donde aseguró que “el derecho a manifestarse y expresarse está garantizado para todos los ciudadanos sirios”. No obstante, el mismo mensaje advirtió sobre el riesgo de “convocatorias externas que buscan incitar a la sedición y corromper el tejido social” del país. Esta referencia apunta a una preocupación oficial sobre posibles interferencias externas en las dinámicas internas de protesta.

El lunes, en la víspera de las protestas, hubo un fortalecimiento del despliegue policial en Homs acompañado de la imposición de un toque de queda temporal. Esta medida surgió en respuesta al hallazgo de una pareja muerta en su residencia en Zeidal, un barrio al sur de la ciudad. Según reportó el Observatorio y confirmaron fuentes estatales, el crimen llevó a una serie de ataques contra propiedades alauíes, incluyendo daños a tiendas y domicilios. Las autoridades negaron que el doble asesinato tuviera una motivación sectaria, aunque los hechos incrementaron la sensación de inseguridad en la provincia.

El país vive una etapa de inestabilidad desde diciembre de 2024, cuando la caída de Bashar al Assad en medio de una ofensiva de fuerzas yihadistas y rebeldes —liderada por Hayat Tahrir al Sham (HTS)— propició la instauración del gobierno de transición encabezado por Ahmed al Shara, líder de esa formación y anteriormente conocido como ‘Abú Mohamed al Golani’. Desde ese cambio político, episodios de violencia ligados a cuestiones sectarias y disputas internas se han mantenido, a pesar de las promesas del nuevo mandatario de restaurar la calma.

En marzo, Latakia y otros puntos de la costa se vieron afectados por enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y simpatizantes del ex presidente Assad, lo que de acuerdo con el Observatorio y fuentes locales, causó la muerte de alrededor de 1.500 personas. El impacto de aquellos disturbios se tradujo en una cadena de actos violentos que, según la evaluación de la comisión de Naciones Unidas que investiga la situación en Siria, podrían constituir crímenes de guerra. Entre las conductas analizadas figuran asesinatos, torturas, saqueos y la quema de propiedades, atribuibles tanto a fuerzas del gobierno provisional como a grupos afines.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, a través de testimonios obtenidos en terreno, señaló que la práctica de disolver manifestaciones con empleo de gases lacrimógenos y otros recursos disuasorios se repitió en varios puntos, generando un ambiente de incertidumbre. La organización también recogió testimonios sobre detenciones masivas y la intimidación que produce la presencia de vehículos policiales en espacios centrales de las ciudades.

Pese al discurso gubernamental sobre el respeto a los derechos de manifestación, los comunicados oficiales no han aludido de manera explícita a las denuncias de represión ni al número de personas detenidas durante los incidentes. SANA, por su parte, difundió las posiciones ministeriales subrayando el llamado a la “cautela” frente a convocatorias consideradas peligrosas para la paz social siria.

Contextualizando los hechos, la situación alauí en Siria ha estado históricamente marcada por desplazamientos y presiones, factores que, según diversos informes, aumentaron tras el asesinato de la pareja en Homs y los posteriores ataques a negocios y viviendas. La reiteración de episodios violentos con posible trasfondo sectario indica la persistencia de divisiones profundas a pesar del cese de la administración de Bashar al Assad, según la información recopilada por el Observatorio y distribuida por medios como SANA.

La comisión de investigación de Naciones Unidas, en su informe de agosto, destacó la presencia de “violencia sistemática” durante los episodios de enfrentamiento, apreciando patrones de represión y hostigamiento en zonas donde confluyen intereses armados y reclamos de sectores sociales, según consignó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos en uno de sus últimos reportes.